BOLIVIA CONSOLIDA SU LIDERAZGO MUNDIAL | Por encima de Brasil y Perú, la castaña amazónica boliviana cuyo principal productor forestal es Pando, apunta a generar un ingreso mayor a los $us 200 millones en la gestión 2022. El país controla el 74% del mercado internacional…

EXPORTACIÓN DE CASTAÑA SE INCREMENTÓ ESTE AÑO

Planta fabril de procesamiento de castaña en instalaciones de la empresa Tahuamanu, que funciona en la ciudad de Cobija. | Foto Sol de Pando

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© Redacción Sol de Pando en Riberalta

Según un informe publicado por Sol de Pando el 18 de agosto del pasado año, Bolivia exporta castaña amazónica por un promedio anual de $us 178 millones, que representan el 74% del mercado mundial, frente a $us 36 millones de Perú equivalentes a 15% y $us 26 millones del Brasil que representan apenas el 11%. El repunte de Bolivia tiende a consolidarse este año con  un significativo incremento en la exportación castañera.

Un reporte el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) emitido en Riberalta el pasado 29 de agosto, señala que durante el primer semestre de la actual gestión Bolivia exportó aproximadamente 14.000 toneladas de castaña amazónica, generando un ingreso de $us 150 millones, lo cual significa que a finales de este año 2022 la cifra podría superar fácilmente los $us 200 millones, un récord histórico sin precedentes.

“Si comparamos este primer semestre del año con el del 2018, cuando se logró el mayor pico de exportación en 10 años, por 26.730 toneladas y más de 150 millones de dólares, a este ritmo podremos superar los 200 millones de dólares y marcar un nuevo récord”, advirtió el Presidente de IBCE, Demetrio Soruco Henike.

Los registros del IBCE indican que en 2011 Bolivia exportó un volumen de 19.496 toneladas de castaña, equivalentes a $us 148 millones, con una tendencia al incremento en los años siguientes hasta alcanzar su pico más alto en 2018, con 26.724 toneladas por $us 221 millones.

Entre las gestiones 2019, 2020 y 2021 Bolivia exportó un promedio de 23.624 toneladas generando un ingreso trianual de aproximadamente $us 137 millones. Tan sólo durante los primeros seis meses de este año, la castaña exportada por el país ya llegó a los 150 millones de dólares en un mercado que —en lo que resta de la gestión 2022— mantendrá una cotización internacional en permanente ascenso como efecto de la pandemia, periodo en que el consumo mundial de la castaña amazónica alcanzó un inusitado auge. Se estima que hasta diciembre próximo, el ingreso castañero podría alcanzar un pico de $us 230 millones.

El mercado internacional al cual se destina la castaña amazónica boliviana está encabezado por los países de la Comunidad Económica Europea, principalmente Alemania, además de Inglaterra, junto a Estados Unidos, Japón, Australia y Sudáfrica.

La castaña es la fortaleza de Pando

La producción del fruto de la castaña es una actividad de recolección forestal. En el territorio del departamento de Pando se concentra más del 60% de la extensión castañera de Bolivia con 6,3 millones de hectáreas de bosques de castaños, abarcando sus cinco provincias, mientras que el Beni en sus provincias Vaca Diez y Ballivián ocupa 1,7 millones de hectáreas; y dos millones de hectáreas están en los bosques de la provincia Iturralde del Norte de La Paz.

Así pues, el mapa castañero forestal de Bolivia comprende aproximadamente 100.000 kilómetros cuadrados que representan el 10% de la superficie total del país.

En Bolivia, del total de la castaña extraída se exporta un 99%, ocupando el primer puesto en la producción mundial y exportación de castaña pelada, con cifras que superan las 26.000 toneladas al año y los $us 200 millones anuales en ingresos. Esto último se explica porque la producción en el Brasil ha venido decreciendo paulatinamente, debido principalmente a las tasas altas de deforestación en el país vecino.

La traba comercial de la aflatoxina

Pero además, según una esclarecedora explicación del economista norteamericano Salo Vinocur Coslovsky, quien investigó a fondo el mercado mundial de la castaña amazónica, Bolivia comenzó a superar a Brasil a partir de 1998, año en que el Mercado Común Europeo impuso una norma sanitaria que rechazaba la castaña con elevados contenidos de aflatoxina, sustancia cancerígena que en el producto boliviano, a diferencia del brasileño, había sido eliminado mediante un riguroso control de calidad desde el Estado y las empresas beneficiadoras.

La capacidad exportadora de Bolivia llegó al punto de vender al mismo Brasil la castaña que se procesa en alrededor de 20 plantas fabriles concentradas especialmente en el municipio beniano de Riberalta; y lo más paradójico: la materia prima consistente en castaña con cáscara proviene también del Brasil.

Brasil se ve obligado incluso a vender su castaña en bruto a Bolivia, debido a que el mercado europeo rechaza la producción brasileña. La castaña procesada en las plantas fabriles de Bolivia llega a Europa exitosamente, libre de aflatoxina.

Las procesadoras bolivianas aplican una tecnología consistente en que la aflatoxina brilla cuando es sometida a la luz ultravioleta mediante reflectores instalados en las plantas fabriles, lo cual permitió el separado de las castañas contaminadas de los frutos sanos, cumpliendo así los estándares europeos.

Sin embargo, Coslosvsky recordó que el uso de la luz ultravioleta ya había sido experimentada en Brasil y se tropezó con un problema de alto riesgo para la salud de los trabajadores y trabajadoras expuestos a esa emanación. “Al intentar resolver un problema sanitario, se termina enfrentando un problema laboral”, observó el economista.

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