COBIJA TENDRÁ UN DIQUE PARA CONTENER AL RÍO ACRE

Participación de Ana Lucía Reis en el XII Foro Urbano Mundial de la ONU, celebrado el 8 de noviembre de 2024 en El Cairo, donde la Alcaldesa de Cobija expuso los agudos problemas habitacionales que enfrenta el municipio acreano de Bolivia. | Foto Sol de Pando
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© Redacción Sol de Pando en Cobija
Como resultado de relaciones que la alcaldesa Ana Lucía Reis entabla con organismos internacionales para enfrentar el déficit del erario municipal en Cobija, se viene gestionando un financiamiento de $us 2’500.000 para la construcción de un dique de contención que protegerá a los barrios ribereños de las caudalosas inundaciones con que el río Acre anega a esta ciudad en las temporadas lluviosas.
El dique proyectado se ha de construir en el área del barrio Puerto Alto y sus alrededores. El diseño de la obra civil incluye sistemas de drenaje, refuerzos y factores de seguridad para garantizar total estabilidad en la mega-infraestructura.
Barreras similares, de gran magnitud —las más conocidas del mundo—, se encuentran a orillas del río Támesis en Londres, y en el Delta zelandés de Holanda, el famoso dique de Oosterschelde.
El Muro de Puerto Alto sería financiado por el Banco Europeo de Construcción y Desarrollo, el Fondo Global para Ciudades y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), que consideraron la obra durante una reunión celebrada en Madrid la primera semana de mayo, junto a otros cinco proyectos presentados por la Alcaldesa de Cobija y cuyo presupuesto global que se gestiona alcanza a los $us 8’600.0000, según informó dicha autoridad.
El proyecto ha sido elaborado por técnicos del Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (más conocido como ONU-Hábitat), a partir de un diagnóstico que identifica las vulnerabilidades ambientales y urbanísticas del municipio.
La alcaldesa Ana Lucia Reis participó en la elaboración del proyecto, a través de reuniones informativas que sostuvo desde el año pasado con los consultores de ONU-Hábitat.
El río Acre abarca una orilla que recorre un total aproximado de cinco kilómetros bordeando el municipio de Cobija, como amenaza constante a una decena de vecindarios ribereños cuando las inundaciones invaden la ciudad, lo mismo que a los municipios vecinos de Brasiléia y Epitaciolandia en la ribera brasileña.

La alcaldesa participó en la elaboración del proyecto para el Dique de Puerto Alto, a través de reuniones informativas que sostuvo desde el año pasado, en Cobija, con los consultores de ONU-Hábitat. | Foto Sol de Pando
UNA CONTENCIÓN AL AZOTE ANUAL DE LAS INUNDACIONES
“Es una obra estratégica” —explica la Alcaldesa de Cobija—. “Las inundaciones del río Acre se han convertido en un azote para nuestra ciudad, en gran parte por causas estructurales como el cambio climático que incide en las precipitaciones pluviales, la deforestación de nuestros bosques que agrava los desbordes, y los asentamientos humanos no planificados en las riberas que causan un serio problema social, urbano y logístico dentro el municipio”.
Especialmente entre los meses de febrero y marzo, cuando la temporada de lluvia llega a su máxima intensidad desbordando el río, la municipalidad de Cobija debe realizar dramáticos operativos de evacuación instalando albergues en colegios y coliseos de la ciudad, proveyendo vituallas, alimentación y medicamentos a centenares de familias damnificadas. Luego vendrán morosas tareas de limpieza de escombros y reconstrucción de viviendas.
“Cada año es peor” —lamenta la Alcaldesa—, “debido a que las laderas del río están ocupadas por asentamientos no planificados que han deforestado la zona. Eso implica un enorme gasto de recursos a la hora de las evacuaciones para salvar vidas, lo cual termina por ahogar nuestro débil presupuesto”.
La construcción del dique de contención en Puerto Alto, dice Reis, “dará un enorme alivio a Cobija”.

Cobija es una ciudad en constante transformación y construcción. Sobre esa premisa, ante la crisis presupuestaria, su Alcaldesa emprende una estrategia de gestión que combina acción comunitaria y cooperación internacional. | Foto Sol de Pando
IMPACTO DE LA OBRA SOBRE EL REORDENAMIENTO TERRITORIAL URBANO
Según el proyecto elaborado por ONU-Hábitat, su ejecución se desarrollará en 23 meses (dos años) mediante seis etapas. En ese transcurso se generará un importante movimiento estructural del terreno, relocalizando población hacia zonas más seguras de la ciudad, creando además nuevas áreas verdes y recreacionales.
La primera etapa, en seis meses, es la Fase de Diseño en la cual los ingenieros a cargo adecuarán el proyecto en función a contener lodazales durante el control de las inundaciones, además de proteger carreteras e infraestructura circundante.
En la segunda etapa, meses séptimo y octavo, se realizará el estudio de impacto ambiental obteniendo la autorización del Gobierno central para el inicio de obras.
En el octavo mes se ejecutará la tercera etapa despejando el área donde se construirá el dique, programando excavaciones para nivelar los cimientos del muro de contención. Asimismo se planificará la incorporación de sistemas de drenaje eficaces para reducir la presión sobre el muro, a menudo mediante orificios de drenaje, desagües o tuberías perforadas. En esta misma etapa se definirán planes de reubicación alternativos en caso de que el desplazamiento poblacional sea inevitable. Se ofrecerá una compensación justa y se brindará asistencia para la reubicación, incluyendo la identificación de viviendas alternativas o ubicaciones comerciales adecuadas. Se prevé entregar nuevos terrenos urbanizables al sur de la ciudad, sobre la ruta a Porvenir.
En la cuarta etapa, del noveno al vigésimo mes, se procederá con la Fase de Construcción a partir de construir los cimientos, con excavaciones hasta tocar capas estables de tierra o roca subterránea para sentar las bases del muro de contención. Se construirá el dique utilizando materiales como piedra, bloques de hormigón o refuerzos de acero, capa por capa. Finalmente se realizarán obras adicionales de refuerzo con barras o mallas de acero, especialmente en estructuras más altas o sometidas a cargas elevadas.
En la quinta etapa, meses 21 y 22, tras la construcción del dique, se efectuarán trabajos de relleno y paisajismo en el espacio posterior, utilizando tierra de relleno y vegetación para estabilizar aún más el suelo y mejorar la estética. El proyecto también se someterá a una inspección para garantizar el cumplimiento de las normas de seguridad, la integridad estructural y el correcto funcionamiento del drenaje.
Finalmente, a partir del mes 23, una vez entregada la obra, se iniciará una etapa permanente de mantenimiento y control de calidad periódicos, a fin de garantizar su eficacia continua. Esto implica revisar si hay grietas, erosión o problemas de drenaje, y reparar cualquier daño para mantener la resistencia y estabilidad del muro a lo largo del tiempo.
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