127 AÑOS DEL INMORTAL BUSTER KEATON
Buster Keaton al ritmo de Dominguinhos | VIDEO
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© Redacción Sol de Pando
Joseph Frank Keaton, más conocido como Buster Keaton, nació en Kansas el 4 de octubre de 1895, en un hogar formado por un matrimonio de cómicos de vodevil. Cierto día, con once meses de edad, deambuló por el escenario mientras sus padres estaban actuando, lo cual se interpretó que era parte del espectáculo itinerante. Con cuatro años, Joe se había convertido en una de las estrellas más jóvenes del vodevil; era lanzado al aire en escena por su padre y efectuaba acrobacias en un número que se conoció como “Los Tres Keaton”. Sus progenitores aprovechaban la facilidad del muchacho para caerse, doblarse y golpearse para hacer caja, por lo que fueron acusados de explotación infantil. En uno de los shows de Los Tres Keaton colaboraba Harry Houdini, uno de los mejores ilusionistas del mundo quien, según la leyenda, bautizó al pequeño con el nombre de Buster. Al parecer, el crío se cayó desde una altura considerable sin hacerse prácticamente un rasguño, ante lo que el mago exclamó «that was a real buster!» (“ese fue un verdadero porrazo”). La capacidad física de Keaton y su trabajo acrobático iba a definir su futuro en el cine.
Junto con Charles Chaplin y Harold Lloyd, Buster Keaton es una de las tres figuras emblemáticas del slapstick o comedia física, con que el cine mudo conquistó a las audiencias del mundo convirtiendo la mímica y toda forma de expresión corporal en un arte visual por excelencia.
Buster Keaton llevó su arte de acrobacia extrema a un nivel cinematográfico insuperado incluso en este siglo XXI, plagado por efectos especiales gracias al facilismo de la tecnología digital. Se hizo famoso porque jamás dejó que le doblaran en las escenas peligrosas. Es, con toda ley, el precursor nato del Parkour. Y además logró el arte de no sonreír jamás ante las cámaras, por lo que le apodaron “Cara de palo”.
Se le considera no sólo el mejor cómico del cine mudo sino el mejor cómico de la historia del cine, además de ser uno de los mejores cineastas de todos los tiempos.
Entre los años 1920 y 1928, rodó una docena de largometrajes y 29 cortos. Sus películas, en las que actuaba y dirigía, además de escribir los guiones, eran de alto presupuesto, verdaderas superproducciones, con escenografías espectaculares.
Una de sus obras maestras: El maquinista de la General, filmada en 1927, contiene una de las escenas más caras en la historia del cine mudo, cuando una locomotora y sus vagones son perseguidos por una patrulla de caballería y caen al rio al cruzar un puente del ferrocarril. El costo de esa toma fue calculado en unos 42.000 dólares de entonces, aproximadamente un millón ochocientos mil dólares actuales. Este filme figura en el puesto 18 de la lista de los 100 mejores películas del American Film Institute y en el puesto 34 de las mejores películas de todos los tiempos, según la British Film Institute, el puesto más alto conseguido por una película de comedia en la historia el cine. Keaton aprendió a conducir un tren hasta ser capaz de hacer todos los malabarismos escénicos que vemos en la cinta.
Buster Keaton en Bolivia
Las películas de Buster Keaton fueron difundidas en Bolivia a partir de la década de los años 40, prácticamente sólo después de la Guerra del Chaco.
Sin embargo, en los años 20, cuando las películas de Keaton ya eran famosas en Estados Unidos y Europa, su nombre era elogiado en las páginas de la revista Arte y Trabajo, editada en Cochabamba por el intelectual anarquista Cesáreo Capriles. En esta revista publicaron sus primeros ensayos y poemas los escritores más importantes del siglo XX como Adela Zamudio, Franz Tamayo, Augusto Guzmán, Augusto Céspedes, Armando y Carlos Montenegro, José Antonio Arze, Ricardo Anaya, Man Césped, y tantos más de esa generación dorada de las letras bolivianas.
Arte y trabajo, semanario nacido en la bella época de los años 20 del siglo pasado, y que desapareció oponiéndose a la Guerra del Chaco, es el precedente intelectual más paradigmático del anarquismo cochabambino. Su fundador y director Cesáreo Capriles López, un señor ácrata, lanzó el primer número de la revista el 27 de febrero de 1921, con un tiraje de 800 ejemplares. La página editorial de aquel primer número contenía un homenaje póstumo al príncipe de Kropotkin que había fallecido a principios de ese año 21. Decía Capriles acerca del noble libertario ruso:
“Renunció a sus prerrogativas de príncipe, a los halagos de la corte de Nicolás II y a todas las ventajas que sus condiciones personales e intelectuales podían granjearle en las sociedades europeas. Los bolcheviques mismos no lo querían, porque sus mirajes libertarios iban más allá de la dictadura del proletariado. Mas el hombre cuyas palabras dignas acaso del Sermón de la Montaña: ‘mientras existan miserables el lujo es un crimen’, tiene ganada inmortalidad”.
Buster Keaton y el nacimiento el jazz
Un detalle que maravilla en la obra cinematográfica de Buster Keaton, es que las escenas de sus actos acrobáticos eran musicalizadas en las salas de cine por pianista de jazz. De hecho, todas sus secuencias tienen un ritmo visual sincopado, son movimientos silentes al ritmo de jazz.
Las imágenes en movimiento de Buster Keaton, encajan como anillo al dedo con el jazz.
En homenaje a ello, Sol de Pando ha editado un video especial recopilando escenas selectas del gran cómico norteamericano, filmadas entre los años 1920 y 1928. Resaltan las imágenes eternas de su película “El maquinista de La General”. Un fondo musical que llega desde el Nordeste del Brasil, en su más depurado estilo de jazz, del maestro pernambucano José Domingos de Morais, vulgo Dominguinhos, heredero nato del rey del forró Luiz Gonzaga…
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