Sin parque industrial, Zofra Cobija ante el futuro incierto de un mercado improductivo
El diputado Sebastián Texeira Rojas, presidente titular de la Brigada Parlamentaria de Pando, lanzó una alerta pública sobre el futuro de la Zona Franca de Cobija, cuya vigencia legal establecida hasta el año 2018 podría quedar sin efecto en caso de predominar su carácter eminentemente comercial y mercantil respecto al aún incipiente aparato productivo del departamento con mayor crecimiento poblacional de Bolivia en las últimas décadas. La preocupación del diputado Texeira es plenamente compartida por el gobernador Luis Flores Roberts, quien inició una serie de contactos con los gremios productivos del departamento para gestar hasta enero del próximo año una propuesta concreta que marcará el destino final de Zofra-Cobija…
“Definitivamente el comercio no puede sustentar el desarrollo local, sino que es necesaria su articulación con los demás sectores de la economía, lo que significa tomar una posición respecto a la ampliación o no de la Zona Franca de Cobija, el establecimiento de un marco normativo que al mismo tiempo que establezca un marco de incentivos, otorgue la seguridad jurídica a la inversión privada”. Tal es una de las conclusiones de un estudio sobre el funcionamiento y perspectivas de Zofra-Cobija, realizado bajo la coordinación de la investigadora Carol Carlo Durán.
La reflexión planteada por la académica gira en torno a cómo consolidar el comercio importador que es el rasgo principal de la economía local, pero sobre todo cómo aprovechar esta dinámica mercantil para aportar a otros sectores productivos de la sociedad pandina. En otras palabras, se trata de definir cuál debe ser el patrón de desarrollo económico en Pando, ahora en el contexto de su Autonomía Departamental.
Según el parlamentario Sebastián Texeira, desde la creación de Zofra-Cobija en 1984 “ha prevalecido un desarrollo comercial más que industrial”. Dicho modelo mercantilista se está agotando, dice, por lo cual resulta imprescindible, en lo inmediato, “preparar una propuesta y con ello crear las condiciones para establecer un parque industrial que sea un polo de desarrollo con apoyo energético”. Sólo entonces Pando podría lograr del Gobierno central una ampliación de la vigencia de la Zona Franca durante otros 20 o 30 años a partir del 2018, según apuesta el diputado que pertenece a la bancada del partido gobernante Movimiento al Socialismo (MAS).
Texeira puntualiza que una posible ampliación de la vigencia futura de Zofra-Cobija debe contemplarse no sólo en tiempo sino también en espacio, dentro la política tributaria del Gobierno que preside Evo Morales. “Es evidente que la Zona Franca de Cobija genera ingresos económicos al Estado” —afirma el diputado—; “pero hay ciertas observaciones ya que las facturaciones no tienen crédito fiscal, además que el perímetro de Zona Franca es de sólo quince kilómetros y por tanto el comercio que se encuentra fuera de este perímetro estaría al margen de la ley; para el Gobierno este es un tema pendiente de análisis”.
Los directorios actuales de Zofra-Cobija y de la Cámara de Industria y Comercio de Pando han emprendido los diagnósticos del caso que permitirán plantear ante el Gobierno una propuesta concreta de ampliación. “El planteamiento también debe permitir llevar más beneficios no tan sólo para los grandes mayoristas sino también a otros pequeños núcleos y a los demás municipios del Departamento”, sostiene Texeira Rojas.
Gobernación impulsa propuestas hasta enero
Por su parte del Gobernador del Departamento, coincidiendo con el diputado nacional, informó que efectivamente se viene gestando un proceso de consultas y debates entre los diversos actores económicos de la región, con la finalidad de concertar una decisión colectiva sobre el futuro de Zofra-Cobija.
“Hoy tendremos una reunión con la Federación de Gremiales y Comerciantes Minoristas, donde tocaremos el tema de la Zona Franca, y en los próximos días me reuniré con los directivos de la Cámara de Industria y Comercio para conocer qué proponen los empresarios sobre este asunto”, informó a Sol de Pando el gobernador Luis Flores Roberts, aclarando que esta fase de consultas y acopio de planteamientos derivará en una propuesta institucional única y de consenso que podría lanzarse durante la primera quincena de enero del próximo año. Destacó que la Cámara Departamental de Industria y Comercio ya tiene perfilado un planteamiento elaborado con asesoría de profesionales de la Universidad Amazónica de Pando (UAP).
El gobernador Flores espera que la propuesta final emerja desde la sociedad civil. “No vamos a interferir en este debate; pero vamos a contribuir en él proporcionando a las instituciones pandinas toda la información técnica y financiera sobre los proyectos productivos con los que pensamos que la Zona Franca debe ampliarse en los términos de un gran Parque Industrial”, dijo a tiempo de destacar que la matriz energética instalada en Pando durante los últimos años especialmente con el expandido de la electrificación rural y la generación masiva de energía solar, “es la base material fundamental para industrializar nuestra economía a fin de superar la terciarización de la Zona Franca”.
En criterio de Flores Roberts, la terceriarización (predominancia de lo comercial sobre lo productivo) de la economía de Pando es un freno al desarrollo integral de la región amazónica; pero no implica una contradicción entre el comercio y la industria sino “la necesidad de complementar ambas actividades en las cadenas productivas que podríamos estructurar para aprovechar de manera sostenible los recursos naturales tan pródigos en nuestro territorio, sin dañar el medio ambiente”.
Castaña, leche y asaí en la nueva base productiva del comercio local
El Gobernador considera fundamental que los sectores productivos de las cinco provincias de Pando se organicen mediante gremios debidamente institucionalizados, tal como sucedió la semana pasada con los empresarios ganaderos del Departamento. “Una alianza entre los ganaderos y el sector lechero, por ejemplo, puede convertirnos en un Departamento productor de lácteos con un potencial incluso de exportar leche y sus derivados a hacia nuestros vecinos de Brasil y Perú, además de garantizar la seguridad alimentaria para nuestra población”, afirma el gobernador Luis Flores Roberts.
Según la primera autoridad del departamento, es también necesario ampliar la red fabril de beneficiado de la castaña, principal producto de exportación de Pando, que junto con la quinua de Oruro se constituye en primer rubro agrícola exportable de Bolivia. “Con la ampliación y pavimentación de caminos vecinales alrededor de las estradas castañeras del Departamento, hemos ampliado y potenciado la producción de la nuez amazónica de Pando y ahí ya tenemos un perfil productivo muy definido en nuestra Zona Franca”, dice Flores Roberts.
Asimismo adelantó que están marcha programas y proyectos para la industrialización de otros prodigiosos frutos amazónicos típicos del Acre como el copoazú y el asaí, cuyas virtudes alimenticias, medicinales y cosméticas han abierto un mercado mundial que la economía de Pando no puede desaprovechar. “Tenemos un proyecto sin precedentes para la industrialización del asaí”, reveló el Gobernador.
Flores informó asimismo que la iniciativa para incluir en esta nueva matriz productiva las siringas de látex natural para industrializar la goma, se ve postergada por la caída en los precios del petróleo en el mercado mundial, cuyos derivados para la goma sintética inviabilizan eventualmente, por los costos, la producción de goma natural.
Ciclos de vida de la Zona Franca de Cobija
Desde su creación en 1984 y entre varias ampliaciones de su plazo de vigencia que culmina el año 2018, La Zona Franca de Cobija funcionó como un fuerza centrípeta que atrajo a miles y miles de migrantes del occidente durante las últimas décadas, tentados por las facilidades del comercio informal con el Brasil, provocando una explosión demográfica sin precedentes en el periodo intercensal 2001 – 2012.
Esto explica por qué las nuevas élites económicas de Cobija están constituidas dominantemente por comerciantes aymaras o provenientes del interior que expandieron su actividad importadora desde los puertos de Arica y Antofagasta hacia esta ventana con los vecinos mercados del Brasil. Es usual observar en los shopings de la emblemática avenida 9 de Febrero vendedoras de pollera, aymara y quechua-hablantes, negociando en idioma portugués los precios de electrodomésticos, ropa y motocicletas principalmente con consumidores brasileños que cruzan masivamente los puentes vecinales de Brasileia y Epitaciolandia especialmente los días sábados.
La intensidad de este comercio produjo también una expansión sin precedentes de la actividad financiera con la senda apertura de agencias y cajeros automáticos de casi todos los grandes bancos y entidades micro-financieras que operan en el país. La Zona Franca mueve anualmente un promedio de $us 120 millones, cifra registrada en el periodo 2012-2013.
El estudio titulado “Cobija, migración y zona franca. Prácticas sociales y económicas en el comercio de importaciones, 1998-2011”, elaborado por un equipo del Programa de Investigación Estratégica en Bolivia (PIEB) que encabezó la socióloga Carol Carlo Durán, es a la fecha la investigación conocida más completa y actualizada sobre el tema.
La caracterización diacrónica del comercio de importaciones desde 1984 cuando se crea la Zona Franca de Cobija, hasta el 2011 —según el estudio del PIEB— permitió distinguir tres momentos o etapas en función de la organización socioeconómica que adoptaron los agentes económicos, las vinculaciones comerciales, el marco normativo y las redes sociales. El primer momento denominado “el crecimiento” (1984-1997), el segundo, “la consolidación y monopolio” (1998-2004) y el tercero “de expansión” (2005-2011).
A esas tres etapas podríamos añadir un cuarto momento, el del “declive y saturación”, que bien pudo iniciarse el año 2013 cuando Pando adopta el régimen de Autonomía Departamental y se desata un proceso de desarrollo integral con una nueva matriz energética mediante la revolución de la energía solar. En esta nueva etapa, la Zona Franca de Cobija está obligada a transformarse o perecer. A superar los límites de su terceriarización desatando el potencial productivo del Departamento, o acabar como un mercado persa enclavado en el corazón de la Amazonia boliviana.