VACA DIEZ: CUANDO EL ALMA MATER ES UN COLEGIO
La primera promoción graduada en 1955, formada por los bachilleres Maria Shiozaki, Juan Oliveira Barros, Mauro Castedo, Hugo Arce, Enrique Portillo, Ernesto Da Costa y Florida Da Costa. | Foto Gislene Salvatierra, tomada del muro de Franklin Pinky Landivar Higashi
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© Redacción Sol de Pando en Cobija
Cuando el presidente Germán Busch promulgó la Ley del 24 de septiembre de 1938 creando el noveno departamento de Bolivia, Pando, el militar patriota y la Convención Nacional de entonces dispusieron también la creación de un colegio secundario mixto en la ciudad de Cobija, junto a escuelas primarias en los demás municipios de la naciente jurisdicción departamental.
El artículo 7 de aquella ley fundacional establecía que “habrá en el Departamento Pando una Jefatura Escolar, que gobernará el distrito de acuerdo a las normas legales establecidas. En Cobija se establecerá de inmediato un colegio secundario mixto, debiendo crearse escuelas primarias completas en cada capital de sección municipal cuya población escolar sea suficiente”.
Aunque tardó diez años en abrirse —inaugurándose el 4 de mayo de 1948 bajo el nombre del ilustre pionero Antonio Vaca Diez—, quedó establecido que este colegio nació con Pando y es su Alma Mater en toda la extensión del concepto.
La madre nutricia de una intelectualidad que se fue formando con el novedoso gentilicio de “pandina”, sería este colegio emblemático que durante varios años fue el único de nivel secundario en todo el departamento.
El establecimiento inició sus actividades con 23 alumnos inscritos en su primer curso, gestando su primera promoción en 1955 con ocho bachilleres, cinco varones y tres mujeres.
Desde entonces hasta hoy, se han graduado 62 promociones, además la de este año, formando más de 2.000 bachilleres de ambos géneros que se constituyeron en la vanguardia intelectual de Pando por más de medio siglo de historia.
Estudiantes del Vaca Diez en los años 60: Armando Salvatierra, Mozo Montero, Natal Shimokawa y Hugo Tellería. | Foto Dr. Armando Salvatierra
Bachilleres sin universidad
Sin embargo, durante tres décadas los bachilleres de este Colegio Nacional no podían acceder a la educación superior para profesionalizarse, al no existir en Pando una universidad que dé continuidad al proceso educativo.
“Hasta muy poco antes de la década de los noventa sufríamos en Cobija una irremediable fuga de cerebros”, comenta el profesor y abogado Esnider Velarde Monsaterios, actual Director del establecimiento y ex bachiller del mismo.
Los egresados del secundario debían migrar al Brasil con altos costos financieros, o buscar alternativas en universidades públicas de Santa Cruz, Cochabamba, Sucre o La Paz. “Era una dramática odisea, de la que muchos ya no volvían”, recuerda el profesor Velarde en una entrevista con Sol de Pando.
El Estado central había instaurado un fallido programa de becas para llevar a los bachilleres del Vaca Diez a universidades del interior; pero la demanda rebasaba la capacidad gubernamental de garantizar alimentación y vivienda digna para los alumnos.
La falta del correlato universitario para que el colegio secundario cumpla su misión educativa satisfactoriamente, era el signo más desesperante del recurrente abandono estatal a un departamento surgido al calor de una esperanza nacional.
Ante esa adversidad, el Colegio Nacional Mixto Vaca Diez se convirtió en la trinchera cívica, moral y cultural de este pueblo emergente. Su Alma Mater.
De hecho, en 1971, el Colegio Vaca Diez fue invitado para representar a Pando en los Primeros Juegos Universitarios que se realizó en Tarija. Pando fue la única delegación de colegiales en un torneo nacional universitario, destacándose con un equipo femenino de básquetbol dirigido por el recordado profesor Vicente Mayna.
El Colegio Vaca Diez también es la cuna del equipo de fútbol que hoy representa a Pando en la Liga Profesional. Este club deportivo fue fundado por los primeros estudiantes del colegio, en 1952.
La caminata de los bachilleres transitó más de 500 kilómetros a pie, atravesando inicialmente el río Manuripi por El Chivé, en territorio pandino, para ingresar al Norte de La Paz por el río Madidi. | Foto archivo Sol de Pando
La marcha estudiantil de 1988
El 27 de agosto de 1988, 23 alumnos del último año del secundario iniciaron una marcha a pie desde Cobija hasta la ciudad de La Paz, para exigir al gobierno de Víctor Paz Estenssoro un pliego regional en cuyo primer punto se destacaba la instalación de una Universidad Pública para Pando. También exigían la vinculación caminera entre Ixiamas y Cobija, la edificación de un hospital de segundo nivel y la construcción de un aeropuerto internacional.
“Durante más de 30 días, aquellos alumnos del Colegio Nacional Vaca Diez marcharon por la selva, cruzando ríos y cañadas, sufriendo las inclemencias del tiempo, el frío, el hambre y la desesperación para lograr aquellos objetivos, que cumplieron heroicamente”, recuerda Esnider Velarde.
La caminata de los bachilleres transitó más de 500 kilómetros a pie, atravesando inicialmente el río Manuripi por El Chivé, en territorio pandino, para ingresar al Norte de La Paz por el río Madidi. Según una crónica periodística de la época, los jóvenes marchistas se extraviaron en el tramo más difícil que fue entre Puerto Heath e Ixiamas, “porque las sendas habían desaparecido”.
La caravana estudiantil fue recibida apoteósicamente por el pueblo de La Paz, en la Plaza Murillo, el 15 de octubre de 1988. En el Palacio Quemado, los jóvenes pandinos fueron atendidos por Paz Estenssoro, quien se comprometió a cumplir las demandas que habían llevado desde Cobija.
La organizaciones populares de Pando, como la Central Obrera Departamental y los sindicatos de siringueros, respaldaron activamente aquella movilización estudiantil.
Así nació la Universidad Amazónica de Pando (UAP), como una extensión orgánica del Colegio Vaca Diez. Y no es casual, por tanto, que la UAP esté catalogada entre una de las universidades con mayor calidad académica en el país, pues detrás de esa excelencia hay 75 años de una aguerrida gestación.
El profesor normalista Esnider Velarde, bachiller del Vaca Diez, estudió Derecho en la UAP, es catedrático de esta universidad y dirige el Secundario preservando el espíritu de Alma Mater que recorre por las aulas de este Colegio Nacional nacido muy junto a Pando.
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