Data: julio 11, 2012 | 18:53
Ecos de la Chope Piesta en la capital del Beni

La gran fiesta de Trinidad brilló en cuerpo y alma

Todo esto sucedió en Trinidad entre el 1ro. y 4 de junio

La ciudad santa de Bolivia celebró su fiesta natal en varias jornadas de una tradición misional que se remonta al siglo XVII y es parte fundamental de la identidad del pueblo mojeño. Una entrada estudiantil en las calles de Trinidad, tres jornadas de “jocheo” de toros, “palo encebao” y la irrupción dominical de la danza de los macheteros frente a la Catedral, engalanaron la Chope Piesta fundacional en la capital del Beni…

©Wilson García Mérida

Una moperita trinitaria.

Sobran motivos y razones para afirmar que Trinidad es la ciudad santa de Bolivia; su nombre mismo es una de esas razones, y otra es el día en que nació. Cuando Trinidad se fundó era un día de fiesta santa, la Chope Piesta, que en lengua misional trinitario-mojeña significa “Gran Fiesta”, esa que las comunidades indígenas cristianizadas ofrendaban con el sincretismo de su devoción a la Santísima Trinidad, su razón de ser como pueblo y como ciudad.

Trinidad es la única ciudad en Bolivia y Latinoamérica donde su efeméride es a la vez una fiesta patronal.

En el santoral católico, el día de la fiesta de la Santísima Trinidad es movible, y es por ello que la ciudad capital del Beni, fundada en 1686, celebra su día entre las últimas fechas de mayo o las primeras de junio. Este año, la Chope Piesta de Trinidad cayó el 3 de junio. Cuando fue fundada por el jesuita Cipriano Barace hace 326 años, el domingo festivo era un 9 de junio.

Siguiendo la tradición de más de tres siglos, la celebración comenzó el viernes con una Entrada Folclórica que en las últimas décadas es protagonizada por estudiantes, jóvenes y niños, de la ciudad y sus entornos. En la celebración se puede disfrutar de ritmos propios de la región de Mojos y del Gran Paitití, como la danza del machetero, el baile que distingue a la región, junto a la chovena, el taquirari, el carnavalito y otros de lugar.

Tres días de “Jocheo”

  • Y a partir de las dos de la tarde del sábado el pueblo se da cita en la Plaza de la Tradición, donde la Alcaldía armó un rodeo con madera labrada y graderías; es el escenario donde durante tres días se celebrará el “jocheo” de toros.
  • Según Arnaldo Lijerón, historiador e investigador de las culturas mojeñas, «esta celebración ya se practicaba desde los años 1675, cuando los originarios celebraban en dos circunstancias, la primera cuando atrapaban a un tigre y luego cuando dominaban a alguna tribu (adversaria) de esa época».
  • En el jocheo de este año, según la crónica de Radio Patujú, “bravos toros fueron mandados traer por el Gobierno Municipal para regocijo del público que llegó hasta el corral. Muchos jóvenes fueron estropeados por los toros pero ninguno resultó con heridas graves, más bien, mostraron habilidad para sortear las embestidas de los animales”.

“Palo Encebao”

Además del «jocheo», también en la Plaza de la Tradición,  es la hora de jugar el «palo ensebao», que consiste en un tronco de unos 30 centímetros de diámetro y 30 metros de alto, recubierto con grasa, y que habitualmente es instalado por miembros del Cabildo Indigenal. El madero es la prueba de fuerza y destreza que debe vencer el hombre nativo, para treparlo y conquistar los premios que las autoridades han colocado en la cima para el ganador.

Mientras tanto, la «bombilla», la banda musical de los mojeños, comienza a sonar. Los instrumentos típicos, el pífano y el tambor, ofrecen el ritmo para que hombres y mujeres suelten su alegría.

Esta es una fotonota

En el jocheo de este año, según la crónica de Radio Patujú, “bravos toros fueron mandados traer por el Gobierno Municipal para regocijo del público que llegó hasta el corral. Muchos jóvenes fueron estropeados por los toros pero ninguno resultó con heridas graves, más bien, mostraron habilidad para sortear las embestidas de los animales”.

Fiesta central

Y el domingo, 3 de junio este año, es la fiesta central. La jornada empieza con una solemne misa en la Catedral de Trinidad y después la procesión del Santo Patrono, recorrido en el que participan autoridades y ciudadanos.

Y en las afueras de la catedral, danzan los macheteros, con sus clásicas «camisetas» blancas, y las «mamas» con su tipoy de varios colores. Las mujeres indígenas llevan sombrero con espejos y cintas de colores tan largas como las trenzas de su cabello.

Y como un broche de oro en la Chope Piesta, la población elige a las móperas y moperitas, las mujeres más bellas, que son distinguidas con títulos del folklore regional.

Todo esto sucedió en Trinidad entre el 1ro. y 4 de junio de este año, jornadas designadas por el santoral católico para celebrar la gran fiesta de la Santísima Trinidad.

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