AMALIA PANDO DIJO LA VERDAD SOBRE EL HIJO DE ARCE

El hijo del Presidente evadió su obligación moral de comparecer ante la opinión pública para aclarar el fondo de las denuncias de Amalia Pando haciendo uso del derecho a réplica que la periodista le ofreció, pero el corrupto evadió, optando por denunciarla ante el TNEP. | Fotomontaje Sol de Pando
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© Wilson García Mérida | Redacción Sol de Pando | Editorial
Hace más de tres años, el 30 de enero de 2022, la periodista Amalia Pando, conductora del streaming Cabildeo Digital, denunció actividades de dudosa legalidad por parte del hijo mayor del presidente Luis Arce Catacora, que negociaba —y negocia aún, de acuerdo a nuevas evidencias— recursos energéticos estratégicos del país como el litio y los hidrocarburos, abusando de su privilegiado vínculo familiar.
Aquella publicación de Amalia Pando, fue el primer trabajo periodístico en el país que develó con datos fehacientes la intromisión de Luis Marcelo Arce Mosqueira en asuntos de Estado que no le competían —ni le competen—. La periodista demostró que el hijo del Presidente realizaba viajes al exterior del país y se reunía con gobiernos y empresarios extranjeros como si fuera un dignatario del Gobierno boliviano, sin serlo.
Según la denuncia de aquel 30 de enero de 2022 en Cabildeo Digital, Arce Mosqueira había viajado a Caracas el 27 de abril de 2021, en un vuelo privado, acompañado por un empresario iraní, dos venezolanos y por Nicolás Vincenti, hijo del ex ministro de Hidrocarburos Luis Fernando Vincenti, “quien es directivo en las seis subsidiarias de YPFB Corporación”, puntualizó Pando. El motivo del viaje era ofrecer a la estatal Petroquímica de Venezuela (Pequiven) la administración de la Planta de Urea y Amoniaco que el gobierno de Evo Morales había instalado en Bulo Bulo, Chapare, junto a los cocales y muy cerca al aeropuerto internacional de Chimoré.
UNA RIGUROSA INVESTIGACIÓN PERIODÍSTICA
Pando sustentó su denuncia con documentación fehaciente (como un manifiesto de pasajeros del Servicio de Navegación Aérea de Venezuela que corroboraba el viaje de aquella comitiva encabezada por Arce Mosqueira) e incluso audios que permitieron establecer que 36 agentes del régimen de Maduro ya habían tomado control de la planta de Bulo Bulo tras la posesión de Luis Arce, ganando exorbitantes sueldos. El registro de voz de un funcionario venezolano también confirmaba que “el hijo del presidente de Bolivia se reunió con el presidente Nicolás Maduro, para ver si llegamos a una alianza y que Petroquímica de Venezuela se encargue de operar y distribuir la urea boliviana”.
Estaba clarísimo que Luis Marcelo Arce Mosqueira actuaba como el articulador y cabecilla de una organización criminal internacional, incrustada en el corazón del sector energético del Estado boliviano para perpetrar negocios turbios y enriquecerse ilícitamente desajenando recursos vitales del país como el litio y los hidrocarburos.
Amalia Pando había descubierto además que Arce Mosqueira ejercía de facto funciones decisivas en la directiva de YPFB, autorizando licitaciones y firmando adjudicaciones de millonarios contratos, sin tener atribuciones legales para ello, por sólo ser hijo del Presidente y con autorización expresa del padre, su principal cómplice.
Como era obvio, antes de hacer pública su investigación, la maestra periodista había procurado la contraparte respectiva con el hijo del Presidente, pero el cínico ladrón de cuello blanco se hizo humo convenientemente. Inclusive el periódico El Deber buscó la versión del denunciado el mismo día de la publicación de Cabildeo Digital. “Este medio llamó al teléfono móvil de Arce Mosqueira para conocer su posición con respecto a esta información, pero no recibió respuesta hasta las 18:30 de este domingo”, informó el periódico cruceño al cierre de su edición de aquel 30 de enero.
LA SINUOSA MANIOBRA DEL HIJO CORRUPTO
Moviéndose a escondidas y en total silencio, el escurridizo y furtivo hijo del Presidente, por lo visto bien asesorado por avezados abogados, el 18 de marzo de 2022 presentó una denuncia escrita contra Amalia Pando ante el Tribunal Nacional de Ética Periodística (TNEP), agarrando con pinzas algunas debilidades formales, no de fondo, en la investigación periodística. Arce Mosqueira sacó cobarde y vil ventaja de la convicción periodística de Amalia Pando.
En todas sus indagaciones, siempre rigurosas periodísticamente, la periodista —que no es juez ni fiscal— asume convicción plena de las verdades que devela sin necesidad de distraerse en formalidades forenses propias de una investigación policial. El hijo del Presidente la atacó arteramente por ese lado.
De algún modo, Marcelo Arce Mosqueira sorprendió en su buena fe a los miembros del Tribunal Nacional de Ética Periodística que admitieron su queja contra Amalia Pando.
Con esa maniobra, el enriquecido familiar del Presidente evadió astutamente su obligación moral de comparecer ante la opinión pública para aclarar el fondo del asunto haciendo uso del derecho a réplica que Amalia le ofreció, pero el corrupto evadió. Optó por neutralizar la denuncia periodística manipulando desde las sombras al TNEP.
El TNEP falló a favor de Arce Mosqueira y obligó a Amalia Pando a retractarse y disculparse con el hijo del Presidente ya que “habría incurrido en la vulneración de los Deberes 1, 2, 3, 4, 8 y 10 y de las Restricciones 1 y 2 del Código Nacional de Ética Periodística”, según el fallo emitido el 20 de abril de 2022. Fue un golpe bajo para la mejor periodista de Bolivia.

Arce Mosqueira operó como articulador y cabecilla de una organización criminal incrustada en el corazón del sector energético para perpetrar negocios turbios y enriquecerse ilícitamente desajenando recursos energéticos vitales del país. Su negociado con el diésel, fue la gota que rebalsó el vaso. | Fotomontaje Sol de Pando
IMPUNIDAD LOGRADA PARA SALTARLE AL LITIO
El freno impuesto por el TNEP a la investigación de Pando no sólo desbarató el minucioso trabajo realizado por la periodista sino, básicamente, le permitió al hijo del Presidente seguir medrando sin obstáculos en su rol de intermediador entre el Estado boliviano y empresas extranjeras interesadas en hincarle el diente a los recursos energéticos del país. Con Amalia Pando apartada del camino, los negocios de Marcelito seguirían prosperando viento en popa.
Sin embargo, el tiempo se encargaría de reparar con creces aquella injusticia cometida contra Amalia Pando. Poco tiempo después del episodio venezolano en los “negocios ejecutivos” de Marcelo Arce, en junio del mismo año 2022 la periodista Isabella Cota de El País de Madrid reveló que el hijo del Presidente había estado en Moscú para reunirse con ejecutivos de la empresa rusa Uranium One Group, interesada en el litio boliviano. El periódico español publicó una foto del emisario boliviano en su reunión con los empresarios rusos.
Se sospechaba que gracias a la intermediación de Arce Mosqueira, Uranium sería adjudicada por el gobierno de su padre para explotar el litio del salar de Uyuni, al margen de la licitación. Y así fue. Dos años después de aquella reunión en Moscú, el 11 de septiembre de 2024 la empresa estatal Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) y la rusa Uranium firmaron un contrato de asociación accidental para el desarrollo de una planta de Extracción Directa de Litio (EDL), dejando atrás a una empresa norteamericana que se había presentado en la licitación ofreciendo un procedimiento con menor gasto de agua. El contrato estipula una producción de 14.000 toneladas de carbonato de litio anualmente, con una inversión de $us 970 millones por la parte rusa. La Fundación Milenio denunció que ese contrato es lesivo a los intereses del Estado, en los hechos no es una sociedad accidental, los mayores riesgos financieros son asumidos por el Estado boliviano.
Expertos en el sector se preguntan cuánto de comisión pagan las empresas adjudicatarias al hijo del Presidente para tener aseguradas las licitaciones a su favor. El descomunal tráfico de influencias que practica Marcelo Arce Mosqueira bajo la cobertura presidencial, incurriendo en un delictivo conflicto de intereses, ha convertido al hijo del Presidente en un nuevo rico que amasa inmensa fortuna a costa de los recursos energéticos y financieros del país, tal como ya había advertido Amalia Pando tres años atrás.
EL ESCÁNDALO DEL DIESEL DESPEJÓ TODAS LAS DUDAS
El presidente Luis Arce ha entregado a sus hijos el control decisivo del área energética del país. En esta apropiación familiar, el hijo mayor tiene facultades conferidas por el padre para negociar con gobiernos y empresarios extranjeros desde la urea de Bulo Bulo, el litio del salar de Uyuni o el diésel que Bolivia importa con los pocos dólares que quedan en el Banco Central.
Describiendo un modus operandi similar al que Amalia Pando desentrañó en 2022, el pasado 13 de marzo se publicó desde Buenos Aires el informe de un grupo internacional de investigaciones financieras que detallaba viajes realizados por el hijo del Presidente a la ciudad de Asunción, Paraguay, en compañía del actual presidente de YPFB Armin Dorgathen. Se han certificado al menos cinco ingresos al país vecino de ambos personajes, juntos, entre los años 2022 y 2024.
Esta vez, los vuelos chárter de Arce Mosqueira, pagados por el Estado boliviano, tenían que ver con negociados de la familia presidencial en la adquisición de diésel, infligiendo enormes sobreprecios y precipitando una cuantiosa fuga de dólares hacia los bolsillos de Arce Mosqueira a través de una turbia empresa intermediaria, Botrading, supuestamente subsidiaria de YPFB pero operando desde el Paraguay. El mismo informe revela que Arce Mosqueira, asociado con empresarios que ofician como sus testaferros, adquirió lujosos bienes inmuebles en la capital paraguaya, dando evidentes indicios de una actividad de lavado de activos.
En pasadas horas han circulado en redes sociales supuestos comprobantes de YPFB que dan cuenta de la entrega de 40.000 litros de diésel (dos cisternas) al otro hijo del Presidente, Rafael Ernesto Arce Mosqueira, entre febrero y marzo de este año, lo que pondría en evidencia que los vástagos presidenciales ejercen un control abusivo y doloso del comercio de carburantes incluso en el propio mercado local. Aún no se ha verificado oficialmente esa información.
En suma, todo lo que descubrió Amalia Pando en 2022, está hoy más que confirmado.
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