PEDRO GLASINOVIC Y EL CÓDIGO DE ÉTICA PERIODÍSTICA
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© Wilson García Mérida | Columna Sopa de Maní
Enorme beneplácito ha causado entre los periodistas del país la elección de Pedro Glasinovic Villafán como el Premio Nacional de Periodismo de este año. Un gran acierto del jurado que decidió entregar este significativo galardón a un periodista que simboliza y encarna el deber ético en el desempeño de nuestro oficio. Pedro es el portador andante —sufriente y combatiente— de un modo de hacer periodismo como un servicio apostólico a la sociedad y no como un medio de obtener poder y privilegios.
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Se formó académicamente en las aulas de la Universidad Católica y en el ejercicio de la profesión tuvo entre sus guías al maestro Huáscar Cajías, fundador del inigualable periódico Presencia donde Pedro inició su vida laboral en plena dictadura de García Meza. Conoció en carne propia la censura dictatorial y entendió que el ejercicio periodístico es un acto de fiscalización constante del interés público. Pedro sabe y enseña que el periodismo envilece su rol ante la sociedad cuando se subordina al poder corruptor de gobiernos y partidos.
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Hallo una formidable similitud entre las figuras de Pedro Glasinovic y José Nogales Nogales, mi entrañable maestro. El Dr. Nogales jamás ejerció cargo público alguno, no cedió a las tentaciones del poder cuando le ofrecieron ser Ministro de Estado o Embajador. Se resistió hasta el final de su existencia a someter su pluma, su imagen y su voz al servicio de ningún proyecto de poder político. Tocó un mechón del cabello del Che Guevara cuando cubrió la noticia de su muerte en La Higuera, y nunca claudicó su fervor por la Revolución Cubana en su etapa heroica. Su razón de ser era el periodismo a toda costa, a los privilegios de la riqueza mal habida opuso una digna austeridad, viviendo estrictamente de su trabajo bien hecho, además como abogado de causas justas. Y por ello todo el mundo le respetaba, desde las derechas y desde las izquierdas. Chechi Nogales era la autoridad moral del periodismo. Cuando veo y escucho a Pedro Glasinovic me es difícil no compararlo con José Nogales Nogales, también Premio Nacional de Periodismo en 1991, no es casual.
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Otros enormes referentes morales del periodismo boliviano, que debo mencionar junto a Chechi Nogales y Pedro Glasinovic, son Remberto Cárdenas y Carlos Soria Galvarro. Ambos anclaron en el periodismo más honesto que conocí, el del Semanario Aquí, viniendo desde una militancia en las utopías revolucionarias que hemos sabido abrazar movidos por una fe esperanzadora en la Humanidad. Y es que el genuino periodismo es también una opción de pensamiento libre.
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La peculiaridad en Pedro es su trayectoria sindical. Su generación es la del combate a la narcodictadura militar y la de los últimos estertores de la vanguardia proletaria sucumbiendo con la COB de Lechín ante el embate neoliberal; fue cuando los periodistas bolivianos se debatían en dilemas ideológicos que sólo podían superarse desde una Centralidad Ética, desde la Autonomía Informativa. Era un momento en que no bastaba tener formación académica; también era imperioso construir un sistema ético de conducta profesional frente a tan compleja realidad nacional. Fue entonces cuando Pedro Glasinovic si hizo líder nato del gremio.
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A fines de los ochenta el narcotráfico empoderado por García Meza estaba en ascenso, industrializando la droga en modernos laboratorios, lavando dinero en una floreciente actividad inmobiliaria y financiera y, sobre todo, produciendo nuevos ricos entre políticos y gobernantes de turno que extorsionaban a los narcos a cambio de protección. El periodismo tenía un frente de batalla abierto de la noche a la mañana. En esa batalla uní mis primeras armas con las de Pedro Glasinovic.
Los primeros intentos del narco-neoliberalismo por amordazar al periodismo, cayeron sobre Los Tiempos. Un ex paramilitar ligado al narcotráfico, de apellido Camacho, nos había iniciado un juicio penal al venerable Director don Carlos Canelas, a mi Jefe de Redacción el Dr. Nogales, y a mí como redactor. Pedro Glasinovic encabezó en La Paz una movilización del gremio que enarboló la Ley de Imprenta para conjurar la mordaza. Vinieron varios otros juicios, entre ellos del empresario cervecero Max Fernández, y la trinchera de Glasinovic era el bastión protector con el poderoso escudo de la Ley de Imprenta.
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A inicios de los años noventa, emergió en Cochabamba una entidad que lavaba dinero del narcotráfico, la inmobiliaria FINSA, sobre la cual publiqué mi primera investigación periodística. La mafia no me perdonó la osadía y mandó un sicario libanés para ejecutarme, contratado por el ex paramilitar Camacho. Sobreviví. Pero el siguiente ataque vino desde adentro, desde mi propio gremio, que en parte había sido cooptado por los dueños de FINSA. Conculcaron todos mis derechos sindicales, me sacaron del plan de vivienda, intentaron darme muerte civil ya en ese entonces, mis propios colegas, menos Pedro Glasinovic y otros valiosos periodistas como él, que sí los hay.
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En marzo de 1991, participé como invitado en el X Congreso Ordinario de la Federación de Trabajadores de la Prensa de Bolivia, en Trinidad, Beni, donde expuse evidencias de la irrupción de los empresarios de FINSA en las actividades sindicales del gremio en Cochabamba. Busqué el amparo de mis colegas del país ante los planes de conculcar mis derechos sindicales. Fue entonces cuando Pedro Glasinovic mi brindó su total respaldo, asumió mi defensa, y desde entonces mantenemos un vínculo de inquebrantable y solidario compañerismo. ¡Son más de 33 años de una amistad entrañable y profunda!
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En sesión plenaria del 10 de marzo de 1991, el X Congreso de Trinidad aprobó el Código de Ética Periodista que tuvo entre sus principales impulsores a Pedro Glasinovic. Es un documento de 13 puntos que adopta varios principios fundamentales de la Ley de Imprenta, como la restricción jurídica que impide al periodista —como transparentador de los intereses públicos—, ventilar la intimidad de los ciudadanos, aún sean funcionarios públicos. También se anticipa en la regulación de tendencias discriminatorias y racistas en la labor informativa.
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Durante el régimen neo-estalinista de Evo Morales, me tuve que refugiar dos veces en Brasil, en 2012 y 2016, para salvar mi vida y mi libertad. En ambas circunstancias conté con apoyo y protección de la Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia (ANPB) presidida por Pedro Glasinovic. A principios de 2019 retorné al país, ingresando clandestinamente para asumir mi defensa en juicios por sedición que me había entablado el ministro Quintana. Activaron mi ingreso, manteniéndome en la clandestinidad hasta el momento de presentarme en la Fiscalía, un grupo de colegas de la ANPB y la APLP encabezados por Pedro Glasinovic, junto a Carlos Soria Galvarro y Nelson Martínez. El primer cerco que debimos romper, fue el de algunos periodistas que me acusaban de haber “abusado” con mis investigaciones a Juan Ramón Quintana. Y gracias al apoyo de Pedro, Carlos y Nelson, la querella de Quintana por “sedición” fue anulada por la Fiscalía de La Paz.
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A Pedro Glasinovic y a todos los colegas formados en su escuela de nobleza y honestidad, les debo mi libertad y mi dignidad como trabajador de la prensa. Pedro en sí mismo es una institución dentro el gremio. Y por ello, el Premio Nacional de Periodismo de este año es el reconocimiento a un referente moral que representa lo mejor de cada periodista boliviano.
CÓDIGO DE ÉTICA PERIODISTICA
Aprobado en el X Congreso Ordinario de la Federación de Trabajadores de la Prensa de Bolivia | 10 de marzo de 1991 | Trinidad, Beni
Los Trabajadores de la Prensa de Bolivia adoptan como principios de ética profesional las siguientes normas:
- Los periodistas están siempre al servicio de la verdad, la justicia, el bien común, los derechos humanos, los ideales de perfeccionamiento humano y la paz entre los hombres.
- Los periodistas evitarán por todos los medios que se dicten disposiciones que anulen o censuren el ejercicio de la libertad de expresión e información.
- Los periodistas deben abstenerse de toda actuación deshonesta, juicios calumniosos, plagio, acusaciones sin prueba o ataques injustificados a la dignidad, o peligro de personas, instituciones o agrupaciones.
- Los periodistas tienen la obligación de salvaguardar el derecho que tiene toda persona a s Conoció en carne propia la censura dictatorial y entendió que el ejercicio periodístico es un acto de fiscalización constante de los intereses públicos. Pedro sabe y enseña que el periodismo envilece su rol cuando se subordina al poder de gobiernos y partidos.u intimidad y vida privada, propia y familiar, salvo que vulneren las leyes que norma el país.
- Para obtener noticias, fotografías, imágenes o documentos, los periodistas solamente podrán usar medios que sean justos, honestos y razonables.
- Ningún periodista está obligado a expresarse en contra de su conciencia y sus convicciones. En caso de conflicto con la empresa por cambio de ideología de ésta, los periodistas tendrán derecho a una indemnización justa, no inferior a la que establezcan las leyes para los casos de despidos.
- Los periodistas no deberán mostrar en sus noticias, programas radiales o televisivos, discriminación alguna contra personas, sean éstas por raza, color sexo, religión, opinión política, origen nacional o social.
- Los periodistas tienen la obligación de respetar el derecho de autor y mencionar la autoría, sin sacar ventajas personales de una información adquirida en el desempeño de sus funciones antes de que la misma sea de dominio público.
- Los periodistas rectificarán espontáneamente e inmediatamente las informaciones inexactas o erróneas, así como concederán el derecho de réplica, rectificación y respeto a toda persona o institución que lo solicite. Los rumores noticias e informaciones sin confirmar, deberán presentarse e identificarse como tales.
- Los periodistas tendrán siempre presente la lealtad que debe regir su relación con la empresa que los contrató, porque sus actuaciones comprometen en mayor o menor grado a la empresa para la cual trabajan, teniendo a su vez derecho a un salario justo.
- Los periodistas no podrán recibir remuneración alguna de institución pública o privada que frecuente por razones informativas. Es incompatible el ejercicio simultáneo del periodismo con el de relaciones públicas o asesorías de prensa cuando el periodista tiene asignada como fuente la institución para la cual también trabaja.
- Quienes ejerzan funciones de dirección sindical, sea cual fuera su nivel, no podrán utilizar influencias para obtener trabajo en empresas o instituciones que no tengan carácter periodístico.
- Los periodistas están obligados a reforzar la solidaridad profesional y las relaciones fraternales en el trabajo, sin desinformar a los otros colegas en el ejercicio de la profesión para consolidar su propia posición y obtener una situación mejor.
Los criterios y normas, del presente CÓDIGO DE ETICA serán obligatorios para todos los afiliados de la Federación de Trabajadores de la Prensa de Bolivia.
Los periodistas que actúan en el espíritu del presente CÓDIGO DE ETICA gozarán del pleno apoyo y respeto de sus redacciones, sindicatos y de la FTPB.
Los periodistas deberán lograr que el presente CÓDIGO DE ETICA sea colocado en sitio público en todas las redacciones de prensa, radio y televisión del país, así como colaborar para que sea conocido, aceptado y practicado por todos los miembros de la Federación de Trabajadores de la Prensa de Bolivia.
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