Data: diciembre 26, 2019 | 14:26
EL "TREN MAYA" AMENAZA DESTRUIR COMUNAS INDÍGENAS ZAPATISTAS | Simulando una Consulta Previa, el Gobierno de México emprende un proyecto vial depredador similar al TIPNIS en Bolivia...

EL EZLN SE REBELA CONTRA LÓPEZ OBRADOR

Los indígenas autónomos y su Ejército Zapatista asumen que el Gobierno Federal y el presidente López Obrador han declarado la guerra a los pueblos originarios de México mediante la imposición de megaproyectos como el “Tren Maya”. | Foto CNI

© Wilson García Mérida | Redacción Sol de Pando
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El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y las autoridades originarias de los territorios autónomos de Chiapas, han reactivado sus mecanismos de autodefensa para rechazar y resistir mega-proyectos extractivistas con que el Gobierno Federal que preside Andrés Manuel López Obrador, según denuncian, está avasallando el derecho territorial de los pueblos indígenas.

El Congreso Nacional Indígena (CNI), el Concejo Indígena de Gobierno (CIG) y el EZLN, reunidos en su Cuarta Asamblea Nacional la semana pasada, emitieron un pronunciamiento reiterando el rechazo indígena a la construcción de una línea férrea, llamada “Tren Maya”, que atraviesa territorios indígenas en base a una Consulta Previa que según el EZLN se basó en el ocultamento de información y en un chantaje del Gobierno Federal a cambio de pequeñas obras de asistencia social y sanitaria para las comunidades que aceptaron el engaño.

Los indígenas autónomos y su Ejército Zapatista asumen que el Gobierno Federal y el presidente López Obrador han declarado la guerra a los pueblos originarios de México mediante la imposición de megaproyectos como el “Tren Maya”.

“Para avanzar en su guerra, el mal gobierno apuesta por el desmantelamiento de los tejidos comunitarios, al fomentar los conflictos internos que tiñen de violencia a las comunidades, entre quienes defienden la vida y quienes decidieron ponerle precio, aún a costa de vender las futuras generaciones para el beneficio millonario de unos cuantos corruptos, a los que sirven los grupos armados de la delincuencia organizada”, se lee en el documento aprobado por dicha asamblea indígena zapatista que se realizó en San Cristobal de las Casas el 18 y 19 de este mes.

Aunque el EZLN se encuentra actualmente desarmado por decisión propia, el pronunciamiento indígena anuncia que “resistimos y luchamos porque estamos vivos, porque, aunque tenemos miedo de dejar de existir como lo que somos, no es esa la vía que elegimos para nosotros, nosotras y para quienes nos debemos”.

“El luto y la rabia que nos habita a quienes hoy nos encontramos, es por el daño a la madre tierra, el despojo de todas las formas de vida. Y aquellos que decidieron destruirla para convertirla en dinero tienen nombre y apellido, así como los asesinos de nuestros compañeros”, afirman, recordando el reciente asesinado del líder zapatista indígena Josúe Bernardo Marcial Campo, cuya muerte se suma a las de otros diez indígenas asesinados bajo el Gobierno de López Obrador en varias comunidades autónomas zapatistas de Morelos, Michoacán, Guerrero y Chiapas. Las otras víctimas fueron Samir Flores Soberanes, Julián Cortés Flores, Ignacio Pérez Girón, José Lucio Bartolo Faustino, Modesto Verales Sebastián, Bartolo Hilario Morales, Isaías Xanteco Ahuejote, Juan Monroy, José Luis Rosales y Feliciano Corona Cirino.

“Nuestros compañeros fueron asesinados por oponerse a la guerra con la que el mal gobierno pretende hacerse de nuestras tierras, montes y aguas, para consolidar el despojo que amenaza nuestra existencia como pueblos originarios”, remarca el documento zapatista.

Anuncian que “nuestros pueblos, naciones y tribus seguiremos cuidando y defendiendo las semillas de resistencia y rebeldía en medio de la muerte. Construyendo un camino que perdure en medio de la oscuridad; y nosotros, nosotras, ahí estaremos para sanar a nuestra madre tierra, junto con los pueblos del mundo”.

Lo mismo que el TIPNIS

Según los indígenas zapatistas de México, el Gobierno de López Obrador lanzó una ofensiva contra la autodeterminación de los pueblos con la construcción de  megaproyectos como el Tren Maya y la autopista San Cristóbal–Palenque, y con la intensifición de explotación minera y petrolera en Chiapas.

Los proyectos extractivos siguen en la mira de las empresas multinacionales, como la minería, el fracking e hidrocarburos, “aun cuando padecemos una crisis climática a nivel mundial; de ahí nuestro rechazo total al llamado proyecto del Tren Maya”.

El “Tren Maya”, proyecto a cargo del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), es actualmente la manzana de la discordia.

Se trata de un Megaproyecto en el sureste de México diseñado para atravesar los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, con una inversión estimada en más de 6 mil millones de dólares, de los que el 90% será privada y 10% pública.

La ferrovia abarcará 1.460 kilómetros con 18 estaciones y 12 terminales, atravesando 84 municipios y casi 1.500 comunidades indígenas.

El Gobierno “anti-imperialista” de López Obrador contrató a la empresa inglesa Streer Davies y a la consultora norteamericana  Price Waterhouse Coopers para la realización de un estudio que concluyó recomendando la construcción del Tren Maya y vaticinando que “será un negocio rentable y financieramente viable para el país por los ingresos y empleos que generarán durante su edificación y puesta en marcha”.

El caso es muy similar al del Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro-Secure (TIPNIS) en Bolivia, donde el régimen depuesto de Evo  Morales intentó construir una carretera para la coca cruzando el bosque protegido sobre el límite entre los departamentos de Cochabamba y Beni, también forzando dolosamente una Consulta Previa que se basó en prebendas y ocultando información.

Consulta Previa desinformada y prebendalizada

El 15 de diciembre pasado, el Gobierno Federal realizó la Consulta Previa con los pueblos indígenas afectados, utilizando un procedimiento que ha sido cuestionado por las autonomías zapatistas, debido a que el Gobierno de López Obrador ocultó información sobre los impactos ambientales al atravesar áreas de protección, atentando contra patrimonios biológicos como la famosa Cueva de los Murciélgos en el municipio maya de Calakmul, Estado de Campeche, a 35 kilómetros de la frontera con Guatemala.

Otra crítica del zapatismo indígena al “proyecto estrella” de López Obrador, apunta a la forma dolosa con que se realizó la Consulta Previa del 15 de diciembre, utilizado como medio persuasivo para su aceptación la oferta de obras de infraestructura básica como escuelas y puestos sanitarios, además de regalos “útiles”. En Bolivia el entonces Ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, obró de igual manera obsequiando motores fuera de borda, cocinas y televisores a los indígenas del TIPNIS.

“El mal gobierno federal” —afirma el pronunciamento indígena zapatista— “simula consultar a los pueblos, suplanta nuestra voluntad colectiva ignorando y ofendiendo nuestras formas de organización y toma de decisiones, como es el vulgar engaño a lo que llamó ‘Consulta’, cuyo objetivo no es otro que imponer por la fuerza el mal llamado Tren Maya, que entrega los territorios indígenas al gran capital industrial y turístico, o las mentiras a la que llaman también consulta para imponer con violencia el Proyecto Integral Morelos o los megaproyectos de muerte que reconfiguran nuestro país para dejarlo a disposición del capital multinacional, principalmente imponiendo el poderío terrorista de los Estados Unidos”.

El pasado 19 de diciembre, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH), observó que la convocatoria, el protocolo y la información presentada para la Consulta Previa “sólo hacían referencia a los posibles beneficios del proyecto y no a los impactos negativos que pudiera ocasionar”.

Según dicho informe de la ONU, en diversas ocasiones los indígenas consultados “preguntaron sobre dichos impactos sin obtener una respuesta clara y completa”.

La ausencia de estudios sobre los impactos o falta de difusión de los mismos —sotiene el mismo informe del organismo  mundial—, “dificulta que las personas puedan definir su posición frente al proyecto de manera plenamente informada”.

A pesar de esas omisiones, el Gobierno de López Obrador avanzó en la etapa consultiva del processo y se apresta a ejecutar la millonaria obra que estará a cargo de una transnacional norteamericana.

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