Data: enero 17, 2016 | 18:11

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COLUMNISTA INVITADO | Hay muchas razones para votar por el NO. Primero porque es inmoral apelar a los jueguillos de la democracia para prorrogarse...

XAVIER JORDÁN | Entre el Si y el No: con dirección a la mismísima mierda

El problema es que tampoco hay salida evidente. La oposición tiene líderes que más parecen saltimbanquis con deficiencia mental, no hay un sólo programa o modelo y mucho menos proyecto alternativo, no existe un sentido de unidad ni de conformación de un bloque opositor único y coherente y no hay liderazgos regionales amén de los esperpentos que han surgido últimamente y que no le dan pie con bola al asunto…

ACERCA DEL AUTOR
Xavier Jordán Arandia nació en Cochabamba el 23 de noviembre de 1971. Es licenciado en comunicación social por la Universidad Católica Boliviana y maestrante en educación superior por la Universidad Mayor de San Simón. Desde hace más de 13 años ejerce la docencia en las Carreras de Comunicación de ambas universidades en las áreas de teorías e historia de la comunicación, literatura y estudios culturales. Ha colaborado, a lo largo de 20 años, con varios periódicos y suplementos locales en sus áreas culturales y ha publicado en diversas revistas especializadas.

En año nuevo, de borracho, me había prometido no joder a nadie este año, pero ni bien empezadito el 2016, los putos transportistas me hicieron faltar a mi juramento y pues, como que ya arruinada la cosa, no queda otra que darle no mas a la tecla para alborotar el avispero. Mi consuelo es que voy a joder a los que se merecen, solamente. Hoy se merecen que los joda los del SI. Y también los del NO. Y también el resto.

Hay muchas razones para votar por el NO. Primero porque es inmoral apelar a los jueguillos de la democracia para prorrogarse pues, históricamente, todo bastardillo que ha buscado eternizarse en su trono, siempre, siempre, terminó siendo un tirano. Segundo porque no hay razón alguna para mantener intacto este Gobierno. Si bien han habido en el País cambios y rupturas trascendentales en cuánto a representación ciudadana e inclusión social, éstas no han pasado de la dimensión nominal y simbólica.

La Patria, sigue siendo la misma mierda de siempre, sin seguridad laboral, sin garantías para el mejoramiento del acceso a la salud, con un sistema educativo de cuarta, cada vez más débil e inútil, sin planificación de un desarrollo sostenido, gobernándose a plan de improvisaciones, pero con un satélite en órbita que nadie entiende pa’ que sirve, con más edificios hechos para escuelas y hospitales pero sin recursos para profesionales que los hagan funcionar, con más canchas deportivas de mierda y con cada vez más apego a las expresiones culturales asquerosas de lo banal y lo folclorizado.

El problema es que tampoco hay salida evidente. La oposición tiene líderes que más parecen saltimbanquis con deficiencia mental, no hay un sólo programa o modelo y mucho menos proyecto alternativo, no existe un sentido de unidad ni de conformación de un bloque opositor único y coherente y no hay liderazgos regionales amén de los esperpentos que han surgido últimamente y que no le dan pie con bola al asunto.

La consecuencia de este proceso es que la política, la economía, la educación y la cultura han sido secuestradas por «organizaciones sociales» con discursos y acciones conservadoras, dictatoriales, excluyentes y violentas que en los hechos constituyen de por sí el poder real: transportistas, comerciantes, juntas vecinales, loteadores, cocaleros, troskos, usted elija, cumpa. Estos mamertos han tomado el toro por las astas a plan de medidas de presión y de discursos neo nazis en versión subdesarrollada y provinciana y decorados con un conjunto de vocablos robados de la retórica marxista. No son originales ni cuando se tiran un pedo.

Y el resto de nosotros? Bien gracias, cabrones. Gracias por preguntar. Al que no le vale madre, se vuelve un activista irracional y reiterativo. Casi mongoloide. Por un lado los que apoyan el proceso y aman la igualdad y la tolerancia y dicen sí, porque somos mas. Y por otro, los fanáticos del no que se aferran a la menor pelotudez intrascendente de los entredichos, dires y diretes y como perras chismosas van mostrando su hipócrita indignación que no es sino un antifaz para su estúpido racismo.

A este debate le faltan argumentos, le hace falta deshacerse del maniqueísmo, le hace falta la crítica serena y especializada, le hace falta la participación de los muditos y le hace falta mucho más reflexión y silencio. Sólo así, posiblemente, quién sabe, tal vez, dejemos de conducirnos al desembocadero que nos arroje a la mismísima mierda.