Data: septiembre 21, 2013 | 12:14
La Agencia Espacial de EE.UU. desarrolló un sistema de alerta temprana para predecir incendios en la Amazonia. Los bosques de Bolivia y Brasil son los más vulnerables: tendrán severos focos de fuego durante el verano...

Según la NASA el 3% del bosque amazónico se quemó en la primera década del siglo XXI

El mapa satelital de la NASA sobre los focos de calor que activan incendios en distintos puntos del continente amazónico.

Mapa satelital de la NASA sobre los focos de calor en distintos puntos del continente amazónico. Las áreas más vulnerables con grandes incendios previsibles en el verano del 2013, se concentran en Bolivia y Brasil.

Un nuevo estudio realizado por la Agencia Nacional Espacial de Estados Unidos (NASA por su sigla en inglés) que midió la extensión de los incendios que arden bajo los árboles, establece que entre 1999 y 2010 —es decir durante la primera década del siglo XXI— se quemaron 85.000 kilómetros cuadrados es decir el 2.8% del bosque amazónico. El incendio del bosque que crece por debajo de la copa de los árboles representa una mayor amenaza para la Amazonia que la deforestación por agricultura y pastoreo de ganado. A esto se suma la vulnerabilidad del bosque amazónico en épocas de sequía…

© Redacción y Traducción: Silvia Antelo Aguilar © Textos originales en Inglés: Mongabay.com (Rhett Butler) | NASA News
INCENDIOS FORESTALES DURANTE UNA DÉCADA  Mapa de la deforestación y los incendios forestales del sotobosque durante 2001-2010 en tres regiones fronterizas del sur de la Amazonia, que incluye a Bolivia.  El acceso humano, ya sea por carretera o río, es un factor importante para la distribución de los incendios del sotobosque en esta región. La deforestación puede ser una de las variadas fuentes de combustible para provocar incendios de los bosques bajo los árboles.  | Foto Observatorio de la Tierra de la NASA.

INCENDIOS FORESTALES DURANTE UNA DÉCADA
Mapa de deforestación e incendios forestales del sotobosque durante 2001-2010, en tres regiones fronterizas del sur de la Amazonia que incluye a Bolivia. El acceso humano, ya sea por carretera o río, es un factor importante para la distribución de los incendios del sotobosque en esta región. La deforestación puede ser una de las variadas fuentes de combustible para provocar incendios de los bosques bajo los árboles. | Foto Observatorio de la Tierra de la NASA

La investigación, publicada el 22 de abril en la revista Philosophical Transactions of the Royal Society B, utiliza datos satelitales para mostrar que, en algunos años, los incendios del sotobosque (bosque que crece debajo de los árboles) queman en un grado mucho mayor los bosques que el área deforestada para la agricultura y el pastoreo de ganado. Sin embargo, el estudio no halló correlación entre los incendios del sotobosque y la deforestación.

«Se podría pensar que la actividad de la deforestación aumentaría significativamente el riesgo de incendios en la zona boscosa adyacente porque los incendios de deforestación son masivos, infiernos imponentes», explicó  Douglas Morton responsable de la investigación y miembro del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en un comunicado. «Usted hace una hoguera de un kilómetro cuadrado de superficie, arrojando cenizas y brasas vivas, precalentando el bosque adyacente. ¿Por qué no tenemos más incendios del sotobosque entre 2003 y 2004, cuando las tasas de deforestación eran tan altas

La respuesta se hallaba en los datos de humedad de la Sonda Infrarroja Atmosférica (AIRS), un instrumento a bordo del satélite Aqua de la NASA. La frecuencia de incendios del sotobosque coincide con la baja humedad nocturna, lo que permite que los incendios de baja intensidad en la superficie continúen ardiendo. En otras palabras, las condiciones climáticas parecen ser el factor más importante en el área afectada por los incendios del sotobosque.

Por lo tanto las zonas con baja deforestación pueden experimentar altas tasas de quema, de acuerdo a Morton.

«Usted puede observar al interior de una reserva indígena, donde no existe la deforestación y ver enormes incendios del sotobosque«, dijo Morton. «La presencia humana en la frontera de la deforestación conlleva a un riesgo de incendios forestales cuando las condiciones climáticas son adecuadas para la quema, con o sin actividad de deforestación«.

VIDEO | REGISTROS SATELITALES DE LOS FOCOS DE FUEGO EN LA AMAZONIA

Desde el espacio, podemos entender los incendios en formas que son imposibles desde el suelo. La NASA ha contribuido a la detección de incendios con fines científicos con la teleobservación por satélite y sistemas de información geográfica. Esta visualización de América del Sur muestra las observaciones hechas por el Moderate Resolution Imaging Spectroradiometer (MODIS) a bordo de los satélites Terra y Aqua. América del Sur presenta un parpadeo constante de incendios en gran parte de la selva amazónica en periodos diferentes.

Mientras los incendios pequeños pueden parecer poco importantes, si no se correlacionan con la deforestación, otras investigaciones han demostrado que estos incendios pueden tener un impacto significativo en los bosques al reducir su capacidad de recuperación.

«Cuando un bosque se quema por primera vez, la atura de las flamas rara vez supera los 30 a 40 cm, y el fuego se mueve lentamente a través de la hojarasca», explicó Jos Barlow, un investigador asignado al estudio de Philosophical Transactions of the Royal Society B. «Aunque estos incendios parecen ser relativamente inocuos, en realidad son muy destructivos ya que la mayoría de los árboles tropicales tienen una baja tolerancia al calor y su baja velocidad significa que las flamas se mantienen en contacto con los árboles durante largos períodos de tiempo. Como resultado, incluso incendios de baja intensidad destruyen hasta un 40% de los árboles. Además, estos incendios son el primer paso en el ciclo de retroalimentación positiva, donde los árboles muertos actúan para abrir el dosel y añadir leña al suelo del bosque, haciendo más inflamable el bosque e incrementando la gravedad de cualquier fuego adicional».

Una vez que los bosques quemados son dos veces más propensos a ser deforestados que los bosques no quemados, en gran parte debido a que los incendios posteriores arden con mayor velocidad e intensidad y causan mayor mortalidad de los árboles.

ALERTA DE LA NASA SEÑALA A BOLIVIA CON ELEVADO RIESGO DE IGNICIÓN EN SUS BOSQUES AMAZÓNICOS

BOSQUES DEL BRASIL Y BOLIVIA LOS MÁS VULNERABLES Este año las temperaturas más altas de lo normal en la zona tropical del Atlántico Norte sugieren un riesgo superior a la media de los incendios de este verano y principios del otoño. Los estados brasileños de Mato Grosso, Pará, Rondônia y Acre, así como los departamentos bolivianos de Santa Cruz, Beni y Pando son particularmente vulnerables según el estudio de la NASA.

BOSQUES DEL BRASIL Y BOLIVIA LOS MÁS VULNERABLES
Este año las temperaturas más altas de lo normal en la zona tropical del Atlántico Norte sugieren un riesgo superior a la media de los incendios de este verano y principios del otoño. Los estados brasileños de Mato Grosso, Pará, Rondônia y Acre, así como los departamentos bolivianos de Santa Cruz, Beni y Pando son particularmente vulnerables, advierte el informe científico de la NASA.

El bosque amazónico está enfrentando un alto riesgo de incendios en esta época de sequía, advierte un Sistema de predicción de incendios desarrollado por investigadores que utilizan datos de la NASA y de la agencia norteamericana NOAA (Administración Nacional Oceánica y Admosférica).
El modelo está basado en una correlación observada entre las temperaturas de la superficie del mar en el Atlántico tropical y las lluvias en la Amazonia. Las temperaturas altas del Atlántico tienden a suprimir las precipitaciones en el Amazonas enviando la humedad hacia el Golfo de México. El resultado es un incremento en la incidencia de incendios a través de las zonas sureñas de la región boscosa lluviosa más grande de la tierra.
Este año las temperaturas más calientes que las usuales en el océano Atlántico nor tropical sugiere un riesgo de incendios por encima del promedio para el verano y principios de otoño. Los estados brasileños de Mato Grosso, Pará, Rondônia y Acre así como los departamentos bolivianos de Santa Cruz, Beni y Pando son particularmente vulnerables.
Este sistema pronosticó correctamente una temporada menos activa de incendios en el 2012 cuando las temperaturas del Atlántico eran más frías y las lluvias amazónicas más fuertes.
Los desarrolladores del modelo, dirigidos por Jim Randerson de la Universidad de California en Irvine, están ahora mejorando el sistema para predecir inundaciones. Inusualmente los años de sequía parecen incrementarse alternando con años inusuales de inundaciones, produciendo un ciclo de sequía/incendio e inundación.
“Con este sistema de predicción esperamos construir algunas alertas tempranas con relación a si la región Amazónica está enfrentando un año de incendios o de inundaciones”, reveló Douglas Morton de la NASA quien trabaja con el equipo de Randerson en las predicciones.
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Los nuevos hallazgos, por tanto, tienen implicaciones significativas para predecir el futuro de los bosques amazónicos. Con los modelos climáticos proyectando condiciones secas a través de grandes extensiones de la Amazonía Sur, la incidencia y el alcance de los incendios de pequeñas superficie puede aumentar, lo que agrava los efectos del cambio climático relacionado a la sequía. El resultado podría ser el aumento de emisiones de carbono de los bosques quemados.

«Todavía no tenemos una estimación sólida de que las emisiones netas de carbono provienen de los incendios del sotobosque, pero los daños generalizados sugieren que son una fuente importante de emisiones que debemos considerar», dijo Morton.

Las emisiones de los incendios en los años de sequía en la cuenca del Amazonas a veces pueden rivalizar con las emisiones de algunos de los países más grandes del mundo. Por ejemplo, un estudio de 2011 publicado en la revista Environmental Research Letters estima que la sequía histórica de 2010 en el Amazonas provocó la liberación de cerca de 500 millones de toneladas de carbono (1,8 millones de toneladas de dióxido de carbono), mayor a las emisiones anuales de gases de efecto invernadero en la India.

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