Data: octubre 27, 2022 | 19:11
IN MEMORIAM | Como antiguo y ejemplar militante de la izquierda libertaria, promovió y celebró el ascenso al poder de Evo Morales. Cuando el gobernante de rostro indígena develó su faz autoritaria, Remberto Cárdenas invocó el espíritu indignado de Luis Espinal…

REMBERTO CÁRDENAS O EL PERIODISMO INCLAUDICABLE

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© Wilson García Mérida | Redacción Sol de Pando

Su nombre es un emblema de honestidad incuestionable. Remberto Cárdenas Morales, cruceño honorable, templó su ética de periodista, y su ejemplar probidad, defendiendo la Libertad de Prensa y el derecho a la verdad desde la trinchera gremial que resistió con armas nobles a las dictaduras militares de Banzer y García Meza. Formó junto con Luis Espinal, René Bascopé Aspiazu, Coco Manto y Antonio Peredo, entre otros de esa insustituible estirpe, el núcleo periodístico que había convertido el Semanario Aquí en la voz de aquella resistencia que supo hacer de la información el proyectil eficaz contra la opresión.

El pasado 10 de mayo, Día del Periodista Boliviano, la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) le rindió un emotivo tributo junto a otro gran maestro del oficio, Carlos Soria Galvarro, su camarada en la aventura militante del tiempo heroico.

En 2006, cuando se produjo el ascenso de Evo Morales al poder, Remberto Cárdenas era el Secretario Ejecutivo de la Confederación Sindical de Trabajadores de la Prensa de Bolivia (CSTPB) y desde su liderazgo en nuestro gremio no vaciló en apoyar y celebrar el cambio de régimen, tras tantas décadas de corrupción oligarca y saqueo neoliberal. Remberto era uno más entre millones de ciudadanos bolivianos que —sin esperar nada a cambio, sino sólo palpar la utopía del Pachacuti que parecía iba por fin a realizarse— dio la cara por Evo Morales.

Sin embargo, desde su misma gestión sindical al mando de la CSTPB, sintió las primeras pulsiones autoritarias del presidente con rostro indígena que mutó en un sórdido “gran hermano” neo-estalinista. Los intentos de Morales por abolir el espíritu de la Ley de Imprenta mediante el desconocimiento del secreto de fuente, le obligaron a Remberto tomar una posición gradualmente crítica que devino en una frontal oposición a la impostura evista. La represión de Chaparina, en 2010, desatada contra una movilización indígena de nuestra Amazonia que buscó frenar la fractura vial del Parque Nacional Isiboro Secure, terminó atrincherándolo en la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (APDHB), presidiendo su regional de La Paz.

Su mayor gesto de repudio a la traición del evismo estalinista, fue hacer renacer virtualmente el Semanario Aquí a través de una cuenta en Facebook administrada por él. Con ese gesto, Remberto invocó la memoria de Luis Espinal, incorporando el espíritu del cura combatiente en la resistencia al nuevo autoritarismo.

La desviación neo-estalinista del llamado proceso de cambio, es decir la traición desembozada de Evo Morales y su entorno a los principios éticos de la revolución indígena y cultural, fue una gran decepción que laceró el cuerpo y el espíritu de Remberto Cárdenas. Fue una frustración que cargó hasta la hora de su muerte, acontecida hoy tras una prolongada enfermedad.

Gratitud de Sol de Pando al colega solidario

En octubre de 2012, exactamente hace diez años, los periodistas de Sol de Pando experimentamos el primer exilio en Brasil al que nos confinó el gobierno de Evo Morales mediante una acción tenebrosa de su Ministro de la Presidencia. Quintana había movilizado en Cobija a un conocido narco-sicario (Esteban “Chito” López) con el fin de secuestrarnos y hacernos desaparecer para acallarnos definitivamente, pero fundamentalmente para impedir a toda costa la circulación de Sol de Pando.

Cuando habíamos reanudado nuestra edición impresa intentando reorganizar nuestro sistema de voceadores desmantelado por los represores (la jefa de canillitas de Sol de Pando en Cobija fue amenazada y obligada a dejar el cargo) los “operadores” de Quintana impidieron nuevamente la circulación del periódico, y ante la amenaza de ser secuestrados —hecho del cual fuimos advertidos por voces amigas dentro la misma Gobernación—, optamos por refugiarnos en el vecino Estado do Acre, bajo protección de la Policía Federal del Brasil.

Aquel 12 de octubre de 2012, día en que falleció el padre Gregorio Iriarte, habíamos retornado a Cobija llevando un nuevo tiraje de la edición impresa del periódico —que producimos en Cochabamba alquilando la rotativa de Los Tiempos por cuenta propia—, más de un año después de que el gobernador Luis Flores Roberts, en coordinación con los matones de Quintana, ordenara, en julio de 2011, la confiscación de 2.000 ejemplares y la quema del tiraje en un galpón de la Gobernación de Pando. Todo aquello sumado a la orden impartida desde el Ministerio de la Presidencia para que ninguna institución o empresa estatal ose contratar publicidad en las páginas de nuestro periódico.

En medio de tales adversidades que afectaron dramáticamente nuestra labor, Remberto Cárdenas activó todos los mecanismos a su alcance para frenar la escalada represiva desatada contra Sol de Pando, llegando incluso a comunicarse personalmente con los ex periodistas Iván Canelas y Amanda Dávila en al círculo íntimo de Evo Morales.

Dentro el gremio periodístico, Remberto Cárdenas marcó una línea de acción solidaria con Sol de Pando en el marco de una rigurosa defensa de la Libertad de Prensa. Ese manto protector que nos tendió Remberto ha funcionado incluso durante nuestro segundo exilio, acontecido en 2016, cuando otros líderes históricos del periodismo boliviano como Carlos Soria Galvarro, Pedro Glasinovic, Nelson Martínez, entre algunos más,  posibilitaron nuestro posterior retorno al país sin ningún condicionamiento de tomar partido en medio de la polarización que atenaza al país, mucho menos en el bando fascista.

Honor y Gloria a Remberto Cárdenas. Alma bendita.

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