Data: septiembre 11, 2020 | 21:27
LOS DEBATES SERÁN DECISIVOS | Tres encuestas sin debate previo reflejan una tendencia que se visibiliza poco a poco: Arce baja por la pedofilia comprobada de Evo y Añez por la corrupción asesina de los respiradores. Mesa estático. Dos de los más rezagados, Tuto Quiroga y María Bayá, son los únicos que suben…

ENCUESTAS: LA REALIDAD VIRTUAL DE CIESMORI

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© Wilson García Mérida | Redacción Sol de Pando | Servicio Informativo Datos & Análisis

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Las tres encuestas difundidas el 16 de febrero, el 15 de marzo y el 6 de septiembre de este año por la empresa Ciesmori, tienen el persistente denominador común de marcar un escenario donde el Movimiento al Socialismo (MAS) parece mantener su hegemonía electoral heredada del periodo prorroguista que colapsó tras el fraude del 20 de octubre.

Las encuestas de Ciesmori colocan al candidato Carlos Mesa (Comunidad Ciudadana) oscilando casi estáticamente entre el 18% y 17%, siempre segundo después de Luis Arce Catacora (MAS) que se debate entre el 33% y 26%. Sin embargo, estos índices no reflejan con exactitud la dinámica particular con se van proyectando las elecciones del próximo 18 de octubre; son comicios marcados por los efectos políticos de la pandemia, con un Gobierno que soporta un vendaval de acusaciones por corrupción en el manejo de la bioseguridad, y también por el pavoroso escándalo de pedofilia serial que dejó sin réplica al ex presidente Evo Morales, que con su brutal silencio admitió su enfermedad sexual.

En la realidad virtual de Ciesmori, el candidato del MAS, Luis Arce Catacora, tiene las de ganar incluso en primera vuelta, concediendo la posibilidad cerrada de una segunda vuelta a disputarse exclusivamente con Comunidad Ciudadana de Carlos Mesa. Pero es eso: una realidad virtual que sólo es útil a la propaganda triunfalista del MAS.

La realidad política del proceso electoral aún está en gestación y tomará una forma definitiva a partir de los anunciados debates entre los candidatos presidenciales, debates que durante el régimen neo-estalinista estaban proscritos, prohibidos incluso. “Evo sólo debate con el pueblo” era el argumento del pasado régimen, creando un vacío informativo que las encuestas llenaban en función al prorroguismo desde el poder mediático del sistema dominante.

Esto es lo que se ve en las tres encuestas de Ciesmori, previos a la fase de debates:

Arce y  Añez caen, Mesa se mantiene estático

A raíz del escándalo sexual que develó una severa patología pedófila en la vida privada de Evo Morales —quien había usado los bienes del Estado para seducir y violar niñas y adolescentes—, el caudal electoral del MAS tiende a una caída en picada; del 31,6% en febrero y el 33,3% en marzo, cayó al 26,3% en septiembre, con una pérdida aproximada de un millón de votos.

Mesa se mantiene anclado en un segundo lugar sin lograr superar el 17%.

Los demás —con excepción de Tuto Quiroga de Líder 21 y María de la Cruz Bayá de ADN—, están en franca caída.

Ciesmori le asignó a la presidente-candidata el tercer lugar después de Mesa; teóricamente Jeanine Añez conserva ese puesto pero disminuyendo severamente su caudal. La encuesta de febrero le asignaba el 16,5%, en marzo mejoró con 16,9% pero en septiembre cayó abruptamente al 10.4%. Las causas de aquella pérdida de popularidad de la transitoria prorrogista están a la vista. Cientos de bolivianos han muerto asfixiados por el coronavirus debido a la ausencia de respiradores, equipos inservibles que han sido comprados con ostensibles sobreprecios y fallas de fábrica, en uno de los actos de corrupción, entre varios, que han percudido el falso glamour de Añez ante la opinión pública nacional. A ello se suma la sucesiva andanada de “metidas de pata” de su prepotente ministro de Gobierno Arturo Murillo.

Camacho, Chi y Mamani en bajada

El candidato de Creemos, Luis Fernando Camacho, se muestra incapaz de capitalizar los votos que va perdiendo Añez en el espectro de la ultraderecha boliviana. El líder cruceño está siendo abandonado por aliados regionales de peso y el último golpe bajo lo recibió del ex canciller Ronald McLean que renunció en la víspera a la jefatura de campaña de esta fórmula. Su vicepresidenciable potosino Marco Pumari resultó inocuo en el occidente. Camacho tuvo una preferencia del 9.6% en febrero, bajó al 7,1% en marzo y cayó al 6,9% en septiembre.

En el cuarto puesto, Chi Hyun Chung de FPV también está en caída. El candidato coreano-boliviano se enredó en polémicas insulsas (es notable su obsesión homofóbica contra los movimientos gay) y no tuvo el arte necesario para asentar su propuesta en una estrategia económica con los colosos coreanos de la economía mundial, en la perspectiva de industrializar el litio e impulsar la industria automotriz nacional en alianza con Samsung y Hyundai. Chi relegó a segundo plano esa su interesante oferta. En la primera encuesta de Ciesmori obtuvo el 5,4% de las preferencias, en la segunda bajó al 3,8% y en la encuesta de septiembre cayó al 3,3%.

En el último lugar de los ocho postulantes está la organización PAN-BOL, cuyo candidato es el trabajador minero  Feliciano Mamani. En la encuesta de febrero obtuvo el 1,6% de las preferencias, en marzo 1,9% y en septiembre 0,6%.

Tuto Quiroga y María Bayá: el arma del debate

Dos de los candidatos que están en el sótano de Ciesmori, el ex presidente Jorge Tuto Quiroga Ramírez de Líder 21 y la abogada cochabambina María de la Cruz Bayá Claros de Acción Democrática Nacionalista (ADN), son los únicos entre los ocho presidenciables que muestran indicios claros de mejorar sus índices de aprobación. Su arma secreta parece radicar en la capacidad de debate y confrontación de ideas que ambos candidatos “minoritarios” han exhibido en las últimas semanas.

Tanto Quiroga que según Ciesmori ocupa el sexto lugar detrás de Chi Hyun Chung,  como Bayá que disputa el penúltimo lugar con Feliciano Mamani, ingresaron a la carrera electoral con ostensibles desventajas.

Tuto Quiroga se inscribió sin sólidas bases organizativas, perforado por la inesperada postulación de la presidente interina Jeanine Añez, a cuyo ascenso Tuto contribuyó decisivamente. Añez y su entorno íntimo corrompieron la transición post Evo, forzando su propia candidatura. Para colmo, Leopoldo Fernández que era considerado aliado histórico de Quiroga (Tuto defendió al ex Prefecto de Pando y al senador Roger Pinto en todos los foros internacionales tras la masacre de Porvenir), lo abandonó optando por apoyar la candidatura de Camacho. Tal es la debilidad partidaria del ex presidente Quiroga, que no alcanzó a inscribir candidatos para diputados y senadores ni en Pando ni en Beni.  Si a todo ello sumamos sus tendencias excluyentes y elitistas, Tuto Quiroga podría ser considerado el “looser” de estas elecciones, tal como lo define el académico Xavier Jordán tomando en cuenta al pie de la letra las encuestas de Ciesmori. 

María Bayá, como Tuto, también ingresó al escenario electoral con desventajas de origen. Reemplaza casi tardíamente en la candidatura de ADN al militar jubilado Ismael Schabib, que fue inhabilitado por incumplir requisitos básicos para postular. A pesar de sus dones intelectuales y profesionales, Bayá tropieza con un aparato partidario conservador que tiene dificultades para seducir al voto juvenil.

No obstante aquellas debilidades tácticas, Tuto Quiroga y María Bayá vienen desplegando una estrategia basada en su capacidad de debate y su talento para la polémica ideológica, que puede permitirles salir del pozo reflejado en las encuestas sin debate. Se perfilan como una sorpresa en las elecciones del 18 de octubre. Y dicha estrategia parece estar dando resultado. Según Ciesmori, en febrero Quiroga captó apenas el 1,6% de la preferencia, en marzo 1,7%, pero en septiembre saltó al 2,5%. ADN, con Schabib, llegó al 0.5% en la encuesta de febrero, en marzo el cambio de candidatos arrojó un lapidario 0%; pero en septiembre, con Bayá posicionada, remontó al 1.0%, superando a su antecesor.

No cabe duda que Tuto Quiroga tendrá una presencia estelar en la palestra de los debates. El ex Presidente de la República, ingeniero de profesión y banquero activo, es el único que puede reventarle en la discusión programática al ex ministro de Economía Luis Arce, candidato del MAS. A diferencia de Mesa, Quiroga tiene la autoridad moral necesaria y la solvencia intelectual suficiente, pero sobre todo la claridad política indispensable, para sacar del primer lugar a Arce e incluso confinarlo al mismísimo sótano de Ciesmori. Y paradógicamente, sería Carlos Mesa el principal beneficiario de esa acción de Tuto, pues la caída de Arce implicará un trasvase natural de votantes masistas, especialmente intelectuales de clase media, hacia Comunidad Ciudadana. De hecho el debate más esperado será entre Quiroga y Mesa; no se descarta que ambos terminen protagonizando la segunda vuelta. En esa perspectiva, otra arma estratégica que está empuñando Quiroga es su incursión eficaz en las redes sociales, al estilo de Cambridge Analítica (¿o CLS Strategies quizá?). No olvidemos que Tuto Quiroga tiene nexos de alta jerarquía con la política de Estados Unidos y es un personaje influyente en el mundo empresarial del país, especialmente en el sector financiero; son recursos que al parecer los está ahorrando, como buen administrador que es, para la estocada final.

María Bayá, por su parte, ha demostrado que es una candidata generacional de alto vuelo. Representa al sector urbano de profesionales jóvenes y aunque es conservadora como mujer por su formación demócrata cristiana (contraria al aborto), su discurso ético es movilizador. Atinó en incorporar como su acompañante de fórmula a un indígena quechua de raigambre katarista. Mostró su potencial impactando a la opinión pública del país el pasado 9 de agosto, cuando asistió al “Diálogo Político Nacional” convocado por la presidente Jeanine Áñez y protagonizó una interpelación en la cara de la misma Añez, en vivo y directo, exigiendo la renuncia de la Presidente a su abusiva candidatura basada en el uso indebido de bienes del Estado. El canal estatal de televisión interrumpió su emisión censurando aquel alegato de Bayá que queda registrado en los anales de la historia electoral de Bolivia. De hecho, un debate entre María Bayá y Jeanine Añez podría marcar ante los electores la abismal diferencia ética, moral e intelectual que separa a ambas mujeres, las únicas que figuran como candidatas a la Presidencia en la papeleta electoral del 18 de octubre.

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