Data: julio 27, 2024 | 16:53
EL ESTALINISMO DEL SIGLO XXI EN SU OCASO | El autócrata venezolano arremete contra la propia izquierda latinoamericana. El Presidente brasileño, guiado por Celso Amorim, marca pautas para una renovación democrática en el campo popular; en 2019 ya había criticado el prorroguismo de Evo Morales…

MADURO PERDIÓ EL APOYO DE LULA

Con Maduro llega a su fin el ciclo autoritario de la izquierda latinoamericana. Lula emprende el camino no estalinista para recuperar el sentido democrático de una izquierda institucional. | Fotomontaje Sol de Pando

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© Wilson García Mérida | Redacción Sol de Pando | Servicio Informativo Datos & Análisis

El desborde autoritario de regímenes como los del neo-estalinista Nicolás Maduro en Venezuela y del matrimonio sandinista Ortega-Murillo en Nicaragua,  hace eclosionar fisuras que podrían ser irreversibles en la izquierda latinoamericana.

El intento de Maduro por forzar su reelección para un tercer mandato, amenazando con desatar una sangrienta guerra civil en caso de ser derrotado en las elecciones de este domingo, ha rebasado la tolerancia ideológica que le dispensan sus principales aliados en la región, especialmente el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.

“Me asusté con la declaración de Maduro de que si pierde las elecciones habrá un baño de sangre; quien pierde las elecciones toma un baño de votos, no de sangre. Maduro tiene que aprender, cuando ganas, te quedas; cuando pierdes, te vas”, declaró Lula el pasado lunes durante una rueda de prensa con corresponsales extranjeros en Brasilia.

El presidente brasileño reveló que se había comunicado telefónicamente con Maduro para exhortarle que respete los derechos electorales de la oposición, por más derechista que ésta sea. “Si Maduro quiere contribuir a resolver la vuelta del crecimiento económico en Venezuela, tiene que respetar el proceso democrático”, dijo el gobernante obrero. Para Lula, no son posibles el desarrollo económico ni la justicia social sin un desarrollo continuo de la democracia.

Al día siguiente, en un acto de campaña transmitido por la TV estatal venezolana, Maduro respondió a las declaraciones de Lula sin mencionar el nombre del presidente brasileño, algo inusual en las insidiosas peroratas que el autócrata dedica a sus detractores y críticos, siempre señalándolos con nombres y apellidos. En este caso se cuidó de nombrar a Lula cuando dijo: “el que se asustó, que se tome una manzanilla porque este pueblo de Venezuela está curado de espanto y sabe lo que estoy diciendo”.

«Los procesos democráticos requieren que quienes pierden las elecciones acepten los resultados pacíficamente», afirmó Lula e insistió en la necesidad de observadores internacionales en Venezuela para garantizar la transparencia del proceso electoral.

Lula también está asustado por lo que sucede en Nicaragua. “Cuando uno piensa que no hay nadie para sustituirnos, nos estamos transformando en dictadores. Y eso no me gusta”, declaró en México hace tres años. Se refería al sistema despótico y dinástico que Daniel Ortega y su mujer-vicepresidente Rosario Murillo instauraron en el país sandinista, pervirtiendo el aparato electoral como instrumento de reelección indefinida de aquella loca pareja y sus hijos, bajo cuyo régimen nepótico hay miles de disidentes encarcelados y sometidos a tortura.

EVO MORALES FIRME CON MADURO, HASTA BAÑARSE EN SANGRE

Evo Morales aplicó en Bolivia el método chavista de instrumentar las urnas para instaurar una dictadura neo-estalinista, favoreciendo a un violento potenciamiento del neo-fascismo en el otro polo autoritario. | Foto archivo Sol de Pando

A contracorriente de Lula, el ex presidente de Bolivia Evo Morales declaró un apoyo cerrado a Maduro y aseguró que su compinche neo-estalinista “va a ganar las elecciones», según declaró en entrevista con la Agencia France Presse publicada el viernes. No obstante, las encuestas coinciden en asignarle al candidato opositor Edmundo González Urrutia elevado porcentaje de ventaja sobre Maduro. Gonzáles es sustituto de Corina Machado, la candidata cuya inscripción en el registro electoral fue bloqueada artificiosamente por el régimen.

En reportaje publicado también el viernes, el periódico El Tiempo de Bogotá señala que las diversas encuestas realizadas este mes establecen una intención de voto a favor de Gonzáles no inferior al 50% de los más de 21 millones de electores habilitados, con una abstención estimada en 20%.

Según El Tiempo, el 15 de julio la encuestadora Meganalisis, la que mayor ventaja le da al candidato opositor, dijo que 72% de intención de voto iba a González Urrutia frente a 14% para Maduro. A esa misma fecha, el grupo Magdaleno le atribuyó 66% al candidato opositor y 24% al líder chavista. Para la encuestadora Hercon, que cerró sus mediciones el 18 de julio, González Urrutia obtendría el 63% de los votos y Maduro cerca del 30%.

Otras encuestadoras como Consultores 21, More Consulting, Delphos, Datincorp y Datanálisis se mantienen coincidentes en un rango de entre 55 a 50% para Gonzáles y de 31 a 18% para Maduro.

A pesar de aquellas previsiones, Evo Morales da por sentado que Maduro será re-elegido este domingo. Eso sí —augura Morales según la AFP— habrá una «confrontación» promovida por una supuesta “estrategia para desconocer la victoria de Maduro el domingo”.

“Lo que están preparando es una acción internacional para decir que había fraude, que había violencia. Ah, y puede haber muertos, por supuesto”, anticipó el jefe cocalero a la agencia noticiosa, blandiendo exactamente el mismo argumento amenazante de Maduro que motivó el repudio de Lula.

En Bolivia, Evo Morales llevó a extremos sangrientos la estrategia chavista para eternizarse en el poder manipulando y pervirtiendo el sistema electoral. En 2019 no logró forzar su cuarto mandato y fue derrocado por una movilización ciudadana que derivó en un ascenso neo-fascista encabezado por Añez y Murillo, ante el vacío de una opción alterna en la izquierda. Lula, en ese momento, responsabilizó de su caída al mismo Morales.

“Mi amigo Evo cometió un error cuando buscó un cuarto mandato como Presidente”, declaró el líder brasileño en una entrevista con el diario británico The Guardian, el 22 de noviembre de 2019.

LA CENTRALIDAD ÉTICA DE CELSO AMORIM, EL HENRY KISSINGER BRASILEÑO

Celso Amorim fue catalogado en 2009 como “el mejor ministro de Asuntos Exteriores del mundo”. Un Henry Kissinger brasileño, en un sentido de inteligencia geoestratégica. Es el hombre de confianza de Lula en su agenda internacional. | Foto archivo Sol de Pando

A pesar del impasse reciente, Lula envió a Caracas a su asesor en asuntos internacionales, el ex canciller Celso Amorim, un crítico del régimen neo-estalinista de Venezuela desde los tiempos de Hugo Chávez. En 2007, el entonces Canciller brasileño criticó la postura de Chávez que condicionó el ingreso de Venezuela al Mercosur a una previa “reforma ideológica” en el organismo integrador. Amorim había sido uno de los principales gestores del ingreso de Venezuela al Mercosur, pese a las dificultades que opuso Chávez. Amorim también mantuvo posición firme en defensa de Venezuela ante las pretensiones de Bolsonaro y el Gobierno norteamericano de propiciar un golpe de Estado para derrocar a Maduro.

En 2009, Celso Amorim fue elegido por la revista estadounidense Foreign Policy como “el mejor ministro de Asuntos Exteriores del mundo”. Un Henry Kissinger brasileño, en un sentido de inteligencia geoestratégica. Es, además, el hombre de confianza de Lula en su agenda internacional.

El ex Canciller de Lula se encuentra desde el viernes en Caracas y ha tenido recepción protocolar de la Cancillería venezolana. Es una de las pocas voces de ecuanimidad, sino la única, que pudo instalarse como veedor internacional de las elecciones del domingo. La mayoría de los veedores acreditados pertenecen al bloque de países alineados con el neo-estalinismo venezolano: Rusia, China, Irán, Turquía, Nicaragua, etc. Estarán ausentes delegaciones de la OEA, ONU y Comunidad Europea.

En las recientes horas, Maduro ha expulsado de Caracas a dos senadores chilenos que fueron invitados oficialmente como veedores por la candidatura opositora, lo cual motivó una protesta oficial por parte del presidente socialista Gabriel Boric, quien no sólo está alineado con la crítica de Lula sino que ya antes de ser elegido Presidente de su país fijó una clara posición de repudio a las autocracias neo-estalinistas de Venezuela y Nicaragua, desde una izquierda de nueva generación.

Maduro también ha cancelado el viaje del ex presidente argentino Carlos Fernández que estaba invitado como veedor. Fue una represalia por el respaldo de Fernández a las declaraciones de Lula. “Si es derrotado, lo que tiene que hacer es aceptar el veredicto popular. Como dijo Lula: ‘El que gana, gana y el que pierde, pierde’, punto, se terminó. Así es la democracia”, dijo el expresidente kirchnerista en una entrevista radial. Por decir eso, Maduro lo borró de su lista de amigos; aunque el autócrata no se atrevió a proceder de igual manera con el ex Canciller brasileño.

Sin embargo, antes del viaje de Amorim, el Tribunal Electoral del Brasil había decidido suspender el envío de sus dos técnicos veedores, en respuesta a un ataque premeditado de Maduro al sistema electoral brasileño. El autócrata había afirmado el miércoles, en un mitin de campaña, que Venezuela tiene “el mejor sistema electoral del mundo porque se audita el 54% de las mesas”, a diferencia del Brasil donde “no auditan ni un acta”.

La respuesta brasileña fue inmediata. “Ante las falsas declaraciones contra las máquinas de votación electrónica brasileñas, que, contrario a lo que afirman las autoridades venezolanas, son auditables y seguras, el Tribunal Superior Electoral no enviará técnicos en una invitación hecha por la Comisión Electoral Nacional de ese país para monitorear los comicios” —dijo el organismo en un comunicado emitido el jueves—. “El Tribunal Electoral de Brasil no admite que, interna o externamente, por declaraciones o actos irrespetuosos con la equidad del proceso electoral brasileño, se descalifique con mentiras la seriedad e integridad de las elecciones y las urnas electrónicas en Brasil”.

ACUERDOS DE BARBADOS, LA CLAVE PARA ENTENDER EL DERRUMBE DE MADURO

Nicolás Maduro y Luiz Inacio Lula da Silva. Las miradas antagónicas de una izquierda latinoamericana en su momento crucial, de avanzar o retroceder. | Foto archivo Sol de Pando

Los roces entre Lula y Maduro, a raíz del modo en que el Presidente venezolano pretende forzar su re-elección vulnerando los legítimos derechos de una oposición hegemonizada por la derecha en esta coyuntura, se desataron en marzo cuando el régimen neo-estalinista impidió la inscripción de la candidata opositora Corina Machado, con lo cual Maduro estaba incumpliendo abiertamente un acuerdo suscrito en Barbados entre su gobierno y la oposición, en julio de 2023, para garantizar elecciones transparentes y libres bajo supervisión de la comunidad internacional. Brasil era uno de los países garantes de ese acuerdo.

Tras la proscripción electoral de Machado, el pasado 25 de marzo la Cancillería del Brasil, siguiendo la línea trazada por Amorin, emitió un comunicado cuestionando el veto a la candidata opositora, “lo que no es compatible con los acuerdos de Barbados”, decía el documento. La diplomacia brasileña recordó que dichos acuerdos “establecieron parámetros para la celebración de las elecciones presidenciales de este año, surgieron del diálogo entre el gobierno y la oposición mediado por Noruega, y recibieron el apoyo, entre otros, de Brasil y Estados Unidos”.

A su estilo, el régimen de Maduro  dio una respuesta reaccionaria a la racionalidad diplomática del Brasil. El comunicado firmado por el canciller Yvan Gil calificó como “gris en injerencista” el reclamo brasileño, afirmando que la redacción del pronunciamiento de Itamarati “pareciera haber sido dictado desde el Departamento de Estado de los Estados Unidos”. La típica descalificación neo-estalinista, cada vez más desgastada en su incoherencia.

Pero no sólo fue el gobierno de Lula, también el Presidente colombiano Gustavo Petro exigió a Maduro respetar los acuerdos de Barbados. La Cancillería de Bogotá advirtió en comunicado oficial que “los recientes acontecimientos acaecidos con ocasión de la inscripción de algunas candidaturas podrían afectar la confianza de algunos sectores de la comunidad internacional”.

Venezuela respondió a Colombia con el mismo tono agresivo y descalificador. Yván Gil dijo que el comunicado del canciller colombiano Luis Gilberto Murillo fue “un acto de grosera injerencia”.

Colombia tampoco envió veedores a Caracas.

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