Data: febrero 13, 2023 | 17:42
MIGRANTES JAPONESES TAMBIÉN FUNDARON ESTA CIUDAD | La presencia nipona en el Acre boliviano se remonta a fines del siglo XIX. Grandes obras en el municipio como el Hospital Roberto Galindo Terán fueron financiadas por el Gobierno del Japón, que hoy respalda decididamente la gestión de Ana Lucía Reis…

COBIJA MANTIENE VIVA SU RAIZ JAPONESA

La Alcaldesa de Cobija saluda al diplomático Kemji Motegi, Jefe de Cooperación de la Embajada del Japón en Bolivia, que visitó hoy la capital de Pando para concretar apoyo financiero especialmente dirigido a fortalecer el Hospital Roberto Galindo Terán. | Foto Sol de Pando

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© Redacción Sol de Pando en Cobija

Nuestra ciudad y nuestro departamento, en realidad han nacido con familias japonesas”, recordaba Ana Lucía Reis durante la visita del embajador Hokida Osama, el 22 de agosto de 2022. “Desde siempre, nosotros hemos recibido el apoyo del Japón”, dijo la Alcaldesa. El Hospital Boliviano Japonés “Roberto Galindo Terán”, bajo tuición municipal, fue construido en 1985 con recursos financiados por la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA). “Es el único hospital de segundo nivel que existe en todo el departamento, y atiende a los quince municipios”, remarcó Ana Lucía.

La visita del diplomático japonés había instalado en la agenda de JICA, como una prioridad, el fortalecimiento del hospital municipal de Cobija, denominado oficialmente “Boliviano Japonés”, como varios otros centros médicos de elevada importancia social en Bolivia.

Este lunes, 13 de febrero, seis meses después de la visita del embajador Hokida Osama, arribó a Cobija una comitiva técnica encabezada por Kenji Motegi, Jefe de Cooperación de la Embajada del Japón en Bolivia. La Alcaldesa, junto al médico Joselo Aguilar Jiménez, Director del benemérito Hospital, recibió en su despacho a los expertos japoneses con una carpeta de requerimientos entre los que se destaca la instalación de un mamógrafo, cuya adquisición será viabilizada por Programa de Asistencia Financiera para Proyectos Comunitarios de Seguridad Humana dependiente del Gobierno Japonés.

Ya durante la primera gestión de Ana Lucía Reis como Alcaldesa en el periodo 2010-2015, el Gobierno del Japón cooperó en proyectos  de pequeña escala mediante el programa denominado APC. “En mi primera gestión se ha construido, mediante el proyecto APC, el Hospital para Enfermedades Tropicales”, recordó Reis. Bajo esa misma línea de cooperación japonesa, la municipalidad había ejecutado el proyecto de Construcción de la Unidad Educativa Cobija.

El memorial que recuerda a los primeros migrantes japoneses, erigido en el Cementerio Municipal de Cobija. | Foto Sol de Pando

Los japoneses de Pando

Los japoneses llegaron al Acre a fines del siglo XIX, formando un ejército laboral contratado por el gobierno del Perú para la construcción de una línea férrea en la Amazonia del país vecino. Al concluir la obra, según el cronista cobijeño Franklin Landívar Higashi, varios de ellos se trasladaron a las zonas gomeras llegando hasta Riberalta en Bolivia y a Manaos en Brasil, pasando por la que hoy es la ciudad de Cobija.

Una segunda ola migratoria japonesa se produjo durante la Segunda Guerra Mundial, tras el estallido de las bombas de Hiroshima y Nagasaki.

Los primeros migrantes en los albores del siglo XX ingresaron del Perú bajando por el rio Tahuamanu, “llegan a la Barraca Porvenir, pasando antes por Filadelfia, donde descansan, y al cabo de muchas reuniones algunos deciden quedarse en Filadelfia, otros en Porvenir, los más continúan hacia Riberalta, (se dice que muchos llegados a Riberalta lo hicieron por la vía de Puerto Maldonado, Perú) y el resto hacia Puerto Bahía, hoy Cobija. Vale aclarar que en el trayecto por estos lugares, algunos decidieron afincarse, como los Chao, Nakashima, Tanaka, Nai, Ikiniuchi”, escribió Franklin Landivar, nieto por vía materna del patriarca japonés Tokishi Higashi Kame.

Ya en Puerto Bahía se afincaron los  Shimokawa, Nishikawa, Murata, Yosa, Higa, Ishiuchi, Zeito, Seyo, Toyama, Uyeno, Susuki, Isita, Kikunaga, Fukumoto, Saka, Kojarata, Kuajara, Miyashiro, Chiwanto, Ojara, y entre ellos mi abuelo materno, Tokishi Higashi Kami” — dice Lindívar Higashi—. “Estos sólo por citar a algunos, pues el único referente es el pequeño memorial que existe en el cementerio general, donde están inscritos la mayoría…”.

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