REPORTAJE | Visitando la Hemeroteca del “Museu da Borracha” (Museo del Caucho) en Volta da Empreza, donde se encontraron en batalla Rosendo Rojas y Plácido de Castro...

Buscando a Bolivia en el Archivo Histórico de los siringueros autonomistas de Rio Branco

Sol de Pando inició en el Museo de los Siringueros de la Goma una investigación sobre las batallas que acreanos y bolivianos libraron el año 1902 en Rio Branco. | Foto Sol de Pando

Sol de Pando inició en el Museo de los Siringueros de la Goma una investigación sobre las batallas que acreanos y bolivianos libraron el año 1902 en Rio Branco. | Foto Sol de Pando

© Wilson García Mérida | Redacción Sol de Pando en Rio Branco
Los puntos exactos de las batallas libradas durante la Guerra del Acre, que en el Brasil se recuerda como la Revolución Acreana. | Imagen cortesía de Altino Machado

Los puntos exactos de las batallas libradas durante la Guerra del Acre, que en el Brasil se recuerda como la Revolución Acreana. | Imagen cortesía de Altino Machado

Cuando nuestro país, Bolivia, ejercía potestad absoluta sobre este territorio, incluso con reconocimiento pleno del gobierno del Brasil, Rio Branco que entonces era el siringal llamado “Volta da Empreza”, fue el campo de batalla decisivo en aquella Guerra del Acre que la historiografia oficial brasileña recuerda como la Revolución Acreana.

Vuelta de Empresa, que es hoy la ciudad capital Rio Branco, era un punto militar estratégico por su ubicación equidistante entre Puerto Alonso  (hoy Porto Acre, en el extremo norte de la propiedad territorial boliviana) y Xapurí (que bajo el régimen boliviano se llamaba Puerto Mariscal Sucre, más cerca a la actual ciudad de Cobija donde quedó marcada la frontera definitiva tras la batalla de Bahía que ganamos gracias a las flechas incendiarias de los indígenas de la etnia Tacana Juan de Dios Aguada y Bruno Racua).

Durante el primer levantamiento acreano encabezado por el separatista español Luis Galvez (quien presidió la efímera República del Acre), mientras en Bolivia se producía la Revolución Federal (1899) que derribó al constitucionalista conservador Severo Fernández Alonso, los siringueros de Vuelta de Empresa (hoy Rio Branco) eran partidarios de mantener la potestad boliviana sobre todo el Acre, reclamando apenas una autonomía relativa; pero cuando los liberales bolivianos que se estrenaron en el poder con José Manuel Pando  decidieron entregar la administración de este vasto territorio amazónico a un consorcio norteamericano, el tibio pedido de autonomía se hizo radical a la cabeza del lider revolucionario Plácido de Castro, quien fue apoyado política y financieramente desde Manaos por el Gobernador anti-norteamericano del vecino Estado de Amazonas, lo cual dio origen al actual Estado do Acre.

Las dos batallas de Volta da Empreza

El munumento a Plácido de Castro en la Plaza de la Revolución, en Rio Branco. | Foto Sol de Pando

El munumento a Plácido de Castro en la Plaza de la Revolución, en Rio Branco. | Foto Sol de Pando

Aquí estuvieron las tropas comandadas por el coronel cochabambino Rosendo Rojas, valiente tarateño que le hizo temblar a Plácido de Castro en una primera batalla librada el 18 de septiembre de 1902: Cuando entraban a Vuelta de Empresa cantando victoria después de la toma de Xapurí el 6 de agosto, los acreanos fueron emboscados por los bolivianos  que infringieron a las fuerzas de Plácido de Castro 20 muertos, 10 heridos y una estampida  en polvorosa de casi 60 sobrevivientes revolucionarios; aunque también los hombres de Rosendo Rojas derramaron su sangre en esta tierra que hoy se llama Rio Branco, dejando  varios muertos en el campo de batalla.

Pero Plácido de Castro no se quedaría con los brazos cruzados después de la derrota del 18 de septiembre. Con la energía humana suficiente y efectivos de relevo a su dispocisión, reorganizó sus fuerzas y volvió a la carga el 15 de octubre, derrotando esta vez a las tropas que comandaba el coronel Rosendo Rojas. Entonces el militar boliviano comprendió que la revolución acreana era imparable, que no valía la pena seguir derramando sangre para defender los intereses de un consorcio norteamericano aspirando a apropiarse de estas tierras, y entregó su espada a Plácido de Castro, en un acto de honor. El revolucionario acreano se negó a recibir la espada de Rosendo Rosas que se rindió ante las circunstancias; pero el boliviano inisitió en entregársela como un obsequio de amistad.

Con la plaza de Volta da Empreza (hoy Rio Branco) liberada por la Revolución Acreana, quedaba nada más tomar Puerto Alonso (hoy Porto Acre), 300 kilómetros más al norte, donde la administración de José Manuel Pando había instalado un riguroso puesto de control aduanero para exaccionar a los siringueros en cumplimiento de los primeros acuerdos con el consorcio anglo-nortemaericano “Bolivian Syndicate”.

Sol de Pando en el Museo de los Siringueros

Evelyn Miranda, encargada del Museo, condujo a Sol de Pando por el vasto archivo hemrográfico de los siringueros acreanos. | Foto Sol de Pando

Evelyn Miranda, encargada del Museo, condujo a Sol de Pando por el vasto archivo hemrográfico de los siringueros acreanos. | Foto Sol de Pando

La información expuesta líneas arriba fue recabada en el archivo histórico del “Museu da Borracha” (Museo de la Goma), que preferimos llamar el Museo de los Siringueros. Fue creado en 1978 por iniciativa del gobernador Geraldo de Mesquita para conmemorar los cien años del éxodo nordestino originado durante un cambio climático en las regiones de Ceará, Magalhães y Piauí que, durante la sequía hemisférica de 1878, desplazó vastas poblaciones hacia los bosques más frescos y fecundos sobre las riberas del rio Acre. De ahí que cearenses y acreanos mantienen una fuerte identidad común.

Este Museo es un espacio destinado a conservar la memoria de los siringueros que han construído en estos bosques amazónicos una cultura y una sociedad basadas en el auge económico de la goma hasta mediados del siglo XX. “Pero no se restringe solamente a la economía de los siringueros, el museo abre también la posibilidad de entrever un universo cultural donde están incluídos también los pueblos indígenas y los ribereños. El Museo de la Goma es un espacio púbico que permite colectar, investigar, conservar y divulgar la historia cultural, social, económica y política de nuestro Estado”, explica Evelyn Miranda, encargada de este memorial que integra la red de museos de Rio Branco administrados por la Fundación Elías Mansur, brazo cultural del Estado do Acre.

Como nos sucedió en Xapurí, no hemos tenido aún el privilegio de contemplar centenares de piezas arqueológicas y palenteológicas, además de los acervos indígenas y relíquias de los tiempos del auge siringuero que se conservan en amplias salas que ocupa este museo en la esquina más céntrica de la avenida Ceará, en la antigua casona de la Superintendencia del Desarrollo de la Goma.  “El museo se encuentra en una etapa de remodelación y las piezas están guardadas y protegidas bajo llave”, informa Evelyn. Junto a esas piezas han entrado también en cuarentena, hasta que concluyan los trabajos de albañilería, miles de fotografias com imágenes registradas entre los años 1929 y 2001.

Sin embargo. el Archivo Histórico, la Bibioteca y la Hemeroteca del Museo del Siringuero siguen abiertos al público, y Evelyn nos invita a visitarlos con una cordialidad impresionante, no sin antes cumplir el requisito de llenar un formulario para investigadores.

El personal del Museo de los Siringueros en el horario vespertino. | Foto Sol de Pando

El personal del Museo de los Siringueros en el horario vespertino. | Foto Sol de Pando

El sector documental dispone anaqueles bibliográficos con 1.825 títulos entre libros y revistas que abordan diversos temas de la historia del Acre y de la Amazonia brasileña. De esa inmensa librería, Evelyn pone en nuestras manos dos ejemplares —de la primera y última edición— de “Historia do Acre”, una obra clásica de la historiografia acreana escrita por Carlos Alberto Alves de Souza, donde se leen episodios del conflicto entre Bolivia y Brasil aún inéditos y desconocidos en nuestro país.

En la hemeroteca hallamos un paraíso periodístico tan inmenso como los bosques acreanos. Desde ejemplares añejísimos de “O Acre”, el primer órgano del Estado, hasta periódicos que se editaron desde el siglo XIX hasta mediados del siglo pasado en las principales ciudades acreanas: “O Municipio” de Taruacá, “O Juruaense” de Juruá, “O Cruzeiro do Sul” y “O Rebate” de Cruzeiro do Sul, una parte apenas de los 31.756 ejemplares de diversos periódicos conservados aqui.

Ahora sí podemos afirmar que estamos sobre las pistas más seguras para saber en el terreno donde se derramó la sangre de dos pueblos hermanos, qué realmente sucedió en aquella Revolución Acreana que, para nosotros, los bolivianos, fue una Guerra.

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