Tiempo de “p’ajpakus” en el rock andino de Marcos Tabera
En Bolivia, como en Perú, el “p’ajpaku” forma parte de nuestra cotidianidad. Es un personaje andino que pertenece a la multitud, un enquiste social y cultural que ameniza las calles —en las grandes ciudades— fascinando al peatón con su verborrea embaucadora y seduciendo con su burda magia a los más incautos entre los incautos.
Curandero charlatán, astrólogo de pacotilla, matemático también quizá inclusive. Todo falso, aparente, pero poderosa y trágicamente convincente. Su medrar es el comercio de ilusiones dando gato por liebre, todos le compran y pagan caro el ser engañados sin vuelta que dar ni resarcimiento a reclamar. “Farandulero vendedor de milagros, | desde el olimpo tu veneno vital”.
“Pajpaku” es el título de la nueva canción del rockero boliviano Marcos Tabera, en colaboración estrecha con el maestro Oscar García que intervino en el texto y los arreglos del tema; obra lanzada junto al grupo AlterAndino en mayo de este año a través de un video-clip dirigido por otro rockero impenitente: el galardonado cineasta Tonchy Antezana.
Más allá de una gran factura en la calidad musical que ratifica esa profunda mirada indígena desde el rock alternativo de Tabera, en esta nueva propuesta el artista decidió involucrarse osadamente con un discurso libertario y subvertor: “Hasta la luna ya no quiere salir”, se escucha en la primera estrofa con una frase que nos suena algo familiar.
A través de su rock del «Pajpaku”, Tabera advierte que la coyuntura en la realidad boliviana está marcada por un peligroso resurgimiento del racismo anti-indígena, así en la Sociedad Civil como en la Sociedad Política. El desprecio al indio ha vuelto a instaurarse entre las clases medias urbanas y sus élites jailonas, atrincheradas en una oposición irracional que asocia erróneamente las andanzas de Evo Morales con presuntas taras de inmoralidad innata entre nuestros pueblos originarios. El retroceso histórico en ese plano es catastrófico.
Pero lo peor viene desde arriba. Para Tabera, es la filosofía del “p’ajpaku” (convertida en método político) que gobierna actualmente en Bolivia. El rockero nos recuerda que los “p’ajpakus” son usurpadores perversos de los saberes ancestrales; comienzan su sinuoso periplo por la vida promocionando y enalteciendo los valores más íntegros de la sabiduría indígena; mas a medida que prosperan y ganan mayor público-comprador (elector), caen en la codicia abandonando aquellas enseñanzas, adulterando las esencias originarias. El menjunje barato de yerbas naturales para sanar el cáncer y rejuvenecer el cutis contiene químicos artificiales, todo transgénico, la ayawasca no es tal. Las concupiscencias por el poder, por el privilegio elitista y por el enriquecimiento fácil vuelven al «p’ajpaku» un ser abyecto, sórdido. Stalin y Hitler son los santos patronos de los «p’ajpakus empoderados» del mundo.
Lo cholo versus lo indígena
“P’ajpaku” es una palabra quechua-aymara que significa demagogo, parlanchín, mitómano compulsivo, embaucador. Son personajes criollos y mestizos que proliferan especialmente en sociedades latinoamericanas con alta influencia indígena. En México y Guatemala, las culturas azteca y maya les denominan “merolicos”.
A pesar de la raigambre originaria de sus habilidades y conocimientos, el “p’ajpaku” es el paradigma del cholo megalómano arguediano (no el héroe nacional-revolucionario de Carlos Montenegro). Es tan anti-indígena como el más señorito de sangre azul y ambiciona, folclóricamente, ser un señorito de nuevo cuño. Es Gonzalo Hermosa, el Big Cholo de Los Kjarkas, llamando despectivamente “runitas” a los humildes pero sabios llameros y sikuris de Tapacarí. Es el chauvinismo boliviano anti-peruano y anti-chileno por mero interés mercantil; es la indolencia y la hipocresía. Es el provincianismo, el populismo. Es la cocaína colonizando a la hoja de coca como política estatal. Es lo cholo autoritario y sectario que está aplastando a lo indio libertario y comunitario.
Desde su mirada universal, desde su estética y su ética indígena, Marcos Tabera nos encara esta coyuntura en poco más de cuatro minutos de un excelente rock-fusión de alta ley, cargado de poesía estallando en mil verdades para contribuir a esta resistencia contestataria que, los libertarios de Bolivia, sobrellevamos denunciando y combatiendo en todos los frentes a tipos como Quintana y Romero por un lado, o Doria Medina y Valverde por el otro. Todos ellos la misma mierda p’ajpaka, corrupta, misógina, sociópata, narco-sicaria.
“No tienen ni cubiertos ni aparato inteligente en el que salga la foto de un pajpaku con diente de oro hablando incansablemente de sus pares, de sus pares que ya mataron, que ya robaron y escaparon, que tienen la cara tan dura como el cemento, que son su funcional complemento, les dicen oposición siendo de su misma facción, marchando en la misma dirección, buscando siempre una beneficiosa transacción que seguirá jodiendo a esta Nación…”.
El Rock del Pajpaku, letra y música de Marcos Tabera, arreglos de Oscar García | VIDEO
Rock boliviano: fusión necesaria con la raíz indígena
“Pajpaku” es una pieza destinada a convertirse en un clásico del rock andino boliviano. El audio y el video-clip de esta obra fueron producidos y editados simultáneamente entre las ciudades de La Paz y Nueva York, donde radica Tabera. “Hemos hecho un ensamble aprovechando las nuevas tecnologías de la comunicación para armar la obra digitalmente entre ambas ciudades, nos distribuimos el trabajo Tonchy Antezana y Oscar García en La Paz, y nosotros aquí en nuestro estudio de Nueva York”, dijo Tabera a Sol de Pando.
El ensamble de la melodía tiene una calidad rockera insuperable en manos de René Hamel, Franz Zuñiga, Freddy Mendizábal, Luis Pérez, Jorge Salazar, Hermann Vildoso, Milko Terrazas y Alejandro Alarcón,virtuosos integrantres del Grupo AlterAndino, que en esta ocasión ejecutan el tema “Pajpaku” con un estilo post-grunge acaso comparable al de los californianos Audioslave y su bello clásico “Like a Stone” en voz de Chris Cornell.
La dosis de zampoñas y charangos tiene una justa medida, junto a las imágenes, que afianza idóneamente el sonido autóctono en esta pieza de rock alternativo estrenada en Nueva York ante el auditorio de la Unión de Trabajadores de Estados Unidos.
Marcos Tabera —recordado primer vocalista de Khonlaya en los años 80— se ratifica con esta nueva obra como uno de los mejores representantes y creadores del rock andino contemporáneo. Su cálida y prolija voz de tenor preserva la tradición de pioneros como Nataniel Gonzáles de Wara o el Gato Alquinta de Los Jaivas.
En su ya clásico “Charango Bolivano” (que nosotros denominamos “el Rock del Charango»), lanzado el año 2003, Tabera mostró sin ambages que la única manera de conservar nítidamente la mirada indígena en nuestra música en este siglo XXI, por encima del folclorismo mercantil-chauvinista, es la más enérgica fusión.
El Rock del Charango | 2003 | VIDEO
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