Data: marzo 2, 2012 | 1:01
Una visita al Museo Histórico de Cobija
Reliquias de la Guerra del Acre

Un ajetreado fusil Winchester calibre 44 que sirvió durante las batallas de la Guerra del Acre en 1902.
Tras su fallecimiento el 7 de diciembre del 2002, la Sociedad de Escritores y Poetas de Pando promovió un merecido homenaje al patricio Alberto Lavadenz Rivera, poniendo su nombre a un apacible espacio museístico situado en una rotonda vecina al paseo del Carretón de Cobija.
Este museo histórico de Pando, dependiente de la Municipalidad y a cargo de Eduardo García Suárez, es uno de los más visitados especialmente por estudiantes de la materia.
Una de sus encargadas, Lindsay Landívar, nos atiende con cordial esmero y nos explica el origen de cada una de las piezas, que, si bien no son numerosas ocupando un ambiente relativamente pequeño pero acogedor, tienen un valor histórico incalculable.
Aquí están las reliquias de un pasado mágico y febril, donde las fantasmas de la Guerra del Acre conviven con los bártulos de la Casa Suárez, aquella en cuyas barracas Bolivia vivió la era del caucho que figura en la memoria nacional entre los episodios más dramáticos y sangrientos de nuestra atormentada Historia republicana.
links relacionados
- Nota original en el blog de Sol de Pando
- 11 DE OCTUBRE DE 1902 | La Gesta de Bruno Racua
- Brasil atacó en rechazo a un consorcio norteamericano
- Así se vivió la Guerra del Acre | REPORTAJE GRÁFICO
- El Monumento a los Héroes de Bahía
- Adela Zamudio en el Mamoré | La Alondra del Valle navegando en la Amazonia
- MEMORIA | Cobija en los años 40 del siglo XX