Data: agosto 23, 2015 | 20:34
DISPUTA EN TERRITORIO TAKOVO MORA | Corrupción en YPFB agrava la crisis...

Entorno palaciego e interferencias de ONG’s alejan a Evo de su raiz indígena

Un niño indígena del pueblo guaraní Takovo Mora es llevado a la cárcel de Santa Cruz después de la feroz represión policial en Yateirenda, el pasado 18 de agosto. | Foto Hernán Virgo Dávila | El Deber

Un niño indígena del pueblo guaraní Takovo Mora es llevado a la cárcel de Santa Cruz después de la feroz represión policial en Yateirenda, el pasado 18 de agosto. | Foto Hernán Virgo Dávila | El Deber

Acontecimientos desconcertantes en el régimen plurinacional que preside Evo Morales muestran que el Presidente de cuna originaria se va alejando perniciosamente del movimiento indígena. Todo indica que esta claudicación se origina en un entorno palaciego que «asesora» a Evo y direcciona sus discursos con un sentido de agresión y displicencia ante las demandas indígenas consagradas por la Constitución Política del Estado. La interferencia de ONG’s en el conflicto hace más vulnerables a los indígenas movilizados, mientras intereses transnacionales se ocultan en las pretensiones de YPFB para perforar un nuevo pozo sin consulta previa dentro el Territorio Comunitario de Origen (TCO) del pueblo indígena guaraní Takovo Mora, en el Chaco boliviano…

© Wilson García Mérida | Servicio Informativo Datos & Análisis

En el corto verano democrático-popular que vino después de la dictadura de García Meza-Arce Gómez, el presidente Hernán Siles Suazo cayó bajo la conjura interna de un «grupo palaciego» causante del fracaso de la Unidad Democrática y Popular (UDP). Dicho entorno marcado por un viral nepotismo y prebendalismo estuvo encabezado por el encargado de la Secretaría General de la Presidencia (convertida en Ministerio de la Presidencia durante el gobierno de Sánchez de Lozada) Félix Rospigliosi y su esposa Tamara Sánchez Peña, a quienes se responsabiliza de haber alejado a Siles Suazo de la perspectiva socialista de un Gobierno nacido en la resistencia a la narco-dictadura. Inducido a cometer errores estratégicos como la «desdolarización» y otras medidas que beneficiaron a un empresariado especulador (como por ejemplo la familia Doria Medina) ligado a ese «entorno palaciego», Siles Suazo interrumpió su mandato preso del desprestigio y la impopularidad, dando lugar al retorno de Paz Estenssoro que inauguró el periodo neoliberal en Bolivia.

¿Es ahora Evo Morales un nuevo «Prisionero del Palacio», atrapado en las tramas de un «entorno palaciego» que lo está llevando al despeñadero de la democracia desembocando en una salida militar a la crisis, con Evo o sin él, con «re-elección vitalicia» o sin ella?

Acontecimientos desconcertantes en el actual régimen plurinacional que preside Evo Morales Ayma —como la llamada masacre de Chaparina en el 2012 y la reciente represión policial en Yateirenda— muestran que el Presidente de cuna originaria se va alejando perniciosamente del movimiento indígena; y todo indica que esta claudicación se origina en un entorno palaciego que «asesora» a Evo y direcciona sus discursos con un sentido de agresión y displicencia ante las demandas indígenas. En corrillos del Palacio de Gobierno se afirma que quien elabora personalmente las declaraciones públicas y «ayuda-memorias» del primer mandatario es el Ministro de la Presidencia.

Evo declara enemigos a líderes indígenas guaraníes

Yateirenda | 18 de agosto, 2015 | Foto El Deber

Yateirenda | 18 de agosto, 2015 | Foto El Deber

En una conferencia de prensa ofrecida este domingo en Tarija, el presidente Morales atacó a los indígenas del pueblo indígena guaraní Takovo Mora que exigen se cumpla el precepto constitucional de la Consulta Previa en el proyecto para la perforación de un nuevo pozo petrolero en su territorio. Evo esgrimió los mismos argumentos lanzados antes por el ejecutivo de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), acusando a los líderes del pueblo Takovo de «extorsionar» al Estado con motivo de la Consulta Previa.

En algunos casos como este, ya no están viendo el medio ambiente, solamente es cómo extorsionar o chantajear al Estado y sacar algo de recursos económicos, ese es el final, ese es el tema”, declaró el Presidente en Tarija.

El pasado 18 de agosto, día en que se produjo la brutal represión policial de Yatarenda, el presidente de YPFB Guillermo Achá denunció que la dirigencia indígena habría malversado con destinos particulares quince millones de bolivianos (Bs 15’000.000) entregados por la empresa estatal  en anteriores oportunidades a modo de compensar impactos ambientales por la perforación de tres pozos exploratorios dentro el Territorio Comunitario de Origen (TCO) de la Capitanía Takovo Mora. Los indígenas desmintieron a Achá. A raiz de esa denuncia el presidente Morales anunció que futuras compensaciones serán realizadas mediante obras y no en efectivo. Según Achá, la consulta que ahora exigen los indígenas obedece a un afán extorsivo y anunció que enjuiciará a los dirigentes guaraníes «por malversación de fondos».

«En función a las atribuciones conferidas por ley y el seguimiento y descargo acordado entre partes, se iniciará de manera inmediata procesos a estas personas que se aprovecharon de su calidad dirigencial» anunció Achá, mientras la Policía trasladaba hacia la cárcel de Santa Cruz a decenas de indígenas, entre ellos mujeres y niños, arrestados durante la gasificación al bloqueo indígena de Yateirenda.

Petroleras de Brasil y Argentina detrás de YPFB

El Presidente ejecutivo de YPFB alega que debido a que el proyecto de perforación del Pozo DRS-X1007, perteneciente al Bloque El Dorado, «se halla en un predio privado», no corresponde la consulta previa en el TCO del pueblo indígena guaraní Takovo Mora. El territorio en disputa se halla en la zona del Chaco boliviano, dentro el departamento de Santa Cruz, provincia Coordillera, sobre el límite interdepartamental con Tarija. Es una zona de intensa actividad petrolera y gasífera.
Sin embargo la representante indígena Lourdes Miranda aclaró que dicha «propiedad privada» (el campo petrolero El Dorado) se halla en la circunscripción del territorio comunitario de la Capitanía Takovo Mora, dentro el municipio Cabezas. Miranda aclaró que dentro este TCO guaraní coexisten propiedades comunitarias y particulares, con títulos que pertenecen a indígenas, sus familias y asociados en actividades agroforestales y ganaderas bajo criterios de desarrollo sostenible. Se lo considera a YPFB un asociado desleal. «Ya hemos sufrido graves deterioros ambientales en anteriores perforaciones de YPFB sobre nuestra TCO y a pesar de que la Capitanía ha recibido compensaciones, esos daños no tienen precio, son inmensurables», dijo Lourdes Miranda en contacto con Sol de Pando.
La crisis se desató el 11 de agosto, cuando el Ministerio de Hidrocarburos respondió oficialmente a los indígenas que no habría Consulta Previa para el Pozo DRS-X1007 por hallarse ésta en propiedad privada. Posteriormente el Ministerio de Agua y Medio Ambiente y el Instituto de Reforma Agraria (INRA) emitieron informes de su especialidad respaldando la posición del sector petrolero. A raiz de ello los indígenas realizaron un bloqueo sobre la carretera internacional que atraviesa Yacuiba (Tarija) hacia Argentina. El bloqueo fue intervenido con una acción policial y militar desmedida.
Luego el Gobierno «flexibilizó» su posición admitiendo que se procederá a la Consulta Previa sólo una vez que se concluya la exploración tras la perforación del pozo y se inicie la construcción de gasoductos.
Según informó El Deber, «mientras la Policía utilizaba media tonelada de gases para despejar la carretera entre Santa Cruz de la Sierra y Yacuiba, el viceministro de Desarrollo Energético, Jorge Willy Ríos, redactaba una carta dirigida a Wilma Arredondo, capitana de Takovo Mora, para convocarla a una consulta sobre la construcción de ductos por la Tierra Comunitaria de Origen que dirige». El Gobierno considera que las perforaciones ya tienen ficha ambiental. La Consulta Previa sólo sería efectiva si los pozos son productivos y ameritan la construcción de ductos.
«Están incurriendo en flagrantes contradicciones» —dice la indígena Lourdes Miranda—. «Primero dicen que la Consulta Previa no es factible porque el pozo estaría dentro una propiedad privada, y ahora dicen que la Consulta no es necesaria porque hay ficha ambiental por los tres anteriores pozos que ya han destruido nuestro territorio a pesar de las compensaciones».
La sospecha que surge de inmediato es que el objetivo principal de YPFB-Chaco es el negocio de los gasoductos y oleoductos. Se estaría pretendiendo cerrar negocios con Petrobras de Brasil e YPF de Argentina, para incrementar la provisión de gas a esos países no gasíferos en medio de una galopante crisis del precio internacional de los hidrocarburos.
La actual gestión de YPFB, tras el fallecimiento de su anterior presidente Carlos Villegas, muestra signos de una falta de transparencia al extremo de haberse involucrado con uno de los más importantes narcotraficantes de la actualidad en Bolivia,  cuya flota de cisternas contratadas por esta empresa estatal para hacer transporte hacia la Argentina fue descubierta el mes pasado con cuantiosos cargamentos de cocaína en el país vecino.
Este nivel de corrupción que prevalece en YPFB parece ser proporcional a la cruda insensibilidad de su Presidente ejecutivo que pretende imponer a toda costa la perforación de un nuevo pozo en el territorio indígena sin cumplir el precepto constitucional de la Consulta Previa, al extremo de haber propiciado una represión policial y militar tan o más feroz que la de Chaparina, de muy triste recuerdo en la memoria indígena.Takovo Mora Campo El Dorado

Así fue la razia del 18 de agosto en Yateirenda

Yateirenda | 18 de agosto, 2015 | Foto El Deber

Yateirenda | 18 de agosto, 2015 | Foto El Deber

“Las huellas de los botines policiales quedaron tatuadas cerca de las chapas de las tres puertas de la casa de Selvy Cuéllar en Yateirenda. Esa tarde, cuando todavía había luz y la niebla tóxica del gas lacrimógeno había tomado las calles del pueblito guaraní, Selvy, sus tres hijos, su cuñada y dos sobrinos estaban encerradas en un cuarto de tres por tres” —narra la crónica del periodista Pablo Ortiz de El Deber, acerca de lo que sucedió la tarde de aquel martes 18 de agosto—. “Cuando escuchamos las patadas en la puerta, con mi hijo más grande hicimos fuerza para que no la abran. Afuera se escuchaba cómo todo se rompía. Al cabo de tres patadas se cansaron y se fueron”, contó la madre indígena.

La de Selvy es una de las 21 casas afectadas por la violencia policial del 18 de agosto, precisó Pablo Ortiz. “Entraron a las 75 casas del pueblo, pero hay daños en 21”, dijo Eulogio Vargas, responsable de vivienda de la comunidad. Los guaraníes acababan de mudarse a las 51 casas que el Estado había construido allí para reponerles las pérdidas del terremoto del 15 de octubre de 2013. Las viviendas iban a ser entregadas en septiembre con una visita del presidente Evo Morales, «pero ya no es una persona apreciada por los guaraníes de Yateirenda», escribió Ortiz.

El asedio comenzó un día antes, cuando los comunarios iniciaron el bloqueo de la carretera asfaltada a Yacuiba, exigiendo dialogar con el Gobierno sobre su pedido de la Consulta Previa para el nuevo proyecto de exploración de YPFB dentro este territorio indígena.

“Apegados unos a los otros, como muertos de frío, unos 60 policías se fueron acercando a los bloqueadores lanzando gases lacrimógenos. El día estaba nublado y no hacía calor” —relató por su parte Juan Carlos Salinas Cortez, otro periodista de El Deber destacado al lugar de los hechos—. “Tocaron las campanas del pueblo y los guaraníes respondieron con hondas y piedras. El enfrentamiento se congeló en un espacio reducido y duró 50 minutos, luego de ese tiempo lentamente, pero sin parar, los policías fueron obligados a retroceder ya sin gases, ya sin fuerza y sorprendidos por la puntería de los bloqueadores”.

El rostro de varios uniformados comenzó a llenarse de sangre por las flechas indígenas, sigue la crónica. “Impulsados por la ventaja, los guaraníes avanzaron más de dos kilómetros para luego volver al punto del bloqueo con los rostros colorados y una sonrisa de satisfacción. En el otro bando, el dolor era visible. ‘¡Malditos ayoreos!’, gritaban los policías que no sabían ni la etnia de los que intentaban reprimir, sin éxito. De forma inmediata, unos cuatro uniformados fueron evacuados a Santa Cruz”.

Los hechos se desarrollaron del siguiente modo de acuerdo al reportaje de Salinas Cortez:

“La orden de despejar la ruta era como un hierro colorado que nadie quería tener, así que alrededor de las 17:00 llegaron refuerzos junto a un camión antimotines. Luego de una improvisada lección de cómo avanzar y rodear a los bloqueadores, los policías caminaron al encuentro de los indígenas nuevamente.

Esta vez no repicaron las campanas y apenas si hubo resistencia: a las 17:30, la vía de la discordia ya queda libre y los motorizados empiezan a circular. Parecía que la faena había terminado; sin embargo, faltaba. Ahí comienza lo peor: los uniformados y el camión antimotines empiezan a tirar gases lacrimógenos en dirección de las casas del pueblo e ingresan en busca de los bloqueadores, de los que hacía pocas horas los había hecho retroceder dos kilómetros.

Los gritos de niños y mujeres se escuchan detrás de un ‘¡carajo, no filmen!’, dirigido a los periodistas. Los efectivos más osados ya pateaban las puertas para abrirlas de par en par, para sacar a los hombres para golpearles el abdomen y dejarlos sin respiración, arrodillados. ‘Ya no más, ya no más’, pedían inútilmente.

De otra casa, un efectivo sale con un niño que apenas le pasaba la cintura. Igual se lo cargaron. Más allá, consiguen a un adolescente que, con la cabeza gacha, no mira atrás cuando su madre chilla de terror y grita: ‘Él no hizo nada, es mi hijo que solo estudia’.

En la vorágine, el huracán verde se topa con varios vehículos y los parabrisas se vuelven astillas, los retrovisores dejan de reflejar el pasado y las llantas pierden el aire.

De la furia no se salva ni el camión cisterna que cura la sed del pueblo en época seca. Le abrieron el grifo para que el líquido se fundiera con la tierra, formando un charco que sirvió de trampa para atrapar bloqueadores que patinaron en su fuga. Oscurecía y la cacería continuaba. Escondido entre unos arbustos, un anciano escuálido se movió y tres efectivos corrieron tras él. Apenas pudo avanzar unos metros antes de que lo atrapen. Su edad le evitó la golpiza.

Durante casi una hora el ‘trabajo’ continuó y se hizo más minucioso. Los policías destrozaron mochilas, un equipo de música, ollas y víveres que los guaraníes olvidaron en su fuga.

Asustado, un hombre mayor con la Biblia en la mano salió, miro al cielo, miro a los policías y a sus paisanos atrapados, movió la cabeza y lloró. ‘¡Dios lo ve todo! no podemos pelear entre bolivianos. Es mi pueblo’, musitó para luego meterse a su casa.

La toma del pueblo se consolidó cuando el camión antimotines, plateado, flamante y amenazante recorrió muy lento las calles, sentando soberanía.

Los uniformados recién se sintieron vengados. ‘¡A la Policía se respeta, matacos de mierda!’, gritaba el huracán verde al final de su travesía por Yatirenda”.

La avalancha policial dejó varios heridos y fueron arrestados incluso niños, además de mujeres entre ellas las lideresas de la Capitanía Takovo Mora.

«A Franz Alcoba le duele respirar. Tiene dos costillas rotas y está postrado en un catre, sin plata para cubrir la receta del médico. A él lo agarraron en la calle y lo patearon», denunció el periodista Pablo Ortiz. “Creo que fue entre ocho, no sé. Después me colgaron como pa’ ahorcarme”, dijo la víctima. Mientras era apresado, los policías estaban en su casa, golpeando a su hija de 15 años en la nuca y la pierna, tratando que le dieran la llave de la moto. No lo consiguieron.

Cuando terminó todo, los policías cargaron en una camioneta patrullera a 29 personas, de los cuales sólo 16 eran guaraníes. También arrestaron a trabajadores agrarios de empresas vecinas. Y a dos niños indígenas. Se los llevaron al municipio de La Guardia, cerca a la ciudad de Santa Cruz, para encarcelarlos en celdas de una comisaría de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc).

Gobierno vs ONG’s: entre la partidocracia populista y el neo-colonialismo izquierdista

Yateirenda | 18 de agosto, 2015 | Foto El Deber

Yateirenda | 18 de agosto, 2015 | Foto El Deber

Cuando empezó la crisis de Takovo Mora empezó también una guerra mediática sin cuartel entre los gobernantes y determinadas Organizaciones No Gubernamentales (ONG’s) que durante el primer mandato de Evo Morales cogobernaron con el Movimiento al Socialismo (MAS), compartiendo cuotas de poder en varios ministerios así como en el servicio diplomático.

Coincidiendo no por azar con la demanda de los indígenas guaraníes para la Consulta Previa, el vicepresidente Álvaro García Linera denunció en Santa Cruz que aquellas ONG`s ex aliadas del MAS «se han dedicado a mentir… mienten para favorecer a países extranjeros… reciben dinero del exterior y trabajan en Bolivia para que nos convirtamos en guardabosques». Tal declaración efectuada por García Linera el 8 de agosto no insinuaba alusión alguna al problema de Takovo Mora, pero a medida que evolucionaba el conflicto se hacía evidente que era la causa inmediata de esa reiterada polémica entre el Gobierno y sus ex socias no gubernamentales. Similar hermenéutica se produjo durante la crisis de Chaparina en septiembre del 2012, cuando las mismas ONG’s se adjudicaron las banderas en defensa del Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), actuando cual organizaciones partidarias.

El 12 de agosto, siguiendo la línea del Vicepresidente, el ministro de Autonomías Hugo Siles advirtió que las ONG’s en cuestión podrían perder sus personerías jurídicas si seguían «dedicadas a conspirar». Siles dijo que estas ONG`s específicamente serían sometidas a una fiscalización «sobre el objeto que tienen estas entidades y si hay diferencias en el objeto que registran sin duda pueden ser susceptibles de la sanción y la anulación».

La amenaza fue respondida por las ONG’s aludidas con un pronunciamiento basado en su derecho a la libertad de expresión. Activaron su red internacional de financiamiento a través de un manifiesto firmado por decenas de intelectuales de izquierda tanto en Europa y Canadá como en América Latina, en una demostración de fuerza que arrinconó al Gobierno de Evo Morales a la derecha del ring.

García Linera contratacó el 12 de agosto (el mismo día en que el Ministerio de Hidrocarburos, el de Medio Ambiente y el INRA respondían a los guaraníes que no habría Consulta Previa), declarando obsoleto el rol de «suplencia» al Estado que había justificado el origen de las ONG`s izquierdistas en la década de los ochenta. “Hoy son menos necesarias», dijo, «antes cuando no había Estado las ONG’s hacían el papel de Estado, pero ahora estamos con un Estado fuerte, un Estado que asume su responsabilidad”.

El Vicepresidente matizó. “Las ONG’s bolivianas tienen toda la legalidad para seguir funcionando, las que criticamos son algunas extranjeras por mentirosas, a la mayoría las felicitamos por su buen trabajo social, aunque cada vez menos necesarias». No se refería a las ONG’s de la derecha financiadas por Usaid, ya venidas a menos en gran parte, ni a fundaciones e instituciones privadas que desempeñan en forma impecable actividades de investigación académica o labores comunicacionales sin inmiscuirse en la dinámica político-partidaria interna. Se refería García Linera a las ONG’s ex aliadas del MAS que hacen activismo interfiriendo en las demandas indígenas como parte de sus programas para captar financiamiento externo.

Se trata pues de una «interna» entre dos corrientes de una izquierda con raigambre autoritaria que chocaron en su avidez de poder. El año 2010, con motivo de la primera reelección de Evo Morales, la cúpula populista del MAS reclamó más cuotas en el Gobierno, desplazando a los funcionarios de las ONG’s en cargos decisivos de la administración. De ese modo algunos personajes que fueron la cuota oenegista en el régimen optaron por jurar al partido para mantener sus puestos en la función pública; y los demás volvieron a sus oficinas de base convertidos en opositores de la noche a la mañana. El conflicto del Tipnis fue la consecuencia sangrienta de esa disputa por el poder.

Estas ONG’s de izquierda no sólo se esmeran en desempeñar un rol de suplencia al Estado, también pretenden suplir a los partidos políticos. Y por tanto actúan con la misma lógica sectaria, intolerante y excluyente que caracteriza a toda partidocracia, haciendo gala además de un doble discurso. A pesar de la discursiva radical y seudo anarquista que empuñan en su guerra de posiciones, gozan de privilegios burgueses propios de su dependencia del capital externo. Sus elevados sueldos son en dólares o euros, y funcionan como satélites de corrientes neocoloniales que llegan especialmente de Europa. En varios casos, despreciando a profesionales bolivianos, estas entidades son dirigidas por jerarcas extranjeros que vienen temporalmente a Bolivia, al modo de los visitadores o encomendadores de la Colonia, como en un plan turístico de cinco estrellas. Son los mismos a quienes el escritor chileno Jorge Muzam llamó «izquierdistas exquisitos». Por supuesto que existen muy honrosas excepciones entre militantes humanistas y internacionalistas de esta corriente que marcan la diferencia ante la impostura dominante.

Con la muerte de Bosé Yacu se consumó la extinción de los Pacahuara

Con la muerte de Bosé Yacu, la última heroína Pacahuara, desterrada de su bosque natal, se consumó la extinción del único pueblo en aislamiento voluntario de la Amazonia boliviana. | Foto archivo Sol de Pando

La Fundación Tierra y el Cejis por ejemplo, dos de las ONG’s enfrentadas hoy a García Linera, fueron cómplices silenciosas del exterminio territorial de la nación Pacahuara cuando estas organizaciones aún compartían el poder con el MAS. A principios del año 2011, poco después de las elecciones del 2010, Sol de Pando publicó una investigación denunciando que el territorio originario de la nación Pacahuara fue entregado definitivamente, mediante resoluciones de saneamiento emitidas en el 2009, a una empresa maderera que posee un gigantesco aserradero en plena selva y que es hoy la principal exportadora de muebles a Estados Unidos.  Se le concedió a la maderera Mabet nada menos que 250.000 hectáreas de bosque Pacahuara en la provincia Federico Román de Pando, muy cerca a Cachuela Esperanza en afluentes del río Madera, mientras los sobrevivientes de la etnia en extinción permanecían desterrados desde tiempos de Banzer en una reservación evangélica de Riberalta. El Cejis guardó sepulcral silencio ante la denuncia, y Tierra atacó a Sol de Pando poniendo el tela de juicio el rigor de nuestra investigación.

Hoy, la interferencia de estas ONG’s en la lucha indígena por la defensa de sus territorios comunitarios tiene señales de ser un oportunismo izquierdista con fines de lucro que perjudica a los movimientos sociales en esta lid. Obstruyen el diálogo y en los hechos son funcionales a los propósitos del entorno palaciego centrado en el Ministerio de la Presidencia que juega en contra de Evo Morales agudizando los conflictos, desgastando al régimen e infiltrando fuerzas fascistas dentro del Gobierno, en una clara estrategia golpista y militarizadora a mediano plazo.

El Presidente aún está a tiempo de desligarse de ese perverso y peligroso núcleo palaciego en su entorno, y el movimiento indígena de Bolivia puede todavía emanciparse de la interferencia neocolonial que ejercen en su seno las susodichas ONG’s. Si todo esto fuera posible, volvería el J’acha Uru hoy eclipsado por oscuros nubarrones, y el Pachacuti que está agonizando bajo la bota policial y militar del autoritarismo pseudo-izquierdista, volvería a re-nacer en su esplendor libertario. (WGM).

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