EL CACAO BROTÓ EN LA AMAZONIA, SE HIZO CHOCOLATE EN MÉXICO
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© Redacción Sol de Pando | Agencias
En marzo de este año, la revista Scientific Reports publicó un estudio francés que ha proporcionado nueva evidencia sobre el origen y la domesticación del cacao en América, tanto su cultivo originario en la Amazonia como su uso posterior como chocolate en México. El reporte traza la ruta que siguió el cacao para llegar de Sudamérica al Caribe.
La investigación realizada por científicos de la Universidad de Montpelier corroboró que la domesticación de la planta Theobroma Cacao se produjo hace aproximadamente 5.500 años en los bosques amazónicos de los actuales territorios de Perú y Ecuador, de acuerdo a registros genómicos encontrados en antiguas cerámicas peruanas y ecuatorianas.
Casi 2.000 años después de su cultivo, la planta amazónica apareció en México, donde los pueblos Maya y Azteca lo transformaron en aquel elixir que hoy conocemos como chocolate. Los primeros registros del uso del chocolate en México datan de hace 3.600 años, según una investigación realizada hace más de una década por la Universidad Estatal de Washington.
En edición del 27 de octubre de 2018, Sol de Pando reprodujo el reporte norteamericano publicado por la revista Nature, informando que desde el año 2010 se había efectuado “un análisis genómico sobre centenares de árboles de cacao cultivados para rastrear su origen hasta un evento de domesticación único hace unos 3.600 años en América Central, aunque la especie salió del Amazonas”.
Según explicó el genetista Omar Cornejo, líder del equipo investigador de la Universidad de Washington, el momento de la domesticación en México hace 3.600 años, con márgenes de 2.481 y 10.903 años, “es consistente con los rastros de teobromina encontrados en la cerámica olmeca y los análisis a gran escala del ADN humano antiguo y moderno que ubicaron la población de las Américas hace aproximadamente 13.000 años”.
El estudio de la Universidad de Washington, ratificaba a su vez un informe publicado en 2013 (también reproducido por Sol de Pando en su edición del 15 de septiembre de ese año) a través del cual un equipo de arqueólogos franceses y ecuatorianos habían descubierto que el cacao tuvo sus primeros cultivos hace aproximadamente 5.500 años en los bosques de la Amazonia, en Sudamérica.
El antropólogo Francisco Valdez, que encabezó el grupo investigador ecuatoriano-francés en el yacimiento Santa Ana-La Florida, en el cantón Palanda de Zamora Chinchipe, Ecuador, aseguró que el cacao fue criado en la alta Amazonia y desde allí, “de alguna forma”, fue trasladado a Centroamérica. “En realidad” —dijo—, “el cacao no es originario de Centroamérica, como se ha creido hasta ahora, pues se presume que, incluso, hace unos 7.000 años ya había crecido en la Amazonia”.
El cultivo amazónico del cacao tiene una data de hace 5.500 años, según las pruebas de carbono 14 a las que fueron sometidos los vestigios hallados de la cultura Mayo-Chinchipe-Marañón, descubierta en el año 2002 en la zona y que al parecer se extendió por la selva peruana hasta el mayor afluente de la parte alta del río Amazonas.
Ante la evidencia de que el cacao se originó en la Amazonia, y 2.000 años después apareció en México convertido en chocolate, quedó flotando el enigma de cómo aquella planta sudamericana se había instalado en Centroamérica y el Caribe.
La respuesta la dio en marzo de este año el equipo de la Universidad de Montpelier, en un hallazgo que además de describir la fascinante ruta transoceánica del cacao, pone en evidencia un fluido intercambio que hubo entre los pueblos precolombinos del sur y el norte de América, antes de la conquista española.
LA RUTA DEL CACAO DE LA AMAZONIA A MÉXICO
Según el reciente informe de Scientific Reports, el equipo francés liderado por la botánica genetista Claire Lanaud, del Instituto Agap, de la Universidad de Montpellier, analizó residuos de 352 objetos de cerámica procedentes de 19 culturas precolombinas que abarcan desde hace aproximadamente 5.900 a 400 años en Ecuador, Colombia, Perú, México, Belice y Panamá.
Claire Lanaud había integrado el grupo binacional dirigido por Valdez en 2018.
El nuevo informe establece que el cacao se cultivó extensivamente a lo largo de la costa del océano Pacífico poco después de su domesticación en el Amazonas hace 5.500 años, con altos niveles de diversidad entre las cepas antiguas que indican que poblaciones genéticamente distintas se criaron juntas.
Según el reporte, la presencia de genotipos de cacao originarios de la Amazonía peruana en la región ecuatoriana costera de Valdivia sugiere que estas culturas mantuvieron contactos durante mucho tiempo. También se detectaron cepas peruanas en artefactos de la costa caribeña colombiana.
En conjunto, esto indica que las cepas de cacao sufrieron una amplia difusión entre países y se cruzaron para adaptarse a nuevos entornos a medida que las distintas culturas adoptaban su uso, apuntan los autores.
“Esta compleja historia de la domesticación del cacao es la base de las poblaciones actuales de árboles de cacao y su conocimiento puede ayudarnos a gestionar mejor sus recursos genéticos”, concluyen los científicos en su informe de Scientific Reports.
EL CHOCOLATE COMO DEMIURGO CIVILIZATORIO
Los adelantos técnicos en los siglos XVII y XVIII permitirán al fruto transmutarse bajo formas insospechadas. | Foto Sol de Pando
El nivel de “domesticación” en la Amazonia era notablemente inferior al desarrollado en la Mesoamérica. En México y Guatemala los derivados del fruto protagonizaron una revolución del sabor y de la neuroestimulación que transformó la cultura humana hasta nuestros días.
A diferencia de los mayas y aztecas que inventaron el elixir mágico, los pobladores amazónicos se alimentaban y vitaminizaban consumiendo la pulpa blanca vizcosa y semidulzona del interior de las mazorcas del cacao, desechando las semillas o almendras que concentran los alcaloides del chocolate.
Las almendras, recubiertas por la pulpa blanca, son de color marrón rojizo y muy duros; los alcaloides que contienen (principalmente la teobromina) les confiere un sabor amargo al paladar, razón por la que los amazónicos se limitaban a extraer la pulpa blanca; mientras los aztecas y mayas descubrieron que fermentando las semillas con la misma pulpa del cacao resultaba una bebida con la teobromina refinada, que se llamó chocolate.
Según el Popol Vuh, libro sagrado de los mayas, el cacao era considerado uno de los cuatro árboles cósmicos situados “en los rumbos del universo” y tenía una asociación esencial con el maíz, la “planta sagrada” por excelencia de México.
Además, el cacao era un fruto relacionado metafóricamente con la sangre y el sacrificio. Así como la coca en los Andes, el cacao tenía en México un importante uso ritual, se consumía en las bodas de la realeza azteca, acompañaba a los difuntos en su tránsito al más allá y se lo bebía para festejar victorias militares. También hay evidencias de que las semillas del cacao circulaban como monedas de intercambio.
Cuando se produjo el Descubrimiento de América, los conquistadores españoles —llegando a México— quedaron fascinados al probar el elixir de cacao producido por los mayas y aztecas.
Durante la Colonia, los europeos perfeccionaron la domesticación del cacao “suavizando” el sabor de la teobromina mediante la adición de especies dulces y aromáticas como miel, azúcar de caña, anís, vainilla, canela, flor de azahar, etcétera. La bebida fue adoptada como tonificante y energizante por los nobles españoles.
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