TRAS LAS HUELLAS DE JUAN DE DIOS AGUADA
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© Wilson García Mérida | Redacción Sol de Pando en Rio Branco © Primera edición publicada el 18 de mayo, 2016El sábado 7 de mayo de 2016 —cinco días antes de nuestro destierro a Rio Branco por obra de nuestro gran perseguidor, Juan Ramón Quintana—, fue una jornada memorable para Sol de Pando. Habíamos encontrado al nieto de Juan de Dios Aguada, el héroe ixiameño del pueblo Tacana que lanzó la flecha incendiaria para expulsar de Puerto Bahía (hoy Cobija) a fuerzas brasileñas que nos disputaron el territorio del Acre en la batalla decisiva de esa confrontación, la Batalla de Bahía, librada el 11 de octubre de 1902. No fue Bruno Racua el del flechazo certero.
El descendiente vivo del héroe olvidado se llama Silverio Aguada Opimi. Llegamos a su humilde morada en El Sujal, comunidad cercana a Villa Busch, guiados por sus nietos Lucía y Rolando Aguada López.
Ahora está plenamente demostrado que Bruno Racua no fue el único guerrero Tacana que salvó a Cobija de pertenecer al Brasil. Juan de Dios Aguada y Bruno Racua, ambos, fueron los principales flecheros que dieron gloria a la Columna Porvenir comandada por Federico Román. Pero el de la flecha certera fue Aguada.
De Juan de Dios Aguada tuvimos primera noticia leyendo un libro publicado en 1928 que nuestro carnal Carlos Soria Galvarro había heredado de su abuelo don Felipe Terán, amigo personal del médico erudito José Salmón Ballivian, autor del libro “Por tierras calientes: Impresiones, anécdotas e iniciativas referentes al Beni y Noroeste”. El libro que tiene una dedicatoria al abuelo de Carlos, fue donado por él a Sol de Pando. Allí se lee lo siguiente:
“Humildes indios de provincia, ya no ennoblecidos con el carácter de soldados sino modestos siringueros, merecen también nuestra más profunda admiración, como el ixiameño Juan de Dios Aguada, que aún vive en Cobija y que fue quien disparó su flecha incendiaria que trajo por consecuencia la toma de Bahía; hecho que bien puede parangonarse con el de Arquímedes, el que por medio de espejos ustorios incendió las naves de la escuadra de Marcelo frente a Siracusa”.
Esa y otras fuentes como las difundidas por Vincent Vos y Carlos Tiburcio Amuruz, hacían imprescindible indagar, primero, si realmente existió Juan de Dios Aguada radicando en Cobija tras la Guerra del Acre, y segundo saber por qué se lo excluyó de una gesta en la cual sólo figura el nombre de Bruno Racua.
GALERÍA | Silverio Aguada, nieto del héroe
Las indagaciones de Sol de Pando
Tras conversar con su nieto Silverio Aguada, pudimos confirmar que Juan de Dios Aguada existió realmente. Luego nos dirigimos al municipio de Porvenir, en busca de una foto del héroe anónimo que no pudimos hallar; entrevistamos a la profesora Febi Hurtado Tirina, quien según los testimonios orales que recogió a lo largo de varios años de investigación por cuenta propia, zanja la “discrepancia Racua-Aguada” con esta narración clave:
«Un día antes de la Batalla de Bahía, el capitán Federico Román, que organizó y comandó la Columna Porvenir, hizo una serie de pruebas al contingente de tacanas ixiameños ordenándoles practicar tiro al blanco con sus flechas de caza. El plan era lanzar flechas incendiarias a la barraca de Puerto Bahía donde se hallaban pertrechados los brasileños, entre costales de bolachas de goma que eran muy inflamables. Eligió a tres de los más diestros flecheros: Bruno Racua, Juan de Dios Aguada y un tercero cuyo nombre se perdió en la bruma del olvido eterno, y es explicable: El día de la batalla, muy temprano, Bruno Racua lanzó su flecha pero no dio en el blanco. La flecha que si dió en el blanco fue la de Juan de Dios Aguada, haciendo innecesario un tercer flechazo…»
En el número 2 de la revista Enfoque Amazónico —publicación que se edita en Riberalta— el académico Vincent Vos, en coautoría con Julio César Maldonado, confirma la acción de Juan de Dios Aguada como el indígena que lanzó la flecha incendiaria contra las tropas brasileñas en Puerto Bahía (hoy Cobija). En el artículo “La batalla de Bahía, momento decisivo en la historia de la Amazonia Boliviana” dicho autor señala lo siguiente en base a una referencia proporcionada por Fernando Vaca Suárez:
«En el libro ‘Anotaciones y documentos sobre la campaña del Alto Acre, 1902-1903’ originalmente publicado por el señor Nicolás Suárez en 1928 en respuesta a anteriores declaraciones de parte del coronel Federico Román, encontramos una declaración jurada de don Teófilo Parada (administrador de la Barraca Porvenir, nr) donde en la página 261, al describir la Batalla de Bahía, textualmente afirma: ‘En este primer momento el siringuero ixiameño Juan de Dios Aguada disparó la flecha que incendió el barracón'».
GALERÍA | Portadores de la memoria oculta
Los aportes de Carlos Tuburcio Amuruz
Por su parte el historiador y documentalista Luis Oporto Ordóñez, en el prólogo del libro “La Columna Porvenir” de Carlos Tiburcio Amuruz elaborado en base a los documentos de Nicolás Suárez citados por Vincent Vos, hace un esclarecedor comentario:
«Ante la ausencia del Ejército nacional, el industrial Nicolás Suárez Callaú organizó la Columna ‘Porvenir’, el 8 de octubre de 1902, pequeño ejército privado con 83 plazas, la mayoría trabajadores y empleados de sus barracas gomeras y un grupo de indígenas tumupaceños e ixiameños entre ellos Belisario Marupa, Eusebio Tibubay, Bruno Racua y Juan de Dios Aguada, hábiles en el manejo del arco y flecha, cuya participación en el conflicto cobraría insospechado protagonismo».
El aporte de Tiburcio Amuruz es significativo en el tema. El comentario de Oporto Ordoñez al referido libro especifica:
«Capítulos desconocidos de la historia de ese conflicto son relatados por los comandantes de la Columna ‘Porvenir’, como el de Simón Moreno quien afirma que los ixiameños formaban parte de la tercera compañía, y que el ‘siringuero ixiameño Juan de Dios Aguada disparó la flecha que incendió el barracón’, aunque Atanasio Estremadoiro sólo menciona que ‘llamóse a un indio ixiameño, cuyo nombre no recuerdo, se le entregó un arco y una flecha provista de una mecha impregnada en kerosene; lanzada ésta sobre los techos de hojas de palmera resecas por la acción del sol, dos minutos después edificios y trincheras a merced de llamas hacían desalojar, poniendo en derrota, despavoridos, a los que días antes habían ultrajado la soberanía nacional’».
Queda abierta así la probabilidad de que los flechazos que evitaron la pérdida total del Acre boliviano fueron lanzados por una comunidad de indígenas guerreros de la etnia Tacana, confundiéndose entre ellos Bruno Racua y Juan de Dios Aguada. Racua, entonces, no fue sólo él, es todos ellos.
Hallazgo definitivo en el archivo digitalizado del Sereci-Pando
El Servicio del Registro Cívico (Sereci) de Pando está a la vanguardia del país al haber digitalizado la totalidad de sus archivos de nacimientos y defunciones, remontándose a inicios del siglo XX, lo cual nos ha permitido acceder de manera expedida a los registros concernientes a Juan de Dios Aguada y su descendencia.
Para obtener aquel acceso, Sol de Pando cumplió la formalidad de solicitarla mediante una carta dirigida al entonces Director del Sereci, la que fue respaldada por el tataranieto del héroe, Rolando Aguada López.
Gracias a esa información sabemos que Juan de Dios Aguada nació en Ixiamas en 1878 y murió a sus 71 años en la ciudad de Cobija. No hay registro de sus matrimonios; pero las fuentes orales aseguran que tuvo dos concubinas. De una de aquellas relaciones nació su hijo Ángel Aguada con materno desconocido, quien a la vez tuvo dos matrimonios, primero con una señora de apellido Serato y luego con con Domitila Opimi. Los hijos de Ángel —nietos de Juan de Dios Aguada— fueron su primogénito Ángel Aguada Serato (fallecido el 14 de Julio del 2001 por un ataque al corazón), Florentino Aguada Opimi (también fallecido) y Silverio Aguada Opimi que aún vive en El Sujal, cerca a Villa Bush, camino a Porvenir, a quien tuvimos la fortuna de conocer.
La familia Aguada, ramas frondosas en Cobija
Los hermanos de padre Angel Aguada Serato y Florentino Aguada Opimi se casaron cada uno con dos hermanas de apellido López. Una de ellas llamada Domitila.
No obstante la precisión de estos datos, aún es necesario profundizar el rastreo del archivo digital del Sereci con la participación de otros descendientes que están dispersos en la ciudad de Cobija y alrededores. Sería muy útil que la Dirección a cargo de este archivo organice una unidad exclusiva para la familia Aguada hasta agotar el rastreo.
La persecución y los afanes de proscripción que Sol de Pando enfrentó por la acción represiva que ejerció contra este medio el Ministro de la Presidencia de Evo Morales, obligándonos a abandonar Cobija y salir del país, nos ha impedido concluir plenamente nuestro trabajo en los archivos del Sereci y posteriormente, como estaba planificado, acceder complementariamente a archivos antiguos de la Parroquia de Cobija donde se hallan partidas de bautismos y matrimonios, así como a los libros de defunción del Cementerio Municipal de Cobija.
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