HAITÍ NO CONOCE NINGUNA VACUNA ANTI-COVID

En los últimos años el surgimiento de pandillas armadas y grupos paramilitares han rebasada la capacidad de seguridad interna y externa del Estado haitiano. | Foto Dieu Nalio Chery / France24
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© Redacción Sol de Pando en Cobija
Ni AstraZeneca, ni Pzifer, ni Sinopharm, ni la Sputnik V, ni Johnson & Johnson. Haiti no conoce ninguna de aquellas vacunas anti-coronavirus que inmunizan al mundo. Es uno de los pocos países que todavía no han recibido ni una sola dosis del suero para la pandemia. Haití aún no ha comenzado ninguna campaña de vacunación contra el Covid-19.
El inestable país caribeño —de 11 millones de habitantes— está muy dividido políticamente y enfrenta una fuerte crisis humanitaria, con escasez de alimentos, falta de oportunidades laborales y el agravamiento de la crisis económica debido a la pandemia, que ha estado desatendida por las autoridades.
El asesinato del presidente Jovenel Moïse, la madrugada de este miércoles mientras el gobernante dormía en su domicilio, es el síntoma terminal de una crisis profunda que ha gestado una catástrofe política y social que amenaza con expandirse al resto del continente latinoamericano.
Una crisis de legitimidad del sistema político que estalló en 2018 con la dificultad de elegir a nuevos gobernantes, debido a un gran ausentismo electoral, ha desatado una ola de violencia, el surgimiento de grupos irregulares armados y una ola creciente de criminalidad. Sólo en el pasado mes de junio más de 150 personas fueron asesinadas y otras 200 secuestradas.
El cadáver de Moise tenía doce orificios realizados con armas de gran calibre y también de 9 milímetros. «Lo encontramos acostado boca arriba, pantalón azul, camisa blanca manchada de sangre, boca abierta, ojo izquierdo perforado. Vimos un agujero de bala en la frente, uno en cada pezón, tres en la cadera, uno en el abdomen», relató el juez Carl Henry Destin que dirigió el examen forense del presidente asesinado.
El presidente Moïse murió la madrugada de este 7 de julio, cuando un grupo de hombres armados no identificados atacaron su residencia. Su esposa Martine Moïse, la primera dama, fue hospitalizada debido a las heridas sufridas durante el ataque; la trasladan a Miami. Es un misterio el por qué lo mataron dos meses antes de nuevas elecciones presidenciales, en las que Jovenel Moïse no iba a postular su reelección.
Los vecinos de Moïse afirmaron haber oído disparos de ametralladoras pesadas poco después del ataque. El video tomado por los residentes que viven cerca del lugar del ataque contiene la voz de un hombre con acento estadounidense, hablando en inglés, que afirmó por un megáfono durante el ataque ser miembro de la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA); lo cual fue desmentido por la Embajada de Estados Unidos. Otros de los atacantes hablaban español. “Estos eran mercenarios”, dijo un alto funcionario del gobierno haitiano.
Jovenel Moïse, investido como Presidente en 2017 después de una larga crisis electoral, concentró rápidamente el enojo popular, alimentado en particular por un aumento de los precios y luego por una escasez de combustible. En 2019 fue acusado “de malversación de fondos” antes de su toma de posesión.
A partir de 2002, sin Parlamento funcional, el Presidente gobernaba por medio de decretos.
En los últimos meses, los líderes opositores exigieron su renuncia, argumentando que su mandato culminaba legalmente en febrero de 2021 –cinco años después de las caóticas elecciones de 2016– y no en 2022, como defendían el Presidente y sus partidarios.
En este contexto, debido a una creciente inconformidad de la ciudadanía contra su Gobierno y después de dos aplazamientos, Moïse convocó nuevas elecciones presidenciales, legislativas y un polémico referendo para modificar la Constitución, que se celebrarían el próximo 26 de septiembre.
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