GARCÍA MÉRIDA PLANTEA DESTITUCIÓN DE MURILLO
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© Redaccion Sol de PandoEl periodista Wilson García Mérida, Director de Sol de Pando, dirigió una queja ante el Defensor del Pueblo de Cochabamba, Nelson Cox, denunciando que dos funcionarios del Gobierno de la presidenta Añez, Arturo Murillo y Erick Foronda, vienen obstaculizando “deliberadamente” necesarias medidas gubernamentales que lo protejan de una tentativa de asesinato que estaría tramando en su contra el ex ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana.
En criterio del periodista, ambos funcionarios deberían ser removidos de sus cargos «porque no representan el espíritu democrático y de preservación de los Derechos Humanos que corresponde a un Gobierno de Transición nacido del sacrificio ciudadano».
En la queja formalizada ante Cox, «invocando la Resolución 67/2019 de la CIDH que garantiza el servicio defensorial sin restricciones ni obstáculos», García Mérida afirma que Murillo, Ministro de Gobierno, y Foronda, Secretario Privado de la Presidenta, impiden “una solución definitiva a la situación de persecución que, como Director del periódico Sol de Pando, enfrento desde el año 2011 resistiendo constantes agresiones y amenazas de muerte del hoy ex ministro de la Presidencia Juan Ramón Quintana Taborga, asilado ahora en la Embajada de México”.
Tanto el ministro Murillo como el secretario Foronda, según García Mérida, «se niegan rotundamente a atender mis requerimientos como víctima del represor Quintana, cerrándome todas las puertas del actual Gobierno de Transición, además dispensándome un trato prepotente e irrespetuoso».
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El maltrato recibido por parte de ambas autoridades, dice, «agrava mi vulnerabilidad y la de mi familia, ya que mi vida y mi integridad física están bajo extremo riesgo ante el permanente asedio de los sicarios de Quintana, a algunos de los cuales tengo debidamente identificados gracias a la cooperación que me brindó en el destierro la Policía Federal del Brasil». Asegura también estar informado que en los recientes días «matones al servicio del ex Ministro de la Presidencia» se encuentran en Cochabamba para atentar contra su vida.
El Director de Sol de Pando protesta porque la indolencia mostrada por Murillo y Foronda agrava su vulnerabilidad e indefensión “ante las amenazas de muerte que son latentes estando los sicarios de Quintana circulando libremente, lo cual además me obliga a permanecer bajo constante clandestinidad dentro el territorio nacional”.
Tal actitud de ambos servidores públicos, sostiene, “también conculca mi derecho a emprender acciones legales contra mis perseguidores, ya que especialmente el Ministro de Gobierno, como MAE de la Policía y Migración que me enjuician de modo ilegal, tiene el deber de reparar los daños que mi familia sufrió por esta cadena de abusos cuyo fin último es la extinción de Sol de Pando aún a costa de mi desaparición física”.
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Amenazas y agresiones latentes de Quintana
En otra parte de su carta, García Mérida recordó que en agosto de 2013 una patrulla de Migración, en concomitancia con la Policía de Cochabamba, le aplicó un “operativo migratorio” el momento en que distribuía ejemplares del periódico Sol de Pando en la ciudad de Cochabamba, donde se edita el periódico pandino, “habiendo sido arbitrariamente encarcelado por no portar Pasaporte ni Cédula de Identidad actualizada; y también fui torturado y sometido a una feroz pateadura en dependencias policiales de la FELCC en la Laguna Alalay —delante de varios testigos y un camarógrafo de ATB— golpiza ordenada por Quintana que el actual Ministro de Gobierno está en la obligación de esclarecer”.
Recordó también que en mayo de 2016 Quintana le instauró un juicio penal acusándolo de “sedición”, esgrimiendo como prueba de tal delito 10 artículos de su autoría publicados en Sol de Pando. La Fiscalía emitió aquella vez una orden de aprehensión que le obligó a buscar refugio en Brasil.
“Durante mi destierro en la ciudad de Rio Branco” —afirma— “tomé conocimiento de una red de prostitución y narcotráfico que operaba bajo protección de Quintana y una diputada de Pando. Mientras investigaba el caso y concluía el informe periodístico, la Policía Federal del Brasil detectó que sicarios de aquella organización criminal habían cruzado la frontera con el objetivo de asesinarme. El 28 de noviembre de 2016, en una operación conjunta entre la Policía Federal y la Diócesis del Estado do Acre, fui evacuado a la ciudad de Brasilia, a 3.000 kilómetros de la frontera con Bolivia, quedando mi vida a salvo temporalmente, bajo protección de la Iglesia brasileña en el Distrito Federal”.
Pese a tales antecedentes que Arturo Murillo y Erick Foronda no ignoran, asegura el periodista, “estas autoridades me niegan dar curso a mis requerimientos legales, incurriendo en franca e irresponsable complicidad con Quintana y quienes tienen la orden suya de asesinarme; más aún cuando a partir del asilo del ex Ministro en la Embajada de México, mi periódico se ha puesto a la vanguardia de la prensa nacional para impedir su fuga, habiendo denunciando esos aprestos con eficaz sentido de alerta temprana”.
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Mientras Quintana y los otros delincuentes electorales permanezcan ocultos en la Embajada de México, la Policía Boliviana tiene todo el derecho de revisar los vehículos que salen de esa legación. El cocainómano Reyes Zuñiga quiere sacar a Quintana oculto en un coche diplomático.
— Wilson García Mérida (@WGarciaMerida) December 26, 2019
¿En la «lista negra» de una Embajada?
Sobre el comportamiento negligente de Arturo Murillo ante su caso, García Mérida ensaya la siguiente explicación:
“Entiendo que la animadversión del señor Murillo hacia mi persona y mi trabajo informativo, responde a la conjura de un ‘cartel del silencio cómplice’ que orquestó un conocido periodista chileno para infligirme muerte civil como parte de una vendetta fascista del grupo de Samuel Doria Medina”.
Respecto a la actitud hostil del Secretario Privado de la presidenta Jeanine Añez, el Director de Sol de Pando sostiene:
“Entiendo también que mi colega Erick Foronda me puso en una Lista Negra de la Embajada Norteamericana en represalia por denuncias que publiqué sobre actividades conspirativas de los embajadores David Greenlee (2002) y Philip Goldberg (2007), cuando Foronda era encargado de Comunicación de la legación diplomática de Estados Unidos en La Paz”.
“Pero nada de aquello les da derecho a victimizarme —abusando impunemente del poder que hoy detentan— más de lo que ya lo hizo el régimen narco-estalinista del cual Quintana fue artífice ideológico y principal operador”, concluye.
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