Consorcio francés que explota la represa de Jirau destruye territorios indígenas no contactados
El consorcio francéz GDF-Suez, sociedad anónima conformada por las empresas Energy Suez y Gas de Francia (GdF), es una de las principales contratistas en la construcción de la represa de Jurau que se instaló en el lecho del río Maderia, en el Estado de Rondonia, y es acusada de destruir vastas extensiones de territorios indígenas donde habitan pueblos amazónicos no contactados.
GDF Suez S.A. es una empresa francesa de energía que realiza actividades en los ámbitos de generación y distribución de electricidad, gas natural y energías renovables. Es la segunda empresa más grande de servicios públicos con más de 74 mil millones de Euros en ingresos anuales. También posee una participación del 35% en Suez Environnement, la compañía de tratamiento de agua y gestión de residuos en el Canal de Suez. Gas de Francia y Energy Suez cotizan en las bolsas Euronext de París y en la Bolsa de Bruselas.
Según Survival, GDF-Suez juega un rol prominente en la construcción de presas en Brasil y está fuertemente involucrada en la megapresa de Jirau, actualmente en construcción sobre el río Madeira en la Amazonia occidental. La presa de Jirau amenaza con destruir vastas áreas de tierra, de las cuales dependen numerosos pueblos indígenas para su supervivencia, incluidos varios grupos de indígenas aislados.
La protesta indígena
La semana pasada varios indígenas brasileños y sus simpatizantes realizaron una protesta durante la reunión anual de accionistas para instar a GDF a retirar sus inversiones de proyectos de presas destructivos y a escuchar a los indígenas que no han sido debidamente consultados sobre la presa de Jirau.
La lideresa indígena Sonia Guajajara, quien quien se reunió con representantes de GDF en marzo y lideró una protesta en París dijo: “Las acciones de GDF Suez son tóxicas para el ambiente a la vez que destruyen las voces y culturas de pueblos indígenas y tradicionales”.
Recientemente, la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil y la Coordinación de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica enviaron una carta abierta al director general de Suez, Gérard Mestrallet, denunciando la violación de la compañía de sus propias directrices éticas y sus compromisos con las normativas establecidas por Naciones Unidas. El proyecto de la presa de Jirau también viola la constitución de Brasil y el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo.
Christian Poirier de Amazon Watch, quien estuvo presente en la protesta de la semana pasada, dijo: “El movimiento indígena de Brasil ha condenado firmemente el comportamiento destructivo y antiético de este líder corporativo. La acción de hoy hace que su mensaje resuene entre los accionistas de GDF Suez quienes consecuentemente deben hacer un llamamiento a la rendición de cuentas de la empresa que sustentan. Empezando por el estado francés, propietario del 36% de las acciones de GDF Suez”.
Existen al menos 77 grupos de indígenas aislados en Brasil. Son el colectivo más vulnerable del país.
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