Data: julio 19, 2015 | 12:09
COLUMNA VERTEBRAL | En la heterogeneidad hay países cuya economía marcha viento en popa en el marco de los llamados populismos y los hay en ese contexto que están ahogándose, como hay dramáticas recesiones en países de centro izquierda o de propuestas francamente liberales.

Carlos D. Mesa Gisbert | BALANCES Y PREDICCIONES EN LA REGIÓN

suramericaSi tuviésemos que escoger algunas ideas capaces de describir la realidad latinoamericana del presente y el futuro, aún a riesgo de la tediosa repetición, diríamos lo obvio, que hemos vivido una década de oro (2004-2014) en virtud de los extraordinarios precios de nuestras materias primas. Diríamos que esa década dorada se terminó pero que no está claro que es lo que viene. Baste recordar que la dramática crisis mundial de 2008-2009 que nos golpeó no significó un retroceso sino simplemente un bache. Subrayaríamos que más de un 30% de la población latinoamericana se puede definir como vulnerable, que se encuentra en una modesta clase media, pero WebCarlosMesa-150x150sujeta con pinzas, las pinzas de un crecimiento anual que si no es sostenido puede devolverlos a la pobreza. Diríamos que hemos logrado la incorporación de casi todos a la educación y de muchos a la salud, pero que la cantidad está cada vez más reñida con la calidad. Repetiríamos como una letanía que apenas invertimos el 0,5% de nuestro PIB en investigación, innovación y tecnología, muy por debajo de las naciones desarrolladas y del Asia. Repetiríamos hasta la saciedad que seguimos dependiendo de los vaivenes de los precios internacionales que nos llevan como una montaña rusa de un extremo al otro, y nos lamentaríamos de las malas señales que da China con una desaceleración que reducirá su voraz demanda que nos permitió contar con esos precios maravillosos tantas veces mentados.

Volveríamos, recurrentes, sobre un tema obsesivo cuanto verdadero, América Latina es la región más desigual del mundo y a pesar de sus avances en busca de la igualdad está demasiado lejos de su meta. Podríamos también recordar que a pesar de que vive en paz es la región más violenta del mundo si contamos el número de muertes violentas por cada cien mil habitantes. Podríamos también constatar que vastas zonas son territorio del crimen organizado, cuyos tentáculos de violencia brutal se van extendiendo como una gran mancha negra sobre toda la región.

Twitter-Carlos-Mesa-150x150Podríamos también reflexionar sobre la corrupción, un mal generalizado que ha mostrado sus excrecencias con particular virulencia en casi todos los países aún en aquellos en los que parecía un exotismo.

Sería lógico citar que en nueve de los veinte países que definimos como latinoamericanos, gobiernan presidentes reelectos de las más diversas tendencias, cuatro de los cuales buscan la reelección indefinida y que, en por lo menos siete, el autoritarismo ha hecho que las leyes se adapten al poder en vez de que el poder esté sujeto a las leyes.

Pero sería una mirada demasiado sombría. Lo más importante, la década ha marcado un énfasis explícito en el combate contra la pobreza, combate que ha tenido éxito con una reducción incuestionable de este flagelo, con los avances más significativos en la última centuria si hacemos un análisis global de los indicadores sociales.

Sería injusto no reconocer que el crecimiento sostenido del PIB ha permitido que algunas naciones lo hayan triplicado. Se ha incrementado significativamente el comercio intra y extra regional y se ha multiplicado varias veces el volumen de nuestras exportaciones. Más allá de las generalizaciones y a pesar de la inevitable distorsión que los precios han marcado en estas, se ha producido una significativa diversificación productiva en por lo menos la mitad de nuestros países.

Facebook-Carlos-Mesa-150x150Ya se ha hecho popular aquella imagen que hace referencia a que cuando la marea baje veremos quienes se metieron al agua sin traje de baño. Es probable, aunque debamos insistir en que algunas lecciones han sido aprendidas. Por ejemplo, en macroeconomía no se juega a la ruleta rusa. Pero ¿Podrá sobrevivir la política a estos embates? Según como se mire. Se supone que los populismos se pondrán en evidencia, quizás. Tanto como las apuestas moderadas o las francamente liberales. No hay absolutos. En la heterogeneidad hay países cuya economía marcha viento en popa en el marco de los llamados populismos y los hay en ese contexto que están ahogándose, como hay dramáticas recesiones en países de centro izquierda o de propuestas francamente liberales. Mucho de lo avanzado llegó para quedarse, mucho está todavía en formación, una parte puede revertirse.

En todo caso, nadie se atreve a hacer predicciones apocalípticas porque, a fin de cuentas, parece que los latinoamericanos sí aprendimos algo de nuestra propia historia.

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