Data: diciembre 15, 2020 | 14:56
LATIFUNDISTAS IMPIDEN SU POSESIÓN | Movilización indígena en las calles de Pesqueira para garantizar el juramento del primer Alcalde originario en el Estado de Pernambuco…

CIUDAD BRASILEÑA ELIGE ALCALDE A CACIQUE XUCURÚ

Marcos Luidson de Araújo, el cacique Xucurú conocido como Marquinhos, derrotó en urnas a la actual Alcaldesa de Pesqueira, Maria José Castro Tenório, que pugnaba su reelección. El sabotaje a su posesión es una provocación al pueblo indígena movilizado. | Foto Guilherme Cavalli

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© Redacción Sol de Pando en Brasilia

El municipio de Pesqueira, en el Estado nordestino de Pernambuco, es una urbe eminentemente indígena, similar a la ciudad boliviana de El Alto donde predominan habitantes de la nación Aymara. En Pesqueira, ciudad con 68.000 habitantes, coexisten 24 aldeas de la nación Xucurú con más de 20.000 nativos —más de un tercio de aquella población nordestina— que han sobrevivido desde el siglo XVIII resistiendo al colonialismo portugués.

El barrio Xucurú es uno de los más poblados en la ciudad de Pesqueira.

En este municipio, es constante el conflicto por la tierra y otros derechos entre los indígenas y los empresarios latifundistas del agro-negocio. Dicho conflicto racial y social que se remonta a los tiempos de la colonia, ha generado una disputa por el poder político que derivó en la elección del cacique Marcos Xucurú, quien ganó la contienda en la primera vuelta de las elecciones ediles celebradas el pasado 15 de noviembre.

Marcos Luidson de Araújo, el cacique Xucurú conocido como Marquinhos, derrotó en urnas a la actual Alcaldesa de Pesqueira, Maria José Castro Tenório, que pugnaba su reelección. El cacique resultó elegido con 17.655 votos que representan el 51,6% del escrutinio, contra el 45,48% obtenido por María José. El amplio margen en el triunfo del cacique indígena hizo innecesaria la segunda vuelta prevista para el 29 de noviembre.

Sin embargo, ante la inminencia de su victoria, el 6 de noviembre el Tribunal Regional Electoral (TRE) de Pernambuco impugnó la candidatura de Marcos Xucurú arguyendo un supuesto antecedente penal en el currículum del Alcalde ya elegido. Por tal motivo se pretende suspender su posesión prevista para enero.

Criminalización del triunfo electoral indígena

La decisión de dar curso o rechazar la impugnación del TRE está en manos del ministro Luís Roberto Barroso, actual presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), en Brasilia, a dos mil kilómetros de Pernambuco.

El riesgo de que la posesión del futuro Alcalde indígena sea escamoteada en favor de la Alcaldesa —quien es promovida por la oligarquía local y partidos de la derecha aliados con el neo-estalinista PC-B—, ha desatado una creciente movilización de las tribus Xucurú que hacen vigilia activa en el centro la ciudad de Pesqueira.

“Las oligarquías locales se opusieron a la elección del cacique y se articularon por la reelección de la alcaldesa María José”, dijo al periódico Carta Capital el paje Guila Xucurú, presidente de la Asociación Xucurú, quien denunció que la prensa oligárquica había desatado una ruda campaña difamatoria contra Marcos mediante una profusión desmedida de “fake news”, buscando escamotear la elección del jefe indígena.

El argumento que se esgrime para frenar la posesión de Marquinhos es una sentencia judicial emitida hacen 17 años, cuando Marcos Xucurú fue acusado de intervenir en un incendio que se produjo durante una confrontación inter-tribal provocada por agentes del agro-negocio.

“En 2003, en los comienzos de Marcos como cacique, hubo una escisión dentro del territorio indígena, estimulada por un grupo indígena más pequeño (Xucurús de Cimbres) vinculado a un grupo político externo. La situación se agravó hasta que hubo una emboscada en la que intentaron asesinarlo”, recordó Guila.

En esa emboscada, el jefe Marcos se encontraba acompañado por otros tres jóvenes de su comunidad, dos de ellos fueron asesinados. Tras el asesinato de sus compañeros, Marquinhos se refugió en el bosque dirigiéndose a la aldea más cercana para pedir ayuda. Posteriormente, miembros de su aldea (Xucurús de Orurubá), en señal de protesta, comenzaron a incendiar carros y casas de personas que tenían relación con el cabecilla de la emboscada, debidamente identificado. “El jefe Marquinhos no estaba allí, ni mucho menos ordenó ningún incendio”, explica Guila Xucurú.

La lucha Xucurú y los derechos indígenas en vilo

No obstante que el cacique sufrió una emboscada y vio morir a dos de sus compañeros en esa violenta agresión, Marquinhos fue acusado y enjuiciado como causante de los incendios posteriores, recibiendo una sentencia inicial de 10 años de cárcel, que mediante un indulto se redujo a cuatro años de prestación de servicios.

Si bien el juez electoral Rodrigo Cahu Beltrão reconoció la extinción del caso en 2016, aun así se pretende frenar la posesión del Alcalde electo, arguyendo que el “antecedente penal” del 2013 es una causal de inhabilitación para ejercer un cargo electivo.

Sin embargo, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) incluyó la emboscada que sufrió el cacique Xucurú en el incidente del 2013 como parte de una cadena de atentados contra los derechos de aquel pueblo indígena. En 2018, la CIDH condenó al Estado brasileño a reparar los daños sufridos por el pueblo Xucurú durante el proceso de demarcación del territorio.

La condena citó el ataque sufrido por el jefe Marcos y su inclusión, en 2008, en el Programa de Protección de Defensores de Derechos Humanos de Pernambuco. En febrero de este año, el Gobierno Federal depositó en la cuenta de la Asociación Xukurú la indemnización de un millón de dólares como parte del cumplimiento de la sentencia.

En ese momento, la CIDH declaró al Estado brasileño responsable por violaciones del derecho a la garantía judicial y a la propiedad comunitaria, previstos en la Convención Interamericana sobre Derechos Humanos.

El intento por impedir la posesión de Marquinhos como nuevo Alcalde electo de Pesqueira es un nuevo atentado contra los derechos sociales y políticos del pueblo Xururú, sostiene la plataforma Articulación de los Pueblos Indígenas del Brasil (APIB).

“Los ataques a la candidatura y elección del alcalde electo Marcos Xucurú constituyen sin duda el retrato secular que las élites de este país y sucesivos gobiernos han institucionalizado para robar nuestros derechos, saquear y apoderarse sin nunca satisfacer los bienes naturales que hemos preservado durante miles de años”, afirma el pronunciamiento de APIB.

Aunque la posesión debe realizarse en enero de acuerdo al cronograma electoral, el TSE anunció desde Brasilia que emitirá su fallo recién en febrero, situación que ha generado incertidumbre y malestar entre los indígenas liderados por Marquinhos. Una inminente movilización para defender el triunfo electoral se está activando.

“¡Dejen al Xucurú gobernar, nunca más un Brasil sin nosotros!”, reza la consigna con que los indígenas movilizados están volviendo a ocupar las calles de Pesqueira.

El Nordeste cangaceiro y la memoria larga Xucurú

El padre de Marquinhos, el cacique Xicão, fue asesinado en mayo de 1988 durante una disputa territorial con empresarios del agro-negocio. Marcos Xucurú, ahora con 42 años, tomó el lugar de Xicão en el liderazgo de las aldeas indígenas que rodean el centro urbano en el municipio de Pesqueiras.

Bajo el liderazgo del joven cacique, la nación Xucurú reivindicó su identidad cultural y visibilizó sus demandas mediante una permanente acción directa, con movilizaciones y actos simbólicos en las calles principales de la ciudad de Pesqueira, reclamando especialmente sus derechos a la Salud y la Educación, acceso a servicios básicos como agua potable y electrificación, todo ello enmarcado en la defensa de sus derechos territoriales.

Ubicado en el Valle de Ipojuca, a 215 kilómetros de Recife, la capital de Pernambuco, la ciudad de Pesqueira fue fundada en 1671 por curas misioneros que intentaron evangelizar a los nativos originarios del lugar, los Xucurú, quienes adoptaron el culto mariano de Nuestra Señora de las Montañas como una forma de sincretismo con sus antiguas deidades de la fertilidad.

Esta nación indígena resistió el avasallamiento de los colonos portugueses y sus descendientes latifundistas hasta nuestros días. Durante los años 20 y 30 del siglo XX, los Xucurú fueron aliados de las guerrillas cangaceiras del nordesde sertanejo del Brasil, lideradas por los míticos Lampião y María Bonita.

Un discurso del cacique Marcos Xukuru | VIDEO

Un pueblo movilizado en defensa de sus derechos | VIDEO

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