Data: julio 29, 2018 | 9:47
ENTREVISTA | El ex Presidente reitera que no pretende ser candidato, ratifica su apoyo militante a las plataformas del 21F, minimiza la necesidad de exigir Amnistía inmediata junto a la restitución de las libertades democráticas conculcadas y rechaza un nuevo Referéndum Constitucional...

MESA: “NO ESTOY EN EL JUEGO DE LAS CANDIDATURAS”

El ex presidente Carlos Mesa durante el conversatorio en Cochabamba donde se produjo su lanzamiento político como nuevo líder del movimiento 21F. | Foto Los Tiempos

© Wilson García Mérida | Redacción Sol de Pando | Servicio Informativo Datos & Análisis
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Soy consciente del riesgo de una polarización hoy, pero hay que recordar que independientemente de personas, el país ya está hoy polarizado”, es la resignación expresada por el ex presidente Carlos D. Mesa Gisbert en una entrevista con Sol de Pando, donde se le consultó sobre una posible “nicaraguización” del proceso prorrogista boliviano mientras crece la tendencia gubernamental a violar los derechos humanos y conculcar las libertades democráticas.

Con la amenaza de un juicio de responsabilidades y un virtual encarcelamiento en ciernes, Mesa fue obligado a refugiarse en el seno del movimento electoral de las plataformas del “21F”, sumándose militante y activamente a la consigna de impedir la cuarta repostulación de Evo Morales y García Linera.

El expresidente Carlos Mesa aseguró esta noche, en un conversatorio en el auditorio de la Universidad Católica Boliviana (UCB) de Cochabamba, que la unidad de los bolivianos logrará evitar que el presidente Evo Morales repostule en las elecciones generales del próximo año”, informó Los Tiempos en su edición del pasado 26 de julio. Ese jueves, aquella palestra de Cochabamba se había convertido en la catapulta política de Mesa.

Aunque el ex Presidente insistió que “no le interesa por el momento ser candidato”, admitiendo que es el Gobierno quien quiere forzarlo a definir su postulación, en el imaginario colectivo se ha instalado el criterio de que Mesa reúne el perfil ideal para ser el candidato unificador de la oposición. Y el Gobierno desea fervientemente que así sea.

Al día siguiente de su lanzamiento en Cochabamba por las plataformas del “21F”, el oficialismo a través del Presidente del Senado anunció que el juicio de responsabilidades contra Mesa por el caso Quiborax quedaba sin efecto y que el fantasma de su encarcelamiento estaba conjurado. Carlos Mesa ya podía candidatear en plena libertad y bajo las banderas electorales del “21F”.

Seguidamente, los equipos de propaganda y comunicación política manejados desde la Vicepresidencia del Estado comenzaron a producir spots de campaña, bajo la típica modalidad de “guerra sucia” propia del tradicional proselitismo electoral, recordando el pasado “gonista” de Mesa y su presunta vinculación o al menos coincidencia discursiva con el ex ministro de Goni Sánchez de Lozada, Carlos Sánchez Berzaín, quien viene desarrollando un intenso activismo opositor desde Estados Unidos. El actual ministro de la Presidencia Alfredo Rada, en conferencia de prensa, formalizó esa “guerra” abierta contra Mesa, el presunto (e indispensable) “candidato del imperio y de la derecha”.

La jugada es muy parecida a la del autócrata venezolano Nicolás Maduro, quien forzó candidaturas opositoras para legitimar su propia re-elección fraudulenta en mayo pasado. Si es ese al camino por el cual va a transitar Bolivia en el afán prorroguista del Gobierno, con sectores de la oposición entrando a ese juego, es de temer entonces un desenlace violento al estilo de Nicaragua. Los síntomas de esta tendencia neo-estalinista son inequívocos en el país. Se están conculcando gradual y sistemáticamente todas las libertades democráticas, existen presos y perseguidos injusta e ilegalmente; pero a nadie parece preocuparle ese creciente deterioro de los Derechos Humanos en Bolivia.

La postura del ex presidente Mesa de frenar la re-postulación de Evo Morales mientras se proyecta virtualmente su propia candidatura opositora aún en contra de su voluntad, podría enardecer las tendencias autoritarias y represivas del régimen, culminando en una ruptura sangrienta de este proceso electoral ya en curso.

Ante la horrorosa posibilidad de que una coyuntura electoral tan difusa, incierta y contradictoria pueda desembocar en una inminente «venezolanización» y “nicaraguización” de Bolivia, preguntamos a Carlos Mesa porqué optó por refugiarse bajo las banderas electoralistas del “21F” en vez de enarbolar la bandera de los Derechos Humanos exigiendo al Gobierno la restitución imediata de las libertades democráticas conculcadas, e incluso una Amnistía Selectiva para presos y perseguidos ilegal e injustamente. Acaso tal vez bajo un clima con mayor atmósfera democrática se pudiera emprender un proceso de recambio electoral sin esos riesgos latentes de violencia neo-estalinista desde un bando, y del fascismo racista desde el otro.

Las respuestas del ex Presidente a esos puntos planteados por Sol de Pando fueron concisas y lacónicas. Por encima de todo está la defensa del “21F”. Sólo hay que seguir gritando a voz en cuello y a los cuatro vientos “Bolivia dijo No”.

He sido claro, no hablaré de candidatura, hablo de la defensa del 21F… Lo electoral nunca fue mi prioridad ni lo es ahora… No estoy en el juego de las candidaturas” —dijo el ex Presidente a Sol de Pando—. “La defensa de los presos y exiliados es parte de nuestra tarea vinculada a la reivindicación del 21F”.

Asimismo, Mesa rechaza la posibilidad de un nuevo Referéndum Constitucional como medio de evitar mayor polarización y de pacificar al país ratificando o rectificando los cuestionados resultados de la consulta del 21 de Febrero de 2016; pero esta vez bajo una rigurosa y transparente veeduría internacional con presencia consensuada de organismos como la ONU, la OEA o la Comunidad Europea. “El país entero ha asumido que el 21F es irrevisable, un nuevo Referendo no es pertinente en ese contexto”, fue la respuesta del emergente líder político de la oposición boliviana.

La entrevista, textual

—¿Será factible una estrategia electoral, a partir de las Plataformas del 21F, de lanzar una candidatura opositora imponiendo la exclusión legal de Evo Morales en los comicios del próximo año? | —En mi opinión, la estrategia debe ser clara. No debe mezclarse el tema de las candidaturas con la defensa del 21F, hacerlo sería seguirle el juego al Gobierno que quiere que la oposición aparezca en la tarea de una candidatura, dando por obvio que el Presidente será candidato. Lo evidente es lo opuesto, el Presidente no puede ser candidato porque su candidatura sería ilegal.

—¿No implica ello, al margen de entrar al juego electoralista del régimen, que una pre candidatura suya sin Morales al frente, va a radicalizar y polarizar mucho más la obstinación autoritaria y prorroguista del MAS, generando una crisis electoral que podría derivar en una violenta ruptura de un proceso ya venido a menos? | —He sido claro, no hablaré de candidatura, hablo de la defensa del 21F. Soy consciente del riesgo de una polarización hoy, pero hay que recordar que independientemente de personas, el país ya está hoy polarizado. El autoritarismo del gobierno está en una fase de aceleración que genera un lógico rechazo de una buena parte del país.

—¿Por qué el Lic. Carlos Mesa no canalizó esa su acumulación política de las últimas semanas a partir de lo de Quiborax, para exigir desde un principio al Gobierno, como prioridad inaplazable de la coyuntura, la urgente restitución plena de las Libertades Democráticas conculcadas, e incluso una Amnistía Inmediata y Selectiva para los presos y perseguidos injusta e ilegalmente? | —La arremetida del gobierno en el caso Quiborax no me ha dejado un minuto para otra cosa que las pruebas de las irregularidades y delitos de quienes defendieron a Bolivia frente a NMM-Quiborax. Sin embargo, es evidente que el argumento central de nuestra acusación contra Héctor Arce, Pablo Menacho y César Navarro se apoya en la evidencia de que el Órgano Judicial es un brazo ejecutor del poder en la criminalización de la política, lo que obviamente se refiere al tema que menciona la pregunta. La defensa de los presos y exiliados es parte de nuestra tarea vinculada a la reivindicación del 21F.

—¿Por qué se prioriza lo meramente electoral y se pone en segundo plano la necesidad urgente de restituir las Libertades Democráticas que están siendo conculcadas creciente y progresivamente? ¿Esperamos un baño de sangre como en Nicaragua para enarbolar recién la bandera de los Derechos Humanos en primer plano? | —Lo electoral nunca fue mi prioridad ni lo es ahora. Esa percepción es errada, por el contrario, fui enfático en la dirección contraria.

—Tal como se perfila el panorama a partir del posicionamiento electoral suyo; y dada la obstinación del MAS para imponer la repostulación de Evo Morales a toda costa, ¿no sería pertinente plantearnos la posibilidad de un nuevo Referéndum Constitucional que ratifique o rectifique los resultados del 21F, pero esta vez bajo una rigurosa veeduría internacional con intervención consensuada de organismos como la ONU inclusive? | —Yo no considero que esté posicionado electoralmente. No estoy en el juego de las candidaturas, lo que digan las encuestas escapa a mi control. En todo caso, el país entero ha asumido que el 21F es irrevisable, un nuevo Referendo no es pertinente en ese contexto.

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