El maquinista del tren descarrilado se niega a declarar ante autoridades que investigan la tragedia
© Jesús Duva | El País de MadridLa policía acusa de imprudencia Francisco José Garzón Amo, con 30 años en Renfe, 10 de experiencia como conductor y uno en esa línea. Está ingresado en el hospital bajo custodia. Adif dice que el maquinista tenía que haber frenado cuatro kilómetros antes. El presidente de Renfe precisa que había pasado 60 veces por la curva donde se produjo el accidente y que tenía un conocimiento «exhaustivo» de la línea…
El maquinista del tren Alvia siniestrado el miércoles en Santiago de Compostela, Francisco José Garzón Amo, se ha negado a declarar esta tarde ante los inspectores de la brigada judicial de la comisaría de Santiago de Compostela encargados de las investigaciones del siniestro, según fuentes policiales. Estas ya preveían que el conductor del convoy adoptara esta actitud basándose en sus derechos. El funeral por las víctimas será el lunes a las siete en la catedral de Santiago
Garzón, herido leve en el siniestro, se encuentra detenido en un hospital de la capital gallega por la Policía y previsiblemente continuará en esta situación hasta pasar a disposición judicial una vez transcurridas las 72 horas previstas por la legislación. La policía le imputa un delito de imprudencia temeraria con resultado de muerte. A la espera de lo que tenga que decir, sobre él ha descargado toda responsabilidad el presidente del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), Gonzalo Ferre, que ha asegurado que tenía que haber empezado a frenar cuatro kilómetros antes de llegar a la zona donde se produjo el accidente.
En una entrevista con EFE, Ferre ha apuntado esta tarde que «cuatro kilómetros antes del lugar donde se produce el accidente (el maquinista) ya tiene la notificación de que tiene que empezar a reducir la velocidad, porque a la salida del túnel tiene que ir a 80 (kilómetros) por hora». Ferre ha defendido que funcionaron todos los sistemas de seguridad y que, en cualquier caso, el maquinista tenía una hoja de ruta con todas las indicaciones porque «esa es la función del maquinista dentro del tren», es decir, «controlar la velocidad», porque «si no, sería un pasajero».
Por la mañana, el presidente de la compañía Renfe, Julio Gómez-Pomar, ha afirmado en Antena 3 que el conductor había pasado 60 veces por el punto donde se produjo el accidente y que debía tener un conocimiento «exhaustivo» de la línea. A su juicio, «una curva que tiene un trazado de 80 kilómetros por hora (…) son cosas que conoce perfectamente un maquinista».
Sobre la situación del maquinista, el jefe superior de Policía de Galicia, Jaime Iglesias, ha precisado esta mañana en una comparecencia ante los medios que está detenido desde las ocho de la tarde de ayer, cuando se le leyeron los derechos. La detención del maquinista es policial y no a requerimiento del juez instructor del caso, que ordenó que la policía le tomara declaración como imputado- Su declaración, ante la Policía, se producirá cuando los médicos lo autoricen. A partir de ese momento, empiezan a contar las 72 horas de plazo máximo para su puesta a disposición judicial, que puede producirse en el mismo hospital, dependiendo de su evolución clínica, informa Luis Gómez.
La comisión judicial aún no ha empezado a oír las dos cajas negras del tren siniestrado, que están bajo custodia policial, ya que se han priorizado las labores de identificación de los fallecidos recuperados. La caja negra tiene «unas condiciones técnicas singulares para su apertura», ha sostenido Iglesias, quien ha agregado que, por el momento, se desconoce cómo y cuando se llevará a cabo. «De momento no se va a hacer nada con ella hasta que haya acuerdo con la unidad judicial, que está ocupada en estos momentos con otras tareas», ha concluido.
Además, el magistrado encargado de la causa, el titular del juzgado de instrucción 3 de Santiago de Compostela, Luis Alaiz, ha ordenado a la policía la custodia de la caja negra del tren, así como que recabe documentos, informes y vídeos, que arrojen luz sobre el siniestro. El atestado, según Iglesias, es «muy complejo», y se está realizando «con cuidado» y bajo la supervisión del juez y el fiscal.
Según se refleja en conversaciones entre la máquina ferroviaria y la sala que ya han sido transcritas, el maquinista dijo que se quería «morir» cuando fue consciente de que el convoy había descarrilado a la altura de una curva muy cerrada en el lugar de Angrois. «La he jodido», figura en las transcripciones de esas conversaciones que ya han sido incorporadas a las indagaciones sobre las causas del siniestro, según confirmaron anoche a Europa Press fuentes de la investigación. En esas conversaciones, el maquinista reconoce, tras descarrilar, que llevaba una velocidad de 190 kilómetros por hora, como publicó ayer El País:
EL MAQUINISTA FRENÓ MUY TARDE
Cuando el miércoles a las 20.41 el Alvia procedente de Madrid se acercaba a 190 kilómetros por hora a la curva maldita de A Grandeira, que se retuerce a apenas cuatro kilómetros de la estación de Santiago de Compostela, el maquinista, Francisco José Garzón Amo, sabía que debía reducir la velocidad a 80.
Abandonaba las vías reformadas a finales de 2011 para recibir algún día al AVE y pasaba a enfilar un tramo de trazado antiguo.
El conductor, tras descarrilar el tren, llamó desde su móvil al servicio de 24 horas de emergencia y soltó: “Tenía que ir a 80 y voy a 190”.
En la grabación, ya aportada en la noche del miércoles al juez, la frase figura literalmente en presente aunque el accidente ya ha ocurrido.
También habla de los “pobres viajeros” y expresa su deseo de que “ojalá no haya muertos”.
La compañía Talgo, que tiene controles internos de velocidad en sus convoyes, confirmó ayer informalmente a las autoridades que el tren iba a “velocidad extrema”.
¿Por qué Garzón Amo no frenó? ¿Por qué un ferroviario con años de experiencia afrontó el viraje del trazado a una velocidad desmesurada?
También se han incorporado al atestado las imágenes de al menos dos cámaras de vídeo, una de ellas ubicada a la salida del túnel.
Las pesquisas se centran en un punto y una hora: las 20.41 del miércoles y la curva en el barrio de Angrois a cuatro kilómetros de la estación de Santiago. Ahí, los sistemas de alerta de la vía férrea saltaron al detectar que Garzón Amo circulaba a 190 cuando no debía superar los 80. La alarma, según el maquinista, se activó en el cuadro de mando y él intentó frenar, pero no pudo evitar la tragedia. El conductor, de 52 años, lleva más de un año operando en esta misma línea y 10 como maquinista de Renfe.
Aunque el exceso de velocidad en una curva cerrada es la causa más probable del descarrilamiento, según admitió el conductor del tren en su primera declaración, otro aspecto esencial es que la seguridad del tramo del accidente no era la del AVE. El sistema de seguridad y de frenada instalado en el tramo del siniestro es el que se usa en una vía convencional y solo permite frenar el tren automáticamente en caso de que este supere los 200 kilómetros por hora. Por debajo, deja en manos del maquinista la decisión de reducir la marcha, aunque le avise de que circula con exceso de velocidad. El sindicato de maquinistas se agarra a ese dato para asegurar que la tragedia “se podía haber evitado”.
El video del descarrilamiento
http://www.youtube.com/watch?v=Ag_mL_7oBqs