La guerra ultra-digital o el botín de los discos duros

El Comando de Control a Distancia, en la Base de Beale, California, desde donde se pilotean los aviones espías no tripulados que derrotaron a Osama bin Laden.
Para atrapar a Sadam Hussein, Bush masacró miles de inocentes con armas de destrucción masiva que costaron miles de millones de dólares engordando obscenamente las cuentas bancarias de los fabricantes de tanques. En cambio Barack Obama, sin gran gasto, suprimió a bin Laden con solo hacer un click en el Google monitoreando las imágenes que los soldados “SEALs” transmitían desde sus gafas de visión nocturna conectadas al satélite…
Una victoria de Obama

La histórica fotografía de Barack Obama y su alto mando virtual, observando en tiempo real las imágenes satélitales transmitidas desde el refugio invadido de Osama Bin Laden.
Aquella imagen del Presidente negro con ropa de día de caza, mirando sentado casi de cuclillas la transmisión satelital mientras un general del Pentágno chateaba por spike comandando desde la Casa Blanca el operativo para ejecutar a Osama bin Laden, tiene un significado estremecedoramente revolucionario. La guerra satelital reduce a su mínima expresión el riesgo del “daño colateral” y más bien beneficia al mundo con un desarrollo intenso de las fuerzas productivas dentro el campo de la tecnología digital, que harán más accesibles los usos civiles del internet.
Obama capitaneó la madre de todas las batallas derramando el mínimo de sangre, apenas mató quirúrgicamente al entorno íntimo del jefe terrorista y no hubo bajas en el bando gringo —salvo el helicóptero a control remoto que por una falla de configuración se estrelló en la terraza del refugio invadido al comenzar la captura—.
La batalla satelital por la captura de bin Laden demostró que la produción de tanques y armas de destrucción masiva es un crimen capitalista que debe proscribirse. Los tanques y los bombarderos de guerra son armas de un pasado genocida que ya no es consonante con las emergencias humanistas de este cibernético siglo XXI. Son armas tan obsoletas como los arcabuces del siglo XIX. La ONU debería declarar ilegal su fabricación.
Nota publicada el 24 de mayo, 2011, en el blog de Sol de Pando
links relacionados
Chile espía a Bolivia con su avión-radar “Cóndor”
El A400M tardó 3 horas y 40 minutos para llegar de Cochabamba a Santiago
El Airbus Military pasó por Cochabamba y ahora está en El Alto, tras vencer pruebas en Chile
Aviones no tripulados, esas computadoras de alto vuelo