Data: marzo 1, 2013 | 23:10
Este 2 de marzo se recuerdan 26 años de la expedición llevada a cabo, desde la Amazonia ecuatoriana hasta el Caribe salvadoreño, por el científico y sabio que fue compañero del Che

Antonio Núñez Jimenez, el erudito de la Revolución Cubana que unió el Caribe con la Amazonia navegando en canoa

A la derecha el científico cubano Antonio Núñez Jiménez junto a su equipo de expedición.

A la derecha el científico cubano Antonio Núñez Jiménez junto a su equipo de expedición.

Hace 26 años partió la expedición en canoa del Amazonas al Caribe, liderada por el científico cubano Antonio Núñez Jiménez. La travesía que duró un año, continúa siendo una hazaña histórica que aportó a comprender el origen de los pueblos indígenas de las Antillas y la Amazonia…

Plaqueta

Edición Impresa, Sol de Pando Nro. 33

Edición Impresa, Sol de Pando Nro. 33

© Silvia Antelo Aguilar

El 2 de marzo de 1987 partió desde Quito, Ecuador, un grupo integrado por medio centenar de científicos de varios países que recorrieron 17.422 kilómetros por 20 países, navegando por corrientes fluviales como los ríos Orinoco y Amazonas y por el mar Caribe. El propósito de aquella expedición era demostrar la factibilidad y reconstruir antiguos desplazamientos y migraciones que propiciaron el poblamiento prehispánico desde la Amazonia hasta las Antillas.

Durante un año de recorrido en canoa, la expedición científica recopiló datos que fueron plasmados en diarios de campo, videos y grabaciones, material que hoy forma parte, por decisión de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), de los archivos patrimoniales de la humanidad, conocidos por «La Memoria del Mundo».

El año pasado esta expedición, que constituye un gran aporte a la historia de los pueblos amazónicos y caribeños, fue rememorada en un Simposio Internacional realizado en Ecuador llamado «El Amazonas, ruta cultural milenaria» que reconoció la hazaña de estos científicos latinoamericanos.

En el simposio se presentaron videos sobre la travesía, se expusieron los dibujos de Fernando Salme, cronista gráfico de la travesía y uno de los participantes de la expedición. También fue homenajeado el pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín, quien elaboró un estandarte para la expedición de los investigadores como una muestra de su entusiasta apoyo a este viaje.

Viaje en canoas

Una de las canoas que formaron parte de la expedición.

Una de las canoas que formaron parte de la expedición.(Foto Fundación Antonio Núñez Jiménez)

La expedición dirigida por el cubano Dr. Antonio Núñez Jiménez, inició su recorrido en Ecuador en el primer trimestre de 1987, y concluyó en San Salvador, Las Bahamas, el 14 de junio de 1988.

Fue desarrollada en dos canoas «Simón Bolívar» y «Hatuey», a la usanza indígena y pretendía con la navegación por corrientes fluviales como el Orinoco, el Amazonas, y el mar Caribe reconstruir, los antiguos desplazamientos y migraciones que propiciaron el poblamiento prehispánico desde la Amazonia hasta las Antillas, principalmente de comunidades Arahuacas. El diario de Antonio Núñez Jiménez, e ilustradas con fotos y mapas realizados por diferentes miembros de la expedición, tuvo un alto impacto en los círculos intelectuales de América Latina de aquel entonces.

En el artículo » En canoa del Amazonas al Caribe. Veinte años después” escrito por Lohania Aruca Alonso, publicado en el Archivo Cubano (2008). Se hace una evaluación de los alcances y el impacto que tuvo esta expedición.

El Informe de la Expedición, realizado por Antonio Núñez Jiménez, resume los objetivos fundamentales cumplidos durante su primera y segunda etapas, que abarcaron desde su salida de Quito en Ecuador, llegada al pueblo de Misahualli el 1º de marzo de 1987, e inicio de la primera remada al día siguiente, 2 de marzo, hasta su arribo a Puerto de Mata, al este de Baracoa, Guantánamo, Cuba, el 22 de noviembre del mismo año:

La expedición surcando el mar Caribe.

La expedición surcando el mar Caribe.

Primero, reeditar cómo pudo haber sido el viaje de las tribus prehistóricas que procedentes de la América del Sur descubrieron el Caribe y sus islas. Esta finalidad se logró el día 18 de agosto al cruzar en canoa y a remo la Boca Grande del Dragón, entre la costa norte de Venezuela y la Isla de Trinidad, en el Caribe, por donde se continuó a lo largo de las Antillas Menores y Mayores;

Segundo, la realización de investigaciones científicas en los campos sociales y naturales, y en los que han participado geógrafos, geofísicos, botánicos, zoólogos, antropólogos, arqueólogos, sociólogos y de otras disciplinas, así como técnicos y artistas;

Tercero, dar un paso concreto en la unidad latinoamericana, objetivo logrado con la participación de numerosos delegados de Ecuador, Perú, Colombia, Brasil, Venezuela, Puerto Rico, República Dominicana, Cuba y otras naciones de las Antillas Menores.

Jóvenes Aucas del río Napo.

Jóvenes Aucas del río Napo. (Foto Fundación Antonio Núñez Jiménez).

La noticia científica de los logros de la expedición fue conmovedora, aún continúa siéndolo. Detrás de ella están la voluntad y los esfuerzos humanos mancomunados de una gran cantidad de personas, de muy diversas nacionalidades y empeños políticos, inclusive, que hicieron posible verificar una hipótesis y hacer realidad un gran sueño.

Entre los hechos y móviles históricos a destacar cuentan: la capacidad organizativa y de convocatoria, persuasiva, del científico, explorador, político y escritor que fue el doctor Núñez Jiménez, quien entonces ocupaba el cargo de viceministro del Ministerio de Cultura de Cuba; la voluntad política del Gobierno de Cuba, apoyado por los presidentes de los gobiernos de Ecuador, Perú, Brasil, Colombia, Venezuela, y los mandatarios antillanos; el desinterés, el compromiso humano y el valor personal de todos los científicos y técnicos que intervinieron de algún modo en el proyecto. Y desde luego, el largo magisterio de los indígenas que fabricaron las canoas y legaron la memoria sugerida de las rutas fluvial y marítima, analizadas e interpretadas por el pensamiento científico en el siglo XX.

Tanto como lo anterior, es loable el amor artístico con que respaldaron el proyecto, con sus obras destacadas personalidades. En primer plano se destacan el pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín, autor de la bandera de esta expedición, y el escritor colombiano Gabriel García Márquez, quien además de realizar el Prólogo de las ediciones latinoamericanas y caribeñas que recogieron las descripciones y reflexiones acerca de «En canoa…», soñó, como un viajero más, junto al cubano, una epopeya real maravillosa, poco creíble en la década de los ochenta del pasado siglo, cuando la situación política era muy distinta a la actual; aún no había surgido el ALBA, ni existían los dirigentes que hoy promueven la democracia socialista en Suramérica.

Un explorador incansable.

Un explorador incansable.

También, en el referido documento se hizo explícitamente el anuncio de la última etapa por realizar «…reanudación de la expedición En canoas desde Montecristi, República Dominicana, hacia Haití, Cuba y las Bahamas, en cuya Isla de San Salvador finalizará nuestra expedición (…)»

Aparecen dos documentos anexos al Informe: I, Conclusiones y Recomendaciones del Simposio Internacional sobre la Investigación y Manejo de la Amazonía, celebrado con la participación de los expedicionarios «En Canoa del Amazonas al Caribe» del 21 al 24 de abril de 1987, en la ciudad de Leticia, Colombia. El Anexo II consiste en una lista detallada de los participantes en la expedición: sus nombres y apellidos, profesiones, ocupaciones, países de origen o nacionalidad, labor realizada en el viaje, y especifica cuál es el tramo del itinerario en el que sirvió cada uno o una. Ambos documentos son de gran valor como fuentes históricas.

Esta expedición se celebró en conmemoración además a los quinientos años del descubrimiento del Continente por Cristóbal Colon y pretendió ser un puente para la unión entre los pueblos y gobiernos del área. El recorrido llevo a los prestigiosos científicos que siguieron estas rutas a realizar investigaciones que develaron la riqueza cultural, étnica y natural de la Amazonia y el Caribe, y una alerta ante la necesidad de su estudio más profundo y su preservación. Los miembros de esta expedición fueron recibidos por numerosas personalidades, presidentes, artistas e intelectuales y en el trayecto ofrecieron conferencias y talleres.

Un científico revolucionario

Antonio Nuñez Jiménez nació el 20 de abril de 1923, en Alquízar, desde temprana edad demostró su vocación por la Espeleología. A los 16 años, comenzaron sus exploraciones en la Loma de Candela, en Güines, Provincia de La Habana.
En 1940, fundó la Sociedad Espeleológica de Cuba, desde la cual organizó numerosas expediciones por todo el país que conllevaron a valiosos resultados científicos en el campo de la geografía, arqueología y espeleología como el descubrimiento de la mayor caverna de Cuba, la Gran Caverna de Santo Tomás, en la Sierra de los Órganos y el estudio detallado de los restos arqueológicos de la cultura de Seboruco, que datan de más 6.000 años.
En la interminable lista de títulos que obtuvo a lo largo de su vida profesional y académica está el de doctor en Filosofía y Letras en la Universidad de La Habana, 1951. A partir de ese momento se estableció como profesor de Geografía en el Instituto de El Vedado y, más tarde, en la Universidad Central de Las Villas.
En 1981, obtuvo el grado de Doctor en Ciencias Geográficas de la República de Cuba.
La Sociedad Espeleológica de Cuba y la Sociedad Cubana de Geografía le otorgaron la condición de “Cuarto Descubridor de Cuba”, en 1995.
Por su actividad revolucionaria es detenido, en varias ocasiones, e incluso torturado. Después del Asalto al Moncada junto a su esposa Lupe Velis, y otros compañeros, participa en la distribución de La Historia me Absolverá alegato de defensa de Fidel Castro en el juicio seguido por los hechos del 26 de Julio de 1953.
Antonio Nuñez Jiménez junto al Comandante Ernesto Che Guevara.

Antonio Nuñez Jiménez junto al Comandante Ernesto Che Guevara.

En 1958 es nombrado Capitán de la Columna 8 Ciro Redondo del Ejército Rebelde y participa en la liberación de Fomento, Cabaiguán, Placetas, Remedios, Caibarién y Santa Clara, a las órdenes del Comandante Ernesto Che Guevara.
Al triunfar la revolución, es nombrado Capitán Ayudante del Che en la Fortaleza Militar de La Cabaña. Por orden del Comandante Fidel Castro, participa en la creación de la primera Milicia Campesina de Cuba, organizada especialmente para la captura de la banda contrarrevolucionaria que operaba en la Sierra de los Órganos.
Además, entre 1960 y 1961, se le asigna la dirección de la Escuela de Artillería «Camilo Cienfuegos”, donde se formaron 10.000 diez mil milicianos en las armas antitanques y antiaéreas, siendo también fundador del Partido Comunista de Cuba.
Entre las múltiples responsabilidades que asumió después del Triunfo Revolucionario, se hallan la de Presidente del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), Presidente del Banco Nacional de Cuba, en 1960, Director Técnico de la Escuela para Instructores de Arte, en 1961, y Presidente-Fundador de la Nueva Academia de Ciencias de Cuba, desde 1962 hasta 1972.
Durante ese período, funda los institutos y museos de este centro científico que nutrió a Cuba del engranaje amplio de instituciones científicas actuales.
Se desempeñó como viceministro de cultura de 1978 a 1989 y como Presidente de la Comisión Nacional de Monumentos, desde 1978 hasta su deceso.
A lo largo de su vida impartió conferencias en diversas universidades de Inglaterra, Francia, ex Unión Soviética, Alemania, Perú, Ecuador, Santo Domingo y otras.
Así mismo, obtiene importantes títulos y grados científicos internacionales: Doctor en Ciencias Geográficas de la Universidad Lomonosov de Moscú, Doctor Honoris Causa de la Universidad Central de Ecuador y Profesor Honorario de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, República Dominicana.
Fue miembro de la Academia de Ciencias de Checoslovaquia y de la Sociedad Venezolana de Espeleología. Además, Miembro de Honor de The National Speleological Society, y miembro de The National Geographic Society.
Antonio Núñez Jiménez se destacó igualmente en el campo de las relaciones internacionales.
Fue Embajador de Cuba en Perú, 1972-1977, fundador de la Comisión Nacional Cubana de la UNESCO , en 1978 y presidente de numerosas delegaciones gubernamentales , artísticas, científicas y comerciales que representaron a Cuba en reuniones, foros, giras, eventos y negociaciones en la arena internacional.

nunezjimenezcanoaBolivarExplorador incansable

Una vez avanzadas sus exploraciones a lo largo de la Isla, decidió explorar el mundo. Entre las Investigaciones geográficas, espeleológicas y arqueológicas figuran las expediciones al Polo Norte (1972) y a la Antártida (1982), y las exploraciones en la Cordillera de Los Andes desde Perú hasta Venezuela (1972-1977).
Llevó a cabo investigaciones geográficas y arqueológicas en China, Islas Galápagos, Isla de Pascua y otros sitios del mundo. Organizó y dirigió la expedición «En Canoa del Amazonas al Caribe” (1987-1988), en la que recorrió más de 17.400 kilómetros y 20 veinte países de las cuencas del Amazonas y el Orinoco, y del Mar de las Antillas.
Dirigió investigaciones en el campo del arte rupestre en Cuba, América del Sur, México, Italia, Isla de Pascua, entre otros. Realizó estudios espeleológicos, carsológicos e históricos en varios países.

Fundación científica

En 1994, cuando contaba con 71 años, crea la Fundación de la Naturaleza y el Hombre, que hoy lleva su nombre, institución cultural y científica de carácter civil, no gubernamental, sin ánimos de lucro, dedicada a la investigación y promoción de programas y proyectos para la protección del ambiente en su relación con la cultura y la sociedad.
La Fundación de la Naturaleza y el Hombre, hoy nombrada Antonio Núñez Jiménez, trabaja bajo el lema » Hacia una Cultura de la Naturaleza «, en pos de la armonía entre la sociedad y su entorno a través de la difusión de la obra y el pensamiento de su fundador. Actualmente es dirigida por la hija del científico, Liliana Núñez Véliz.

El legado de su obra

En el momento de su deceso, el 13 de septiembre de 1998, su obra escrita se extendía a más de 190 libros y cientos de artículos, prólogos y conferencias.
Entre sus obras más conocidas se encuentra “Geografía de Cuba”, publicada en 1954, la cual fue recogida y quemada en su primera edición por los agentes de la tiranía de Fulgencio Batista, debido a que además de la detallada descripción física de Cuba, exponía las miserias del paisaje humano y sus causas.
Muy conocidas son la historia documentada de la Sociedad Espeleológica Veinte años explorando a Cuba, publicada en 1961, y la colección Cuba: la Naturaleza y el Hombre, en 50 tomos , que ha comenzado a publicarse a partir de 1982, siendo los más vendidos los cuatro tomos de En marcha con Fidel, 1959, 1960, 1961 y 1962, en el que se relata el andar heroico de todo un pueblo junto a su Comandante en Jefe.

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