Data: mayo 5, 2013 | 22:25
A casi tres años de su desaparición

Familiares de pareja francesa esperan que justicia boliviana actúe contra implicados

Jérémie Bellanger y Fannie Blancho, la pareja francesa desaparecida en Guayaramerín desde el 2010.

Jérémie Bellanger y Fannie Blancho, la pareja francesa desaparecida en Guayaramerín desde el 2010.

La retardación de justicia en Bolivia fue un verdadero «vía crucis» para los familiares de una pareja francesa que desapareció hace casi tres años en Guayaramerín, al norte del departamento del Beni. Tras enfrentar cambios de jueces y fiscales, “pérdidas” inexplicables de documentos e incluso amenazas de los acusados, por fin lograron que este lunes comience el juicio en Riberalta contra los supuestos autores del hecho.

Los padres de Jérémie Bellanger, que tenía 25 años cuando desapareció, y de Fannie Blancho, de 23, llegaron a Bolivia para el juicio y se quedarán hasta lograr una sentencia «justa e imparcial».

«Fue una lucha de dos años para tener una acusación, ahora la tenemos y queremos que el juicio se lleve a cabo pero de manera justa (…) Todos los días pensamos en nuestros hijos, queremos saber qué pasó», dijo Patrick Bellanger, el padre de Jérémie, en entrevista con Efe.

Además de perder a sus hijos, los familiares de Jérémie y Fannie han sido también víctimas de la lentitud e ineficacia de la justicia boliviana, con constantes cambios de jueces y fiscales, demoras, «pérdidas» inexplicables de documentos importantes e incluso amenazas de parte de los acusados, denunció el abogado de los franceses, Denis López.

El caso se remonta a 2010, cuando Jérémie y Fannie decidieron tomarse un «año sábatico» visitando países sudamericanos en compañía del hijo de ella, que por entonces tenía tres años.

El periplo incluía a Brasil, Argentina, Bolivia y Perú pero no llegaron a su último destino pues el viaje concluyó abruptamente en Guayaramerín, región amazónica del Beni.

Los jóvenes fueron vistos en ese poblado fronterizo con Brasil por última vez la noche del 28 de agosto de 2010, en la hacienda de Jaime Martínez Jiménez, el principal acusado de la desaparición.

Ambos habían ido a la hacienda de Martínez para una fiesta y dejaron al hijo de Fannie al cuidado de la dueña de la vivienda donde se alojaban, pero ya no volvieron por él.

La hipótesis es que los jóvenes fueron asesinados después de que varios hombres violasen a Fannie y Jérémie intentara detenerlos.

Los padres de Jeremie Bellanger llegaron a Bolivia para saber la verdad de lo sucedido en Guayaramerín.

Los padres de Jeremie Bellanger claman justicia. 

Patrick Bellanger asegura que un testigo supuestamente vio a Martínez matar a su hijo fuera de una casa donde estaban; luego escuchó un disparo dentro y vio cómo el cuerpo de Fannie era sacado de la vivienda y subido a una camioneta junto al cadáver del muchacho.

«Y nunca más los hemos visto (…) Todavía no sabemos dónde están, es uno de los problemas para nosotros, es muy difícil no saber dónde están los cuerpos para poder llevarlos a Francia», lamentó el padre del joven.

El hijo de Fannie fue repatriado días después y hoy vive con su padre biológico en París, aún preguntándose con tristeza dónde está su madre, indicó Patrick Bellanger.

El «vía crucis» de los familiares de los jóvenes acababa de comenzar pues, según el abogado, ni la policía ni la fiscalía actuaron inmediatamente para dar con los desaparecidos.

Patrick Bellanger denunció que la fiscalía recién empezó a actuar cuando él y la madre de Jérémie llegaron a Bolivia por primera vez en septiembre de 2010, un mes después de la desaparición.

Martínez estuvo prófugo un tiempo, pero la policía logró detenerle y está en prisión en Guayaramerín desde octubre de 2010.

El acusado no ha confesado que mató a los jóvenes, pero un guardia de la cárcel le escuchó decir a otro preso que les sería difícil encontrarlos «porque él era el único que sabía donde están los cuerpos», subrayó Patrick Bellanger.

Otros dos supuestos implicados en el caso, un hombre y una mujer, también están presos, mientras que el padre del principal sospechoso, Azard Martínez, tiene arresto domiciliario.

En el proceso, los familiares de Jérémie y Fannie han recusado a varios jueces porque eran familiares de los detenidos o de sus abogados, pero además se cambió de fiscal seis veces.

El caso ha logrado avanzar en el último año y medio bajo la conducción de la fiscal Cinthia Natush quien, sin embargo, ha pedido recientemente ser excluida del proceso porque fue objeto de amenazas, según el abogado y los familiares de los desaparecidos.

Los cuatro detenidos finalmente serán juzgados desde mañana en Riberalta, región vecina de Guayaramerín.

Sin embargo, las familias de los jóvenes franceses temen que el juez no actúe imparcialmente, pues decidió conformar un tribunal «unipersonal» pese a que las normas establecen que debe ser asistido por otro magistrado, denunció López.

Con todo, los familiares de Jérémie y Fannie sólo esperan que los culpables sean castigados con 30 años de prisión y han pedido garantías y un seguimiento del caso a las autoridades bolivianas.

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