EL ENRIQUECIMIENTO DE CARLOS MORALES LANDÍVAR | El apodo de “Quinciño” que le adjudicaban en las altas esferas, no fue porque se pareciese al popular personaje de una telenovela brasileña, sino porque en vez del habitual y consentido 10% de “coimisión”, Morales Landívar cobraba el 15%. Tal cual...

Carlos Soria Galvarro | EL LAVA JATO BOLIVIANO VIENE DE MUY LEJOS

Algunos indicios que han salido a la luz permiten retrotraer el tema a una memorable experiencia periodística que vivimos en el semanario Aquí cuando Antonio Peredo era director. En la edición del 26 de septiembre de 1987, publicamos una página entera denunciando negociados corruptos del entonces ministro de Energía e Hidrocarburos, Carlos Morales Landívar, nombre que ahora apareció en el caso Lava Jato, primero como “C. M.” y luego con el nombre y el apellido completo…

© Publicado originalmente el 13 de enero, 2019, en el blog de SCG

Luego que la comisión legislativa concluyera su trabajo investigativo emitiendo un voluminoso informe, se anunció esta semana que el expediente sobre el caso Lava Jato pasó a manos de la Fiscalía de La Paz. De ese modo comenzó la segunda fase de un proceso que de aquí en adelante dará todavía mucho que hablar y pondrá a prueba, una vez más, a la muy venida a menos Justicia boliviana. Si bien es un caso con evidencias contundentes y extensas ramificaciones que incluso han hecho rodar cabezas en varios países, no se descarta que en Bolivia algunos tengan la tentación de usarlo como vulgar instrumento en la contienda política.

Pero algunos indicios que han salido a la luz permiten retrotraer el tema a una memorable experiencia periodística que vivimos en el semanario Aquí cuando Antonio Peredo era director. En la edición del 26 de septiembre de 1987, publicamos una página entera denunciando negociados corruptos del entonces ministro de Energía e Hidrocarburos, Carlos Morales Landívar (nombre que ahora apareció en el caso Lava Jato, primero como “C. M.” y luego con el nombre y el apellido completo).

Ocurrieron dos cosas a raíz de esa lejana publicación. Primero, los casi 5.000 ejemplares de la edición desaparecieron de todas las esquinas de la ciudad de La Paz pocos minutos después de salir. Al comienzo nos alegramos, creyendo que esto se debía únicamente a que los lectores apreciaban la validez y contundencia de la denuncia. Sin embargo, hechas las averiguaciones, los canillitas nos contaron que alguien había recorrido en una camioneta uno a uno los puestos de venta y había comprado todos los ejemplares. Era una verdadera incautación por la vía de comprarse la edición completa. Por ello, con la etiqueta de que “Alguien no quiere que se conozca esta denuncia”, el semanario Aquí consiguió que el periódico Hoy publicara al día siguiente, domingo 27 de septiembre, la página íntegra. Además, el lunes 28 el matutino Hoy abrió su edición con el siguiente titular “Vacante el Ministerio de Energía e Hidrocarburos”.

Segundo; al mediodía de aquel sábado 27, fuentes del Palacio de Gobierno anunciaron que Carlos Morales Landívar había dejado de ser ministro del gabinete del presidente Paz Estenssoro. Al parecer la denuncia del semanario Aquí fue la gota que rebalsó el vaso. Buscando atenuar el impacto, Morales Landívar dijo que en realidad ya había renunciado meses antes y que las denuncias del semanario eran una “vendetta” personal de presuntos competidores de las empresas a las que él estaba vinculado.

En el fondo no desmintió ninguna de las acusaciones. Por ejemplo, que favoreció a la empresa brasileña Andrade Gutiérrez, de la que era socio, en la adjudicación de la carretera Chimoré-Yapacaní. Tampoco desmintió la extorsión a la firma PROTEXA adjudicataria del gasoducto al altiplano para que cediera subcontratos a su empresa Latinoamericana Proyectos; y lo propio con ICE-Bolivia, compañía encargada de construir la interconexión de ENDE a Santa Cruz. Menos aún rechazó la existencia de jugosos sobreprecios en la adquisición de trépanos para YPFB.

El personaje salió del gabinete de Paz Estenssoro, pero que se sepa, jamás se hizo una investigación. Años más tarde volvió a cargos ministeriales hasta la abrupta caída de Gonzalo Sánchez de Lozada el 2003. Por eso no es de extrañar que ese nombre vuelva a ponerse en la cartelera más de 30 años después.

Aparentemente, lo que más disgustó al denunciado en esos momentos fue la frase de sus competidores que el seminario Aquí reprodujo en su titular: “que sus negocios daban asco”; así como el apodo de “Quinciño” que le adjudicaban en las altas esferas, no porque se pareciese al popular personaje de una telenovela brasileña, sino porque en vez del habitual y consentido 10% de “coimisión”, Morales Landívar cobraba el 15%. Tal cual.

Soria Galvarro

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