MAMÁ DE VÍCTIMA EXIGE IDENTIFICAR A CULPABLES DEL FUEGO
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“Mi hijo no era flojo, no era malo, siempre estaba atento a todo. Pido justicia, pido que aprehendan a los culpables del incendio”, exclamó llorando Roberta Vela de Hinojosa durante el velorio de su hijo de 22 años Jorge Hinojosa Vela, quien fue hallado muerto la madrugada del domingo en medio de los incendios que azotan al Parque Nacional Tunari, área de protección forestal en el valle de Cochabamba.
El joven fallecido es un estudiante universitario, integrante del Grupo Scout Baden Powell. La tarde del sábado había convencido a sus padres Basilio Hinojosa y Roberta Vela, comunarios de Pucara, dirigirse al cerro Villa Ánimas para colaborar en la sofocación del incendio forestal en esa zona del Parque Tunari.
“Cuando el humo comenzó a afectar la respiración de Jorge y su familia, debido a que surgieron nuevos focos de calor que se propagaban cada vez más por los fuertes vientos, el joven dijo a su madre que retornen a su hogar y que él se quedaría con su padre ayudando” —relató el matutino Los Tiempos—. “Una hora después, el padre volvió preguntando si Jorge ya estaba en casa. Inmediatamente, se dirigieron al cerro a buscarlo. La noche del sábado, su desaparición fue reportada a miembros del SAR-Bolivia, quienes se retiraban del lugar, y comenzó su búsqueda conjuntamente con su familia, que se extendió hasta las 4:30 de ayer. Su cuerpo se halló sin vida en una serranía de Villa Ánimas a las 6:30 y la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) realizó el levantamiento legal del cadáver”.
Al tomar conocimiento de la noticia, el presidente Evo Morales manifesto ayer sus “dudas” sobre la causa de la muerte originada en el incendio, arguyendo que el joven habría sufrido un “accidente fortuito” que ordenó sea investigado.
Sin embargo el Comandante Departamental de la Policía, Raúl Grandy, dijo anoche que el informe de la autopsia confirmó que el joven murió por inhalación de humo emanado del intenso fuego. “Cayó al cañadón y, producto de un golpe, se habría desmayado en una zona de incendio y luego su cuerpo sufrió quemaduras”, dijo Grandy al matutino cochabambino.
Los padres del joven rechazan la versión presidencial de un “accidente fortuito” y piden justicia y dar con los responsables del incendio.
Ven negligencia del gobernador Canelas
Los incendios en el Parque Tunari recrudecieron en los últimos meses —incluso antes del desastre forestal en la Chiquitania— debido a la invasión de grupos de loteadores que habrían invadido las áreas protegidas con aval del partido gobernante y bajo la permisividad del gobernador Iván Canelas Alurralde. Los invasores se dedican a “chaquear” (quemar) áreas forestales para crear campos de cultivo agrícola así como para edificar viviendas en improvisadas “urbanizaciones” fuera norma.
Organizaciones de la sociedad civil como el Colectivo Tunari Sin Fuego, vienen cuestionando la poca voluntad mostrada por el gobernador Canelas para frenar los asentamientos ilegales y evitar los incendios vía “chaqueos” recrudecen al menos desde junio de este año.
A principios de agosto, a tiempo de movilizar un contingente de 400 voluntarios ciudadanos para controlar los focos de incendio, dicha organización planteó al Gobernador declarar Emergencia Departamental ante la voracidade creciente del fuego; pero Canelas rechazó aquella solicitud arguyendo cuestiones de “mentalidad”.
“No creo que una decisión de emergencia en este momento nos pueda ayudar mucho porque éste es un tema de mentalidad. Lamentablemente, hay gente que sube allí, quema y no entiende”, declaró Canelas el pasado 7 de agosto según publicó Los Tiempos.
La negativa de Canelas para declarar Emergencia por el incremento de los incendios en el Parque Tunari, impide acceder a recursos logísticos y financieros necesarios para fortalecer a los grupos de voluntariado movilizados mediante el Colectivo Tunari Sin Fuego y el SAR-Bolivia, y a las mismas instituciones encargadas de proteger el Parque Nacional.
Por su parte el asambleísta Freddy Gonzales Rodríguez advirtió que desde el año 2012 el Gobernador no convocó a reuniones de coordinación entre el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap), el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), la Alcaldía y la Gobernación para tratar la preservación del Parque Tunari. También lamentó que desde el año 2016 la Gobernación había suspendido los patrullajes de control que estaban a cargo de las Fuerzas Armadas.
En noviembre del pasado año, el mismo asambleísta Gonzáles denunció la presencia de edificaciones en el parque, más concretamente en el sector de Tiquipaya, las cuales se encuentran ilegalmente establecidas por encima de la cota 2.750. Según la denuncia, se están construyendo 10 nuevas viviendas en este sector, en la OTB Pucun Pucun, ubicada en el límite de Taquiña y Miraflores, donde incluso ya habrían instalado servicios básicos de agua y luz, aseguró Gonzáles Rodríguez.
Comunarios nativos de las serranías de Quillacollo, Tiquipaya y Sacaba (la “media luna” del Parque Tunari) también denunciaron que los nuevos asentamientos se incrementaron con el aumento de cultivos de coca y la incursión de cocaleros provenientes especialmente de la zona de Sacaba.
Desprotección sistemática del Parque Tunari
El Parque Nacional Tunari dispone apenas de ocho guardabosques que realizan su labor con una severa precariedad luchando contra los incendios, contra los loteadores y contra la creciente basura generada por la invasión de cocaleros en la zona. Según admitió el Jefe de Protección del Parque Tunari, Alberto Terrazas, los guardaparques apenas cuentan con dos vehículos, algunas radios de comunicación y equipamiento básico.
La administración del Parque Nacional Tunari cuenta con un presupuesto que no supera el millón de bolivianos. Los recursos se destinan principalmente al pago de salarios de los guardaparques y gasolina para los vehículos, informó Los Tiempos. Por otra parte, voluntarios del SAR-Bolivia y del Grupo Especial de Operaciones de Salvamento (GEOS) deben gestionarse sus propios equipamientos. Cada uno puede gastar hasta siete mil bolivianos para contar con lo necesario, agrega el matutino.
A pesar de la carencia de recursos para garantizar la eficiencia y la seguridad física de los grupos voluntarios, jóvenes como el fallecido scout Jorge Hinojosa Vela asumen su compromiso moral con el medio ambiente tomando riesgos a costa de su propia integridad física.
Los incendios del Parque Tunari se han tornado incontrolables desde agosto del pasado año, cuando un siniestro en la serrania de Pacolla, Sacaba, arrasó 344 hectáreas de bosque. El fuego volvió a activarse en junio de este año, cuando 12 hectáreas de pinos, molles y plantaciones nativas se quemaron en la comunidad de Cruzani. El 11 de julio, otro incendio destruyó 2,5 hectáreas de pajonales y arbustos nativos en el sector denominado Molinos. Hasta ese momento se habían producido 150 incendios que afectaron 101 hectáreas de vegetación, según el Colectivo Tunari Sin Fuego.
Durante la primera semana de agosto de este año se desató otra ola de fuego en la zona de Pajcha Wasa, también dentro el municipio de Sacaba, afectando dos hectáreas de kewiñas y pastizales.
El incendio del último fin de semana en el cual falleció el scout Jorge Hinojosa consumió 40 hectáreas aproximadamente, según estimó el director interino de Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap), Alberto Terrazas.
El gobernador Iván Canelas descartó que aquellos incendios se traten de chaqueos e indicó que se reunirá con las Fuerzas Armadas y la Policía “para ver si se puede patrullar esta semana el área protegida ante el aumento de los incendios en la zona”.
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