Aunque las aguas bajaron, el Estado del Acre se declaró en Situación de Calamidad Pública
Con el fin de acceder a recursos federales y de la cooperación internacional para superar las graves secuelas que dejaron los desbordes del río Madera durante los últimos tres meses, el gobernador del Estado de Acre, Tião Viana, lanzó en la víspera el Decreto Nro. 7.308 declarando a esta región acreana del Brasil —limítrofe con Bolivia y Perú— en “Situación de Calamidad Pública”, figura jurídica-administrativa que equivale a un reconocimiento de Desastre extremo e insostenible.
“Este decreto nos facilitará una relación más directa con el Gobierno Federal; necesitamos un mayor apoyo del que hemos recibido hasta ahora por parte de la presidenta Dilma Rousseff”, explicó el gobernador Viana a tiempo de recordar que “en los últimos días el transporte a través de las rutas anegadas ha sido muy difícil a pesar del esfuerzo sobrehumano que nuestros equipos técnicos han realizado localmente”.
Desde el pasado 27 de febrero, cuando el mismo gobernador Viana firmó el decreto 7.093 declarando al Estado de Acre en “Situación de Emergencia”, esta región amazónica enfrentó severos daños en su infraestructura vial y productiva especialmente a causa del desborde del río Madera que inhabilitó la autopista BR-364 que vincula el Acre con el Estado de Rondonia. Ese aislamiento vial entre las ciudades de Rio Branco (capital del Acre) y Porto Velho (capital de Rondonia) provocó una crisis de abastecimiento de alimentos, medicamentos y combustibles que obligó al Gobierno acreano abrir rutas de provisión desde el vecino Perú.
COLAPSO PERSISTENTE DEL RÍO MADERA
La situación no ha podido mejorar posteriormente, no obstante que las aguas del río Acre, conectadas con el Madera a través del Abuná, han bajado sustancialmente en las últimas semanas a su cota normal inferior a los 12 metros de altura.
En febrero el río Acre rebasó los 16 metros, causando severos agrietamientos en los diques de contención fluvial.
El rio Madera, por su parte, se mantiene con un nivel de desborde constante que no baja de los 19,50 metros en todo su curso hacia el lado boliviano sobre afluentes como los ríos Mamoré e Iténez.
Expertos insisten en que esta persistencia del desborde sólo es explicable por los efectos que surgen de la construcción de las represas de Jirau y San Antonio en el municipio de Porto Velho, Rondonia, cuyo gobierno local también se declaró en situación de Calamidad Pública ya en febrero pasado.
UN DESASTRE DE NIVEL 3
Según explicaron a Sol de Pando voceros del Gobierno del Acre, técnicamente, la situación en que se encuentra actualmente esta región fronteriza es catalogada como de “Desastre Natural Nivel 3”, que implica una condición de emergencia extrema, dado el aislamiento en que se encuentran varios municipios acreanos respecto a los centros urbanos de provisión de alimentos básicos, medicamentos y combustibles.
El Gobernador Viana decidió pasar del “Estado de Emergencia” a “Situación de Calamidad Pública” ante la imposibilidad de controlar el desastre provocado por la catastrófica inundación en los sistemas de abastecimiento y salubridad de los municipios acreanos. La gravedad de la crisis obligó incluso al gobierno del Acre cerrar el ingreso de migrantes haitianos y senegaleses que ingresan por el Perú, y expulsar a decenas de ellos por diversos motivos.
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