LA SILLA VACÍA Y WILSON GARCÍA MÉRIDA
© Melita del Carpio Soriano*Como no sería justo callar lo que pasa en nuestro propio país, hemos decidido celebrar este acto con uno de los ritos que realizan todos los Centros del PEN en el mundo: “la silla vacía” para pronunciarnos a favor de un intelectual perseguido y esta vez lo haremos por un periodista boliviano sañudamente acosado y judicializado por el gobierno de Evo Morales…
Este año 2019 marca, para el PEN-Bolivia, 17 años celebrando el día mundial de la poesía en nuestro país. Fuimos los primeros en celebrarla el 21 de marzo con el liderazgo de la escritora Gaby Vallejo. A partir de entonces, diferentes instituciones a nivel nacional también vienen realizando celebraciones. Estamos felices de haber iniciado estas oportunidades de encuentro con la poesía, una manera de trabajar por una mayor sensibilidad de nuestro pueblo.
Quiero agradecer en primer lugar al Centro Boliviano Americano que por tantos años nos ha acogido en este auditorio. Gracias también a todas las personas que han colaborado esta noche como lectores, intérpretes, creadores o como organizadores. Muchas gracias a todos.
“En mi país la poesía está entre rejas…”, decía Pablo Pacheco Ávila, periodista cubano sentenciado a más de 20 años de cárcel por haber participado en el movimiento primavera negra a favor de los derechos de expresión en aquel país. Hace nueve años lo nombramos socio honorario como una manera de apoyar su liberación y hoy podemos sentirnos contentos pues está libre y ha reiniciado su vida familiar y su labor periodística, en gran parte gracias a las gestiones del PEN Internacional, aunque claro, fuera de su tierra natal.
Los escritores en el mundo actual
Hemos querido iniciar este acto recordando a poetas, escritores y periodistas en el mundo que se encuentran presos, perseguidos, amenazados y que incluso han sido asesinados por decir su voz en libertad. Algunos de ellos se encuentran sufriendo situaciones muy difíciles e injustas.
Los reportes del comité internacional del PEN “Escritores en Prisión” dan cuenta de innumerables casos de autores que viven bajo amenaza o con sentencias injustas que pretenden convertirlos en delincuentes, parias, traidores a sus patrias sin haber hecho nada para merecer tal trato, salvo atreverse a enfrentar el poder con la verdad.
Como no sería justo callar lo que pasa en nuestro propio país,hemos decidido iniciar este acto con uno de los ritos que realizan todos los Centros del PEN en el mundo: “la silla vacía” para pronunciarnos a favor de un intelectual perseguido y esta vez lo haremos por un periodista boliviano sañudamente acosado y judicializado por el gobierno de Evo Morales. Me refiero a Wilson García Mérida.
García Mérida, periodista y escritor libertario
Wilson García Mérida es periodista nacido en Cochabamba. Autor de los libros “Un siglo en Cochabamba” e “Historia del Milagro”, además de incontables publicaciones dispersas en distintos periódicos y revistas dentro y fuera del país. Director del Servicio Informativo Datos & Análisis. Columnista de Los Tiempos desde 1983, fue Jefe de Redacción de dicho diario hasta 1998. Fue también corresponsal de La Razón en los años 90 y co-editor del semanario “El Juguete Rabioso” en el 2002. Destacado periodista de investigación, nunca calló hechos oscuros ligados a la corrupción aunque esto pusiera en riesgo su vida. Fue parte de la comisión investigadora del caso “Huanchaca” en 1986, y en 1990 develó las tramas del narcotráfico vinculada a la “inmobiliaria” Finsa, motivo por el cual sufrió un atentado a manos de un sicario de la mafia boliviana organizada.
Fue condecorado por el Concejo Municipal de Cochabamba con la Medalla al Mérito Juvenil en 1991 y en 1992 la Asociación de Periodistas de La Paz lo distinguió con la Medalla “Bautista Saavedra” por la Defensa de los Intereses Públicos.
Actualmente, dirige el periódico amazónico de circulación nacional Sol de Pando que recibió mención especial en el Premio Nacional de Periodismo de los años 2011 y 2012. En 2013 Sol de Pando, bajo su dirección, recibió dos galardones de la Aplp en el Premio Nacional de Periodismo: al mejor trabajo de periodismo ambientalista elaborado por Silvia Antelo y como Mejor Periódico Digital.
Desde esa trinchera de ideas y palabras, Wilson sigue trabajando incansablemente por los pueblos indígenas de la Amazonía boliviana, por los problemas ambientales y contra la corrupción. Es temerariamente valiente para denunciar hechos que van contra los desposeídos y su hábitat.
Esta actitud le ha valido la enemistad del gobierno actual, el cual no aceptó sus críticas relacionadas principalmente con los hechos en Pando. Sus denuncias al gobierno le valieron amenazas de muerte y una serie de juicios por sedición que lo han obligado a exilarse en el Brasil. Fueron quemados 2000 ejemplares de su periódico Sol de Pando y sufrió atentados digitales contra la plataforma de su periódico virtual. Ocasionalmente, logra entrar a Bolivia, pero siempre a salto de mata, eludiendo la captura de agentes del gobierno.
Una silla vacía para la mordaza
Esta silla vacía con su fotografía y su biografía lo representa con su trabajo y su valor ciudadano. Esta silla vacía simboliza su ausencia por exilio injusto. Simboliza también nuestro reclamo contra los juicios que pesan sobre él como represalia por las denuncias hechas. Simboliza nuestro reclamo por la falta de respeto a sus derechos de expresión. Que pronto recupere su libertad y que pueda reintegrarse a su familia y a su vida profesional.
En el Día Mundial de la Poesía 2019, volvemos a decir para todos aquellos “capitanes de su alma” como Wilson García Mérida el poema de William Ernest Henley que repitió Mandela en sus 27 años de cautiverio:
«Desde la noche que sobre mí se cierne
negra como su insondable abismo
agradezco a los dioses si existen
por mi alma invicta
Caído en las garras de la circunstancia
nadie me vio llorar ni pestañear
Bajo los golpes del destino
mi cabeza ensangrentada sigue erguida.
Más allá de este lugar de lágrimas y de ira
yacen los horrores de la sombra
pero la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo
No importa cuán estrecho sea el camino
cuán cargada de castigo la sentencia,
Soy el amo de mi destino
soy el capitán de mi alma».