Huáscar Sandoval Bauer | LA FALSA OPOSICIÓN
Hace mucho tiempo vengo diciendo que es imperativo que nuestra sociedad recupere la dimensión ética de la política. Hoy vemos una vez más cómo la oposición, en un nuevo alarde de cinismo, acepta sin apenas chistar, el incremento a las ya jugosas dietas de los parlamentarios.
Este incremento, es a todas luces, injustificable e inmoral. Mucho más si consideramos las inequidades e injusticias que ahondan las brechas entre privilegiados del régimen y los sectores más vulnerables que están siendo condenados a la miseria y el hambre (no olvidemos a Eva, la niña de 12 años en El Alto que murió de inanición en pleno “esplendor” populista del “proceso de cambio”).
Dicen haber rechazado la aprobación acusando de arbitrarios a los legisladores oficialistas, pero al mismo tiempo se frotan las manos para cobrar esa dieta con el incremento del 17% que dicen haber “rechazado”.
La decencia está ausente en esta tropa de caraduras, que todavía tienen la desfachatez de pretender el voto de los bolivianos. Pareciera que estamos jodidos, que la alternativa a la mafia azul, es otra mafia, pero esta vez multicolor e inepta. En once años no han hecho otra cosa que lloriquear y seguirle el juego al MAS, peleándose entre ellos por los pequeñísimos espacios de poder, que les deja la aplanadora oficialista en la Asamblea Legislativa Plurinacional. Parecen perros disputándose a mordiscos las sobras de la mesa.
¿Con qué moral van a fiscalizar, criticar o protestar por el permanente despilfarro y la discrecionalidad con que se maneja nuestro dinero, si ellos mismos participan del jolgorio?
Esta vez la Asamblea Legislativa Plurinacional actuó con verdadero espíritu de cuerpo. No hubo durante la aprobación del desmedido incremento salarial ni abucheos, ni peleas o gritos, ni siquiera un pinche cartelito que se oponga enfáticamente a esta nueva infamia del poder político contra el pueblo indignado.
Esta es la calidad moral de la oposición, no se diferencia en nada del oficialismo. Mientras tanto, los ciudadanos comunes de este país debemos seguir bregando para hacer una mejor patria que legar a nuestros hijos.
Creo que se aproximan días tormentosos que limpiarán la mugre y disiparán el mal olor que despide esta clase política desde el gobierno y desde la oposición, por igual.
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