Data: marzo 11, 2013 | 15:28
LA ERA POST-CHÁVEZ | El Presidente uruguayo anticipa lineamientos latinoamericanistas y de radicalización ética y democrática en la candidatura presidencial de Nicolás Maduro en Venezuela

Mujica: “Se gobierna también para los que están en contra y para los hijos de los que están en contra”

En enero pasado el entonces viceperesidente venezolano, durante la Cumbra de la Celac en Santiago de Chile, propició la amistosa entrega de la Presidencia pro Témpore de dicho organismo al gobierno de Cuba, mediante un fraterno abrazo entre Sebastián Piñera y Raúl Castro.

En enero pasado el entonces vicepresidente venezolano Nicolás Maduro, durante la Cumbre de la Celac en Santiago de Chile, propició la amistosa entrega de la Presidencia pro Témpore de dicho organismo al gobierno de Cuba, mediante un fraterno abrazo entre Sebastián Piñera y Raúl Castro.

El Presidente Encargado de Venezuela y candidato oficial de la Revolución Boliviariana, muestra haber comprendido esa dimensión cualitativa del periodo post-Chávez que José Mujica advierte en el proceso venezolano, el cual «tiene que entrar en un ciclo de madurez y de enorme responsabilidad, porque arranca con un capital importante”, afirmó el Presidente uruguayo en una extensa entrevista publicada por BBC Mundo pocas horas antes de los funerales del presidente Hugo Chávez en Caracas. Mujica asume la muerte de Chávez como un impulso trascendental al proyecto bolivariano de integración latinoamericana y de radicalización  democrática, abriéndose una etapa que debe superar el sectarismo ideológico y la intolerancia política entre países vecinos y entre habitantes de un mismo país…

© Redacción Sol de Pando

“Hay un capital acumulado al que le sobra riqueza para sobrellevar esta hora”, asegura José Mujica. Lo dijo en una extensa entrevista con el periodista Gerardo Lissardy de BBC Mundo, publicada el pasado viernes 8 de marzo, cuando el Presidente uruguayo llegó a Caracas para asistir a los funerales de Hugo Chávez.

Lissardy recordó unas ideas expresadas por Lula en un artículo que el ex Presidente brasileño había escrito para el New York Times, afirmando que quienes enfrentan la tarea de mantener el legado de Chávez en Venezuela, cuna de la Revolución Bolivariana, “tienen mucho trabajo por delante para construir y fortalecer las instituciones democráticas… y para  ayudar a que el sistema político sea más transparente… y mejorar el diálogo con la oposición”.

El presidente uruguayo coincide con Lula. “Naturalmente”, dijo Mujica, el proceso venezolano “tiene que entrar en un ciclo de madurez y de enorme responsabilidad, porque arranca con un capital importante”.

Ese capital importante es la acumulación de las fuerzas transformadoras e integracionistas impulsadas por el gran caudillo latinoamericano de los últimos tiempos. Su muerte hizo estallar ese potencial, impactó con una “emotividad tremenda”, según Mujica. “Pero la emotividad está demostrando un grado de compromiso muy serio”.

Para que la obra de Chávez deje un legado francamente positivo, “tiene que tener la sabiduría de influir en los adversarios… Porque no se gobierna sólo con los que están a favor; se gobierna también con los que están en contra y para los que están en contra y para los hijos de los que están en contra”, declaró José Mujica.

La oposición también tiene que ser inteligente”, agregó el sabio uruguayo. «Y la verdadera inteligencia está en el sostenimiento de la paz con libertad”. El líder de la oposición venezolana, Henrique Capriles, ya se fue contra la corriente apenas abrió la boca. Lanzó en la víspera su candidatura para los comicios del próximo 14 de abril, con un discurso irracional y fascista, agrediendo no solo al candidato oficialista sino incluso a la memoria póstuma  de Hugo Chávez al poner en tela de juicio, insidiosamente, las circunstancias de su muerte.

La lúcida madurez de Maduro

El lanzamiento oficial de la candidatura de Nicolás Maduro, al contrario de Capriles, contiene exactamente los mismos lineamientos latinoamericanistas y de radicalización democrática planteados por el presidente Mujica.

Este lunes Maduro formalizó su inscripción como candidato chavista para las elecciones presidenciales de abril.  «El pueblo de Chávez tiene que ser el pueblo de la paz, de la convivencia«, dijo el Presidente Encargado de Venezuela cuando se hizo presente en la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE).

El domingo, Nicolás Maduro anticipó el núcleo de su oferta electoral: prometió que combatirá la corrupción y que utilizará mano dura contra la inseguridad ciudadana, con participación directa de las comunidades que base que son el sustento de la Revolución.

Maduro parece haber entendido con toda lucidez aquella dimensión cualitativa implícita en el periodo post-Chávez, que el Presidente Encargado está conduciendo como lo haría un experimentado camionero en la mortal carretera de La Paz a Yungas:  claro y firme en el objetivo a dónde se quiere llegar, pero con la prudencia y delicadeza que supone combinar acelerador y frenos cuando el camino se pone deleznable mientras más cargado anda el camión, con cargas tan pesadas como el compromiso de la justicia social, de la integración latinoamericana y de la defensa de la vida y la paz en el planeta; encomiendas que dejó Chávez.

En su brillante discurso  pronunciado ante el féretro de Chávez durante los funerales del 8 de marzo, Maduro lanzó un elogio especial al presidente chileno Sebastián Piñera, por “toda su generosidad y expresiones de preocupación” en la organización de la Cumbre de la Celac, organismo promovido por Chávez y que transfirió, en Santiago de Chile, la presidencia pro tempore al gobierno de Cuba.

Asimismo, Maduro agradeció al presidente “neoliberal” Juan Manuel Santos de Colombia  “por estrechar la mano de Chávez” en la mediación venezolana para pacificar Colombia ante la guerrilla de las FARC.

“Nunca hemos estado tan cerca los latinoamericanos como hoy”, observó Mujica.

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