Data: noviembre 28, 2014 | 9:53
Ni el Jefe de la Misión diplomática en Washington, ni el Embajador ante la ONU, ni la Cónsul general en Nueva York asumen acciones para defender a Diego Ibáñez…

Representantes diplomáticos abandonan a un activista boliviano enjuiciado en EE.UU.

Diego Ibañez, el boliviano acusado de manchar el traje del Jefe de la Policía de Nueva York con pintura roja, comparecerá este viernes ante un juzgado para defenderse ante la amenaza de cárcel. | Foto cortesía familia Ibáñez

Diego Ibañez, el boliviano acusado de manchar el traje del Jefe de la Policía de Nueva York con pintura roja, comparecerá este viernes para defenderse ante la amenaza de cárcel. | Foto cortesía familia Ibáñez

No hay pruebas contundentes de que Ibáñez hubiera sido quien arrojó la pintura al comisionado Bratton. “Yo estuve junto a otros activistas al lado de Diego cuando ocurrió el incidente y ninguno vio que él lanzara la pintura roja al comisionado”, dijo el mexicano Juan Carlos Ruiz. La pintura roja es un “arma” de protesta que usan habitualmente los activistas movilizados para expresar su indignación ante la ola de crímenes de Estado en el mundo actual…

© Wilson García Mérida | Redacción Sol de Pando
Detenido el 5 de noviembre por participar en una protesta realizada ante el Consulado de México en Manhattan por la masacre de Ayotzinapa. | Foto Huimberto Arellano | El Diario de Nueva York

Detenido el 5 de noviembre por activar una protesta ante el Consulado de México en Manhattan por la masacre de Ayotzinapa. | Foto Humberto Arellano | El Diario de Nueva York

El general del Ejército boliviano Freddy Bersatti, jefe de la Misión diplomática de Bolivia en Estados Unidos, no realizó ninguna acción oficial para defender al ciudadano boliviano Diego Ibáñez, un reconocido activista comunitario, apresado y acusado injustamente de terrorismo en Nueva York; mientras la Cónsul General de Bolivia en esa metrópoli norteamericana, Jessica Jordan, tampoco realizó gestión alguna, ni siquiera para informarse del caso, según denuncian compañeros de Ibáñez que se hallan movilizados para impedir su encarcelamiento como un peligroso «terrorista».

El joven migrante boliviano de 26 años, que cuenta con residencia legal en Estados Unidos, enfrenta cargos con una posible sentencia de reclusión en una cárcel de alta seguridad por “alterar el orden público, acoso, conducta criminal y asalto a un oficial de policía”. Ya había sido arrestado en al menos tres oportunidades cuando participó en protestas como la del 5 de noviembre por la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa en México.

El pasado lunes 24 de noviembre, Diego Ibáñez intervino —junto a miles de migrantes y activistas de derechos humanos— en las movilizaciones de protesta que llenaron las céntricas vías del Times Square, en Manhattan, Nueva York,  contra el fallo judicial que absolvió y dio impunidad al policía Darren Wilson, de Ferguson (Missouri), por el asesinato del ciudadano afroamericano Michael Brown con doce disparos de bala. Similares protestas se realizaron en más de 180 ciudades norteamericanas.

Al día siguiente de la detención de Ibáñez, el Daily News de Nueva York informó que un juez impuso al joven boliviano una fianza de $us 30.000 para salir en libertad, mientras espera un juicio criminal acusado de haber manchado el traje del jefe de la Policía de Nueva York, el comisionado Bill Bratton, con pintura roja.  A raíz de ese hecho en el que no se probó plenamente su participación, Ibáñez enfrenta 16 cargos penales, entre ellos “terrorismo”.

El comisionado Bratton calificó a Ibañez como un “agitador profesional” y manifestó su deseo de ver encerrado al activista comunitario en la cárcel de Rikers Island “si logramos un enjuiciamiento exitoso”, según declaró el jefe policial al Daily News.

Rikers Island es la segunda cárcel más grande de Estados Unidos y fue calificada por el periódico hispano El Diario de Nueva York como “un lugar de horror para los jóvenes latinos”, donde los policías ejercen una infernal brutalidad asesinando impunemente a los reclusos mayoritariamente negros y latinos.

16 cargos criminales por manchar el traje del comisionado Bratton

La pintura roja es un “arma” de protesta que usan habitualmente los activistas movilizados para expresar su indignación ante la ola de crímenes de Estado en el mundo actual. | Foto Humberto Arellano

La pintura roja es un “arma” de protesta que usan los activistas movilizados para expresar su indignación ante la ola de crímenes de Estado en el mundo actual. | Foto Humberto Arellano

El asistente del Fiscal del distrito de Manhattan, Andrew Mercer, dijo que Ibáñez habría lanzado un “líquido rojo desconocido” dos veces al Comisionado y a su equipo, y que “dos oficiales de la Policía tuvieron que acudir al hospital por irritación en los ojos”.

Según la acusación, la supuesta osadía del joven boliviano causó daños de $250 en el atuendo de Bratton, además de manchar otros cinco trajes de oficiales de policía. El monto de la fianza es mucho mayor al de los trajes manchados.

El boliviano permanecía recluido hasta la noche del miércoles en una cárcel preventiva al no haber logrado pagar el dinero de la fianza. Sin embargo, Juan Carlos Ruiz, un activista mexicano y correligionario de Ibáñez, informó que la fianza fue cubierta con fondos del movimiento Ocupar Wall Street, del cual Diego es uno de sus principales líderes y voceros.

Familiares y compañeros de Ibáñez emprendieron una colecta para devolver el dinero al movimiento Occupy Wall Street. Ningún representante de la delegación diplomática boliviana en Estados Unidos, ni el embajador de Bolivia ante la ONU, Sacha Llorenti, que tiene su base de operaciones en la misma ciudad de Nueva York, dio muestra alguna de solidaridad con el compatriota libertario que viene siendo criminalizado por las autoridades norteamericanas como “terrorista”, poniendo en vilo sus derechos civiles y su libertad.

Un audiovisual exclusivo (clic aquí para abrir el video) difundido en el portal del Daily News muestra el momento en que el traje del comisionado Bratton es embadurnado con pintura roja que salpicó también a otros oficiales de la policía que intentaban reprimir la manifestación. Inmediatamente buscaron al supuesto agresor en medio de la multitud y el objetivo fue Diego Ibáñez, quien terminó reducido y conducido a un vehículo policial en calidad de arrestado.

No hay pruebas contundentes de que Ibáñez hubiera sido quien arrojó la pintura al comisionado Bratton. “Yo estuve junto a otros activistas al lado de Diego cuando ocurrió el incidente y ninguno vio que él lanzara la pintura roja al comisionado”, dijo el mexicano Juan Carlos Ruiz. La pintura roja es un “arma” de protesta que usan habitualmente los activistas movilizados para expresar su indignación ante la ola de crímenes de Estado en el mundo actual.

Ibáñez enfrentaba inicialmente nueve cargos en su contra, según la agencia EFE, por su participación en anteriores actos de protesta. El incidente del Times Square aumentó los cargos a 16, dos de segundo grado por acoso agravado, seis cargos de obstrucción a la administración gubernamental, seis cargos de conducta criminal en tercer grado y dos cargos de asalto en segundo grado.

Para defenderse de esos cargos, el activista boliviano tendrá que presentarse en una Corte de Manhattan este viernes. Ningún representante diplomático o consular del gobierno de Evo Morales anunció su presencia en dicha audiencia.

“Es un joven valiente y de buenos sentimientos, jamás agresivo o violento. Simplemente está enojado por la injusticia...”.

“Es un joven valiente y de buenos sentimientos, jamás agresivo o violento. Simplemente está enojado por la injusticia…”.

¿Quién es Diego Ibáñez?

Según la periodista Zaira Cortés, de El Diario de Nueva York, la familia de Diego Ibañez emigró a Estados Unidos de La Paz cuando él era un niño. Reside actualmente en el vecindario de Sunset Park, en Brooklyn, Nueva York.

Sus compañeros lamentaron que la prensa y autoridades etiqueten al joven boliviano de criminal, pues se trata de un militante libertario —simpatizante del movimiento zapatista— con un largo historial de liderazgo en organización comunitaria. Como luchador social tomando posición a favor de los migrantes latinos que sufren maltratos y discriminación en Estados Unidos, ya enfrentó varios arrestos antes de los incidentes del pasado lunes.

Fue detenido el 5 de noviembre durante una manifestación frente al Consulado de México para exigir justica por la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa. Junto a Diego fueron detenidos ese día el mexicano Mauro Hernández y el portorriqueño Pablo Benson.

Otros arrestos datan de octubre del 2012 durante una demostración del movimiento Occupy Wall Street en Duarte Square y en una protesta en un restaurante Hot and Crusty en Manhattan. Para entonces Ibáñez encaraba una condena de 90 días en la prisión de Rikers Island impuesta por el juez Matthew Sciarrino de la Suprema Corte del Estado de Nueva York.

El juez Sciarrino fue responsable de imponer largas condenas a integrantes de Ocupar Wall Street. Cuando Ibáñez fue arrestado en Duarte Square, recuerda Zaira Cortés, llegó a un acuerdo de libertad (Adjournment of Contemplation of Dismissal Agreement) comprometiéndose a no ser arrestado en un plazo de seis meses, pero violó el convenio al realizar una acción directa con la toma del restaurante Hot and Crusty, cuando el negocio cerró en represalia por la sindicalización de sus trabajadores.

La inmediata movilización de activistas, residentes y académicos de Sunset Park lograron que Ibáñez quedara absuelto.

“Es un joven valiente y de buenos sentimientos, jamás agresivo o violento. Simplemente está enojado por la injusticia”, dijo una activista y amiga cercana que prefirió no ser identificada. “Es un gran organizador comunitario y fue uno de los primeros en responder a la devastación del huracán Sandy en Far Rock Way”.

De acuerdo con sus compañeros, Ibáñez comenzó su lucha por justicia social desde su adolescencia y tiene experiencia organizando a la comunidad en temas de vivienda y derechos laborales, además de ser cofundador de una cooperativa para revitalizar zonas devastadas por el huracán Sandy.

Es un notable defensor de los derechos civiles y de inmigrantes. Colabora en La Zenka, una revista que aborda los temas de las comunidades indígenas de Nueva York.

“Tal vez no era la forma, pero es de los pocos que lleva sus ideales a la acción. Diego no es un criminal, por el contrario, lucha contra ellos” —dijo Mahoma López, activista del Bronx que inició la sindicalización de trabajadores sin estatus legal migratorio en Hot and Crusty.—. “Es un buen amigo, muy noble y valiente. No merece castigo, ni etiquetas despectivas”.

Pablo Benson, su compañero portorriqueño con el que compartió la cárcel el 2012, informa que “Diego creció en Bolivia y luego vivió en Utah y vino a Nueva York para participar en Ocupar Wall Street en 2011 y se quedó en la ciudad”.

Diego Ibáñez explica sus razones | VIDEO | 10 de noviembre 2012
Renée Renata Bergan interviews Occupier Diego Ibañez about Occupy’s relief work and mobilizing the Far Rockaway community

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