Data: marzo 2, 2012 | 1:01
Una visita al Museo Histórico de Cobija
Reliquias de la Guerra del Acre
© Silvia Antelo Aguilar
Tras su fallecimiento el 7 de diciembre del 2002, la Sociedad de Escritores y Poetas de Pando promovió un merecido homenaje al patricio Alberto Lavadenz Rivera, poniendo su nombre a un apacible espacio museístico situado en una rotonda vecina al paseo del Carretón de Cobija.
Este museo histórico de Pando, dependiente de la Municipalidad y a cargo de Eduardo García Suárez, es uno de los más visitados especialmente por estudiantes de la materia.
Una de sus encargadas, Lindsay Landívar, nos atiende con cordial esmero y nos explica el origen de cada una de las piezas, que, si bien no son numerosas ocupando un ambiente relativamente pequeño pero acogedor, tienen un valor histórico incalculable.
Aquí están las reliquias de un pasado mágico y febril, donde las fantasmas de la Guerra del Acre conviven con los bártulos de la Casa Suárez, aquella en cuyas barracas Bolivia vivió la era del caucho que figura en la memoria nacional entre los episodios más dramáticos y sangrientos de nuestra atormentada Historia republicana.
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