Data: julio 9, 2018 | 10:09
SE LLAMA RAMÓN MANRÍQUEZ | El propietario del jet abandonado en Santa Cruz mantenía fideicomiso con un banco mormón que financia transferencias aeronáuticas confidenciales e ilegales fuera de EE.UU. Alguien aún difícil de ser identificado, con mucha influencia dentro el Estado Plurinacional, lo habría comprado bajo un hermético secreto que nadie en Bolivia se atreve a romper...

Piloto norteamericano dueño del misterioso jet Gulfstream «abandonado» en Bolivia

El piloto de origen mexicano Ramón Manríquez, gerente propietario de la empresa Global Exec Aviation de California y fiduciante del Bank of Utah, es dueño del jet «abandonado» en Santa Cruz. | Foto Sol de Pando

Estamos ante una transacción aeronáutica dolosa que aplica una Ley norteamericana en territorio boliviano para ocultar la identidad de los tratantes, encubiertos bajo una cláusula de confidencialidad que facilita tales operaciones mediante cuentas escondidas en offshor’s. No hay otra explicación para entender por qué un lujoso jet de Estados Unidos entró a Bolivia mediante un vuelo charter regular y termina sus días en un oscuro enredo aduanero donde la figura propietaria se invisibilizó escandalosamente…

© Wilson García Mérida | Redacción Sol de Pando | Servicio Informativo Datos & Análisis

El avión llegó a Bolivia el 7 de abril del 2017 para permanecer dos días. En enero fue trasladado del aeropuerto de Viru Viru a El Trompillo como mercancía de contrabando. | Foto archivo Sol de Pando

La aerolínea de servicios charter Global Exec Aviation, con base en Long Beach, California, y el Bank of Utah con sede en Ogden compartían legalmente la propiedad fiduciaria del Jet Gulfstream GIII con matrícula N557JK, que apareció misteriosamente «abandonado» en la jurisdicción aeroportuaria de Santa Cruz, Bolivia. La sofisticada nave había llegado a territorio boliviano el 7 de abril de 2017 realizando un vuelo charter regular desde México; pero nunca más retornó a su país de origen (EE.UU.).

El interior de la nave ahora abandonada en Bolivia. Imagen exhibida en la web oficial de Global Exec Aviation. | Foto archivo Sol de Pando

La noticia alzó vuelo el viernes pasado cuando el Ministro de la Presidencia de Bolivia, Alfredo Rada, confirmó que la Aduana Nacional transfirió la nave a propiedad del Estado Plurinacional una vez que las autoridades aduaneras habían «confiscado» el avión como si se tratase de una mercancía internada al país vía contrabando.

Sin embargo Rada admitió que su cartera no estaba en condiciones de hacerse cargo de la sofisticada nave: 

La nave norteamericana custodiada por por fuerzas del Estado boliviano en el aeropuerto de El Trompillo. | Foto Los Tiempos

«El Ministerio de la Presidencia no tiene la infraestructura como para encargarse de esta nave incautada y adjudicada por la Aduana. No tenemos las condiciones para encargarnos del uso ni del mantenimiento«, dijo el Ministro al informar que la nave quedaría bajo tuición de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC).

¿Cómo entender que un lujoso avión charter que llegó a Bolivia transportando una delegación de religiosos mexicanos mediante un vuelo regular, hubiese terminado su itinerario siendo confiscado como un objeto de contrabando? Planteamos la pregunta al Ministerio de Obras Públicas, del cual depende la DGAC, y entonces el ministro Milton Claros aclaró: “Es verdad que ese avión entró legalmente al país en abril del 2017; pero al parecer tuvo algunas fallas mecánicas para retornar y como no pudo ser reparado oportunamente, el plazo de su permiso de permanencia se venció y en enero de este año se lo tuvo que trasladar del aeropuerto internacional de Viru Viru hacia a un hangar en el aeropuerto local de El Trompillo, quedando allí a cargo de Aasana«.

El año 2011, el avión ahora hallado en Bolivia transportó animales abandonados en California para su adopocion en Canadá. Su entonces propietario y piloto Ramón Manríquez fue un activo voluntario en esa campaña. | Foto archivo Sol de Pando

Según la explicación oficial, los anónimos propietarios del sofisticado avión abandonado habrían contraído una deuda de Bs. 46.000 (cuarenta y seis mil bolivianos) con la Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares a la Navegación Aérea (Aasana), por el uso del hangar. «Como los dueños del avión no tramitaron la ampliación de su permanencia después de 30 días como establece la norma, la nave quedó en condición de ilegalidad y fue intervenida por la Aduana Nacional«, dice Milton Claros, el Ministro de Obras Públicas.

Las explicaciones del Gobierno ahondan las dudas y sospechas. No es creíble que los dueños de una aeronave con las características de un Super Mid-Size y nada menos de la familia Gulfstream, no pudiesen reparar una supuesta falla mecánica que impidió su salida de Bolivia; y estuvieran atravesando tal insolvencia que tampoco pudieron pagar por el servicio de hangar la ridícula suma de Bs. 46.000 que equivalen a no más de $us 7.000 (siete mil dólares), suficientes para «desaduanizar» y recuperar la nave. Terrible gato encerrado.

La investigación de Sol de Pando

La solicitud de ingreso para el vuelo charter del Golfstream que venía de México, pedía permiso para permanecer en Bolivia apenas dos días, del 7 al 9 de abril de 2017. | Documento oficial DGAC

De acuerdo al registro de la nave en la Dirección de Aeronáutica Civil, el avión solicitó su ingreso a Bolivia como un charter propiedad de la empresa Global Exec Aviation, con base en Long Beach, California. Entraba al país con una delegación de pastores evangélicos que venían de Cozumel, México, para asistir a un encuentro de su congregación. La solicitud de permanencia era para apenas dos días, del 7 al 9 de abril de 2017. Sus pilotos eran dos tripulantes pertenecientes a Global Exe: Ramón Castillo y José Luis Fernández. Castillo sería el mismo Ramón C. Manríquez.

Además, por lo que pudimos establecer en fuentes externas, Global Exec mantiene una relación fiduciaria con el Bank of Utah con sede en Ogden. También hemos identificado al propietario fiduciante del Goldstream: es el piloto californiano de origen mexicano Ramón C. Manríquez, gerente general de Global Exec Aviation. Y los propietarios fiduciarios son los banqueros mormones Branden Hansen y Scott Parkinson, principales accionistas del Bank of Utah según fuentes aeronáuticas y periodísticas de Estados Unidos que fueron consultadas por Sol de Pando.

Factura por el uso de hangar en el aeropuerto de Viru Viru entregada al representante del Bank of Utha, el 4 de diciembre de 2017. | Documento oficial de Assana

Factura por el uso de hangar en el aeropuerto de Viru Viru entregada al representante del Bank of Utha, el 5 de diciembre de 2017. | Documento oficial de Assana

Dichas fuentes asumen que, “en el mejor de los casos”, la inexplicable aparición de aquella nave en territorio boliviano podría obedecer a una transacción efectuada con un tercero, un supuesto comprador boliviano «bastante solvente» (posiblemente vinculado al Ministerio de la Presidencia), en el marco del fideicomiso. La otra posibilidad sería que los pilotos habrán decidido incursionar en una actividad ilícita dentro el territorio boliviano, viéndose obligados a abandonar la nave por alguna sombría razón.

Factura por el uso de hangar en el aeropuerto de Viru Viru entregada al Bank of Utha, el 5 de diciembre de 2017. | Documento oficial de Assana

Sin embargo los observadores norteamaericanos apuntan más hacia la venta del avión en favor de un presunto cliente radicado en Bolivia, de común acuerdo con el empresario aeronáutico fiduciario y los banqueros fiduciantes; aunque las autoridades bolivianas no dan pista ni en ese ni en otro sentido.

Sol de Pando tuvo acceso a documentación oficial en fuentes de la Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares a la Navegación Aérea (Aasana) mencionada por el Ministro de Obras Públicas. Hallamos que el uso del hangar en el aeropuerto internacional de Viru Viru, fue cancelado por un representante del Bank Of Utha, un piloto de nacionalidad uruguaya llamado Ricardo Javier Torres Mayet. 

Las facturas fueron efectivizadas entre el 4 y el 5 de diciembre del 2017. Suman un pago total de Bs. 68.000 (sesenta y ocho mil bolivianos), que equivalen a $us 9.840, es decir un poco más de la deuda que el ministro Claros asegura está pendiente de pago.

Ramón Manríquez, confiere una carta poder al abogado boliviano Alberto Samuel Soto de La Vía, experto en legislación aduanera. El poder formalizado consularmente el 21 de marzo de este año. | Archivo Sol de Pando

A partir de enero de este año, el Bank of Utha dejó de pagar por el uso del hangar én el aeropuerto internacional de Viru Viru; y coincidentemente el avión fue trasladado a un aeropuerto doméstico en la zona de El Trompillo, también en Santa Cruz. 

Estos datos indican que a partir de enero el banco fiduciario se desentendió del problema. Una posible transacción de compra-venta, bajo una ley bancaria norteamericana que protege la identidad de compradores y vendedores dentro el régimen fiduciario, transfirió la responsabilidad del negocio a manos del dueño fiduciante, Ramón C. Manríquez, gerente general de Global Exec Aviation.

Una vez que el avión se encuentra «internado» en el aeropuerto de El Trompillo, a partir de enero, la lujosa nave está siendo transferida a un tercero, cuya identidad se halla totalmente encriptada bajo la cláusula de confidencialidad de la Ley Fiduciaria de Estados Unidos (que paradójicamente se aplica al pie de la letra en un país gobernando por un régimen que se autocalifica como «anti-imperialista»).

Forma parte del misterio el porqué la Aduana interviene sobre el avión y no se consuma la transferencia al nuevo dueño. ¿Desistió el comprador boliviano? ¿Intentó estafar o extorsionar al comprador? ¿De dónde surge la figura de contrabando? ¿Quién es el contrabandista?

El 27 de marzo del 2018, el abogado Soto de La Vía se apersona en representación de Manríquez ante la Dirección Regional de la Aduana en Santa Cruz. | Achivo Sol de Pando

Sin más reclamo, con la mayor discreción, en total silencio y sin animarse a presentarse en Bolivia para hacer prevalecer su derecho propietario, Ramón Manríquez, confiere una carta poder al abogado boliviano Alberto Samuel Soto de La Vía, experto en legislación aduanera. El poder formalizado consularmente el 21 de marzo de este año, Manriquez delega al experto aduanero hacer todos los trámites requeridos para «desaduanizar» el avión, ya como si se tratase de una operación comercial y no un secuestro de la nave. En ese documento, Manríquez reconoce que su avión se halla en calidad de «prenda aduanera». 

El 27 de marzo del 2018, el abogado Soto de La Vía se apersona en representación de Manríquez ante la Dirección Regional de la Aduana en Santa Cruz exigiendo información del porqué no se libera la nave ya precintada como mercadería de contrabando. No nos ha sido posible conversar con el jurista boliviano que representa a Manríquez. Colegas de la prensa en Santa Cruz también intentaron entrevistarlo pero Soto alega que el caso está sometido a cierta «cláusula de confidencialidad» no especificada por dicho profesional.

El hecho es que el pasado 7 de julio, la Aduana Nacional hizo entrega del avión al Ministerio de la Presidencia —como un bien incautado al contrabando—, y por tanto en nuevo propietario de Gulfstream III con matrícula N557JK, termina siendo el Estado Plurinacional de Bolivia en abstracto.

Secretos bancarios y oscuras confidencialidades 

El Gulfstream GIII-N557JK aterrizando en las Antillas Holandesas, diciembre de 2013. | Foto archivo Sol de Pando

De acuerdo a una ley norteamericana que es cuestionada entre autoridades federales y expertos aereonáuticos, la cláusula de confidencialidad que protege la identidad de terceros beneficiarios (compradores recientes) en los contratos de Fideicomiso dentro el sector aeronáutico, «atentan contra la seguridad nacional” de Estados Unidos porque además de fomentar la evasión de impuestos, se presta al lavado de dinero.

El Gulfstream III N557JK fotografiado en el aeropuerto de Los Ángeles, California, el 27 de octubre de 2010. | Foto Ken Koller

Se trata de una aplicación del Secreto Bancario específicamente sobre las operaciones de compra-venta de aviones dentro el régimen fiduciario, favoreciendo a capitalistas extranjeros en el mercado norteamericano. Es un modelo que empezó a aplicarse en el Estado de Delawere en la década de los años ochenta.

«Por un lado, el contrato del fideicomiso no se inscribe al registro público; es decir, los beneficiarios efectivos no son un asunto de conocimiento público» —nos explica desde Miami el experto Ron Iacone, jurista afamado en el sector aeronáutico— «Por otro lado, es el administrador del fideicomiso que abrirá la cuenta bancaria y no los beneficiarios efectivos«.

Otra de las facilidades que ofrece el negocio aeronáutico mediante fiduciarios, es la creación de empresas offshore en los paraísos fiscales. Las transacciones suelen realizarse en terceros países donde resulta más cómodo evadir impuestos.

«Si uno vive en una jurisdicción que no posee leyes de fideicomiso, como Francia o Suiza, la única manera de crear un fideicomiso válido es realizar una transferencia de activos a un agente fiduciario en un país donde dichas leyes existan. Al momento de elegir el país, obviamente se elegirá una jurisdicción que no cargue impositivamente las ganancias del fideicomiso» —explica Henry S. Ziegler, otro experto norteamericano en la materia—. «Hasta no hace mucho tiempo atrás, las opciones de jurisdicciones con fideicomisos libres de impuestos estaban limitadas a un puñado de ex colonias británicas como Bermuda, las islas Caimanes o las Bahamas…«.

Bolivia, junto a otros países como Rusia e Irán, además de Panamá por supuesto, parecen haberse puesto en esa ruta de sombras dentro el gran negocio capitalista de los fideicomisos aeronáuticos.

Mormones amigos de Rusia e Irán

El portal aeronáutico del Bank of Utah, ofreciendo anonimato y paraísos fiscales para los negociantes fiduciarios en el mercado de la aviación. | Screenshot Sol de Pando

El Bank of Utha es el principal banco de Estados Unidos especializado en transferir propiedades de aeronaves mediante la figura del Fideicomiso. Se ufana de ser un banco especialista en ocultar la identidad de sus clientes en fideicomiso.

«El Bank of Utah se ha establecido como un líder de la industria en el suministro de servicios de custodia de propietarios de aeronaves para ciudadanos y corporaciones estadounidenses y no estadounidenses» —se lee en la presentación corporativa del portal oficial de este banco—. «Si bien la ley de los EE.UU. exige que todas las aeronaves se registren a nombre de un ciudadano estadounidense, la Administración Federal de Aviación (FAA) ha reconocido el uso de Fideicomisos de propietarios para facilitar el registro ‘N’ independientemente de que el beneficiario del fideicomiso sea ciudadano estadounidense o no«.

Este pequeño banco mormón que surgió como entidad de microcréditos comunitarios con 19 agencias, desarrolla un multimillonario negocio paralelo que crea fideicomisos de aeronaves, “principalmente para personas que no desean que sus nombres figuren en ningún documento público. Tales transacciones, aunque legales, han sido criticadas por algunos miembros del Congreso y auditores federales como importantes riesgos de seguridad”, asegura el periodista investigador Matt Canham, del The Salt Lake Tribune.

El Bank of Utah administra al menos 1.390 fideicomisos de aeronaves, ganando millones en honorarios. “No es la primera vez que uno de sus fideicomisos causó un revuelo internacional. En 2014, se avistó un pequeño avión en el aeropuerto de Teherán, Irán, registrado en el Bank of Utah, que puede haber violado las sanciones de los Estados Unidos”, recordó Canham.

Los bancos a menudo actúan como fiduciarios para poseer una variedad de activos, incluidos aviones, en nombre de un tercero. Sin embargo, el Bank of Utah no compra estos activos por su propia cuenta, ni presta ni financia la adquisición de ninguno de estos activos. En cambio, su única función en estas transacciones es la de fideicomisario. «Bank of Utah no retiene el control operacional de ninguno de los activos que se poseen en el fideicomiso, pero transfiere dicho control a un operador o arrendatario por medio de un acuerdo por escrito«. Y es esto lo que exactamente, por lo visto, el Bank of Utah acaba de hacer en Bolivia con el avión de su fiduciante Ramón Manríquez.

El Bombardier CL-600 con matrícula N604EP, propiedad fiduciaria del Bank of Utah, apareció «abandonado» y «sin dueño» en Irán, en abril del 2014, tras un vuelo charter desde Ghana transportando a la familia presidencial de ese país africano. | Foto The New York Times

Y no sería la primera vez.

El periodista investigador del The Salt Lake Tribune denunció que el oligarca más rico de Rusia, Leonid Mikhelson, “tenía un avión privado registrado secretamente en los Estados Unidos y lo hizo con la ayuda del Banco de Utah…”.

Efectivamente, según informó la agencia Associated Press el 14 de abril de 2014, “un avión que misteriosamente terminó en Irán está registrado en un banco de Utah bajo un acuerdo de propiedad de la aviación que ha provocado dos advertencias de un organismo de control gubernamental en el último año”.

El Bombardier CL-600, con matrícula N604EP, se convirtió en el tema de intriga internacional después de que el New York Times revelara su presencia en el aeropuerto de Mehrabad, en Teherán, junto con una imagen del avión, su número de cola y una pequeña bandera estadounidense colocada al costado. El jet había ingresado en territorio iraní mediante un vuelo «VIP» desde Ganha, transportando una delegación oficial del presidente africano John Dramani Mahama. Después de ese vuelo, el Bombardier quedó varado en Mehrabad en una situación similar a la del Golfstream en Santa Cruz, sin dueños visibles.

Scott Parkinson, Gerente y accionista del Bank of Utah, socio de Manríquez. El banquero mormón tampoco se atrave a dar la cara en Bolivia para «recuperar» el avión «abandonado» que su banco posee en fideicomiso. | Foto The Salt Lake Tribune

Los registros de aviación muestran que el avión está registrado en el Banco de Utah a través de un acuerdo en el que el banco sirve como fiduciario para los propietarios de aeronaves”, dijo la AP respecto a lo acontecido en Teherán.

En ese momento, el portavoz del Bank of Utah, Scott Parkinson, no hizo ningún comentario sobre la propiedad del Jet ni sobre los detalles del fideicomiso, citando obligaciones contractuales y legales, y más bien insistió en promover los «ventajosos» fideicomisos bancarios de aeronaves.

«En términos de pan y mantequilla, somos en gran medida un banco de pequeñas empresas y de préstamos comerciales» —dijo Parkinson—. «Pero esta es una línea de negocio en la que hemos decidido especializarnos que nos permite competir con bancos más grandes«.

¿Dónde está Ramón Manríquez?

En 2011 Ramón Manríquez alquiló la misma nave a una organización protectora de animales para trasladar cientos de perros abandonados en California para su adopción en Canadá. Se involucró personalmente en esa campaña, como un voluntario más. | Foto Getty

Si bien el Bank of Utah, como fiduciante, se encarga de la administración contractual del avión abandonado en Bolivia, el dueño fiduciario, Ramón Manríquez se encargaba de su operación piloteando y/o alquilando la nave que formaba parte de una flota de aviones charter perteneciente a la misma companía Global Exec Aviation.

Aquella empresa que opera brindando servicios de taxi aéreo y aviones ambulancia, exhibía en su oferta, además del Gulfstream III, vuelos a bordo de dos Gulfstream IV y un Hawker 800A.

Con anterioridad al misterioso aterrizaje en Bolivia, desde el año 2009 cuando el oficial jubilado de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos fundó su empresa en Long Beach, el Gulfstream GIII con matrícula N557JK voló sirviendo a Global Exec Aviation piloteado personalmente por Manríquez —junto con su copiloto Daniel Rosenbaum—, haciendo escalas en lugares como las Antillas Holandesas o Edmonton, Canadá.

En octubre de 2011, el capitán Ramón Manríquez alquiló el mismo Jet a la organización protectora de animales «The Orange Dog» de Edmonton con el fin de trasladar cientos de perros abandonados en California para su adopción en Canadá. Se involucró personalmente en esa campaña, como un voluntario más, codeándose con personalidades como el actor Kevin Costner.

Resulta inverosímil pensar que el empresario californiano trajera ese mismo avión a Bolivia para simplemente abandonarlo y desaparecer, dejando el destino de la nave en manos de un apoderado boliviano que está prohibido de hablar.

Los solventes vuelos de Ramón Manríquez al mando del Gulfstream GIII N557JK | VIDEO

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