Data: noviembre 12, 2012 | 11:47
Las asalariadas latinoamericanas ganan en promedio un 17% menos que los varones

Mujeres de Bolivia entre las peor pagadas en ranking de la brecha salarial

Las mujeres asalariadas de Bolivia se hallan entre las peor pagadas del mundo con respecto a los varones, mientras que las mujeres argentinas reciben mejores salarios. Las trabajadoras bolivianas figuran en el puesto 121 de un «rankig» de brechas salariales elaborado por el Foro Económico Mundial; aunque después de Chile (127) y Uruguay (122) en lo concerniente a países latinoamericanos. En mejor situación se encuentran las asalariadas de Brasil que figura en el puesto 120, Paraguay en el puesto 100 y Argentina en el 99. Llama la atención que en la economía más sólida de Sudamérica, Chile, las mujeres son las que perciben más bajos salarios con relación a los varones…

Trabajadoras fabriles de la castaña, en la Amazonia boliviana.

© Veronica Smink Dos estudios de género publicados en los últimos días muestran que si bien las mujeres latinoamericanas han hecho avances importantes en lograr la igualdad con los hombres en el acceso a derechos básicos como la salud y la educación, todavía están relegadas cuando se trata de sus ingresos.

Tanto el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) como el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) muestran que las mujeres en la región ganan sustancialmente menos que sus pares masculinos.

Según el estudio «Nuevo Siglo, Viejas Disparidades» del BID, las mujeres latinoamericanas ganan en promedio un 17% menos que los varones. Pero en algunos países esa diferencia es más pronunciada.

Tal es el caso de Brasil y Chile, los dos países de América del Sur que históricamente han tenido una mayor brecha salarial entre hombres y mujeres.

Pero mientras que el país de Dilma Rousseff ha logrado avances en este sentido en el último año Chile ha mostrado retrocesos, según revela el último ránking de Igualdad de Género elaborado anualmente por el WEF.

De 135 países evaluados por la participación y oportunidades económicas que brindan a las mujeres, Chile ocupa el puesto número 110, una caída respecto al año anterior cuando se ubicaba en el lugar 106.

Esto es porque la paridad salarial en este país es una de las peores del ranking: 127, entre los últimos diez medidos. En promedio, los hombres chilenos ganan más que el doble que sus pares femeninas.

Pero si bien Chile es la nación sudamericana con peor brecha salarial, el problema no es exclusivo a este país, como demuestra la ubicación en el ranking de sus vecinos del Cono Sur: Argentina (91), Paraguay (100), Brasil (120), Bolivia (121) y Uruguay (122).

Trabajo parcial

Hugo Ñopo, autor del estudio del BID, le dijo a BBC Mundo que uno de los motivos principales por el que las mujeres latinoamericanas ganan menos es que muchas de ellas trabajan menos horas.

«Un cuarto de las mujeres en la región trabaja medio tiempo comparado con sólo 1 de cada 10 hombres», indicó el especialista.

El motivo es claro: para poder ocuparse de sus familias muchas madres están obligadas a trabajar menos horas.

«Como en la región no existe casi la modalidad del trabajo part-time la mayoría de estas mujeres debe crear su propio empleo, lo cual genera menos ingresos», explicó Ñopo.

Por estas restricciones las mujeres que trabajan en relación de dependencia también tienen menos margen a la hora de negociar sus sueldos.

A la vez, los años dedicados a la crianza de los niños hacen que las mujeres tengan menos experiencia laboral, lo cual impacta en sus salarios.

Factor cultural

«La mayoría de las mujeres opta por estudiar carreras menos rentables, como las humanidades, psicología o educación», sostiene un experto del BID.

Las investigaciones de género muestran una aparente contradicción en los avances que han logrado las mujeres latinoamericanas en la última década: en términos educativos, ellas ahora están más preparadas que sus pares masculinos.

En promedio, la mujer tiene más estudios realizados que el hombre, pero eso no se refleja en sus ingresos. ¿Por qué?

«Es una cuestión cultural: las mujeres eligen carreras y trabajos que pagan menos», respondió la economista Claudia Sanhueza, profesora del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Diego Portales, en Chile.

Según la experta, muchas mujeres se «autolimitan» al elegir su profesión, ya sea porque algunas carreras son consideradas más masculinas o porque optan por priorizar su vida familiar.

«Cuando estudiaba ingeniería civil en la Universidad de Chile éramos diez mujeres de un total de 150 alumnos», ejemplificó.

Ñopo coincidió: «La mayoría de las mujeres opta por estudiar carreras menos rentables, como las humanidades, psicología o educación».

El sesgo hacia este tipo de carrera se advierte desde el colegio secundario. «Los exámenes PISA, que miden la aptitud para la ciencia, las matemáticas y la lectura muestran que los varones tienen un mejor desempeño en las primeras dos y las mujeres en los último», reveló.

Por eso el experto consideró que para cerrar la brecha salarial se debe trabajar primero para cambiar los paradigmas actuales educativos y culturales.

El extraño caso de Chile

Lo que llama la atención de las disparidades de género que registran países como Chile y Brasil es el contraste con los avances que han logrado las mujeres en otras áreas de la vida, como la política.
¿Cómo es posible que un país como Chile, presidido recientemente por una mujer (Michelle Bachelet), registre la peor brecha salarial de América del Sur?
Expertos como Ñopo y Sanhueza creen que la llegada de más mujeres al poder revertirá lentamente algo que está muy imbuido en la tradición cultural del país.
Alejandra Gutiérrez Tapia está de acuerdo. Esta ingeniera comercial chilena le dijo a BBC Mundo que desde que salió de la universidad sus pares masculinos siempre han ganado un tercio más que ella.
«Es algo que se da por hecho y se acepta. Las mujeres tenemos que empezar a pelear por lo que nos corresponde», afirmó.
Gutiérrez Tapia, subgerente de una compañía de seguros, actualmente se encuentra de licencia posnatal tras el nacimiento de su segundo hijo.
«Las mujeres nos castigamos por la maternidad y cedemos en términos salariales, pero eso no es justo», opinó. No obstante, consideró que en tanto la licencia postnatal no beneficie por igual a madres y padres, siempre habrá un sesgo a la hora de contratar a mujeres, en especial en edad fértil.
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