Data: septiembre 28, 2020 | 14:53
MADRE DE MENOR EMBARAZADA FUE CANDIDATA DEL MAS | El ex Presidente padece una enfermedad psico-sexual crónica: es pedófilo serial. Abusaba simultáneamente a Cindy Vargas y a Noemí Meneses en dependencias estatales como la Casa del Pueblo, bajo pleno consentimiento de los padres. No son los únicos casos…

EVO MORALES CONVIVÍA EN EL PALACIO CON DOS ADOLESCENTES

 En Yacuiba, Evo Morales favoreció con prebendas a la madre de una adolescente que dio a luz para el Presidente en 2016. Idelsa Pozo Saavedra fue apadrinada por Morales como candidata del MAS para la Asamblea Departamental de Tarija en las elecciones subnacionales de 2015. | Fotomontaje Sol de Pando

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© Wilson García Mérida | Redacción Sol de Pando | Investigación Datos & Análisis

Evo Morales Ayma, el ex Presidente auto-exiliado en Argentina, estupró y mantenía relaciones sexuales con dos menores de edad simultáneamente, cohabitando con ambas en dependencias públicas y utilizando recursos del Estado para obtener la aprobación de sus respectivos padres mediante prebendas. Una de ellas dio a luz una bebé en febrero de 2017.

Se trata de Cindy Saraí Vargas Pozo y Noemí Meneses Chávez, mujeres que en el momento de ser seducidas y desvirgadas por Evo Morales tenían 16 y 14 años respectivamente. Hoy Saraí tiene 21 años y Noemí 19. Evo Morales les lleva una diferencia en edad de más de 40 años. La primera, nacida en Yacuiba el 12 de noviembre de 1999, dio a luz una niña el 8 de febrero de 2016; la segunda nació en el Chapare el 16 de abril de 2001 y convive actualmente con Morales en Buenos Aires como su concubina oficial.

A pesar de que las normas vigentes en Bolivia prohíben su difusión pública en tanto víctimas, los nombres, certificados de identidad e imágenes de ambas mujeres amancebadas con Evo Morales desde temprana edad —incluyendo la identidad de la bebé nacida en 2016— figuran en expedientes oficiales del sistema judicial boliviano y también han sido difundidos por varios medios de comunicación y en redes sociales. Debido a torpes maniobras del actual ministro de Gobierno Arturo Murillo, quien ventiló y contaminó especialmente el caso Meneses con propósitos políticos en la coyuntura electoral, persiguiendo y reprimiendo a la víctima, el proceso terminó desjudicializándose y reducido a un intrascendente escándalo español.

El caso de Cindy Saraí Vargas Pozo se conoció en el país mucho antes del caso Meneses; estalló en las redes sociales en agosto del pasado año 2019, cuando Evo Morales aún era Presidente del Estado Plurinacional; pero el Gobierno en ese entonces, con la intervención de su ministro Juan Ramón Quintana, logró ocultarlo hábilmente del escrutinio público. Sin embargo, el actual Gobierno, por gestión del viceministro de Transparencia Guido Melgar Ballerstaedt, ha logrado corroborar oficialmente —en oficinas del Segip y del Sereci— los datos puntuales que circularon de modo extraoficial.

Cindy y Noemí en la Casa Grande del Pueblo

En el caso de Noemí Meneses, el proceso investigativo se estancó y fracasó debido al manejo escandaloso que Arturo Murillo puso en poder de un pasquín ultraderechista español, tergiversando y ejerciendo un ilegal “monopolio” informativo del expediente policial en detrimento del periodismo boliviano; pero sobre todo re-victimizando a la víctima con una persecución mediática que la linchó ante la opinión pública. Debido a la irresponsabilidad de Murillo, la víctima se ha puesto del lado de su estuprador escapando de Cochabamba a Buenos Aires para refugiarse en brazos del violador; Evo Morales por su parte no ha declarado formalmente ante los investigadores de la Fiscalía, su extradición por esta causa se torna remota, y varios de los cómplices y promotores de la pedofilia presidencial —como el ex gobernador Iván Canelas— se han dado a la fuga una vez rota desde el Ministerio de Gobierno la reserva legal de las pesquisas.

Según la investigación policial, Noemí Meneses y su familia gozaban de privilegios exclusivos bajo el régimen de Morales, a cambio de los favores sexuales de la menor. Las pruebas halladas el pasado 12 de julio en el celular de la muchacha muestran que aquella concubina infantil de Evo tenía acceso irrestricto a la residencia presidencial de Miraflores, al Palacio Quemado y a la misma Casa Grande del Pueblo (inaugurada en abril de 2017). Era tratada por funcionarios gubernamentales con honores de una primera dama. Su relación con Morales data desde 2015, cuando Noemí tenía 14 años; no es factible pensar que Evo “se aguantó” esperando la mayoría de edad de su concubina infantil, pues el placer máximo de un pedófilo crónico consiste precisamente en “desflorar” vírgenes. Una foto que se tomó a bordo del helicóptero presidencial la muestra con una polera del Dakar 2017, a sus 16 años; y cuando el gobernador Canelas cedió a su familia el uso exclusivo de una vagoneta de uso oficial, en 2018, la ninfa amante tenía 17 años, aún menor de edad.

Sin embargo, no fue Noemí Meneses la única “primera dama infantil” que satisfacía la irrefrenable pedofilia del jefe narco-estalinista. Indicios sólidos hablan de muchas otras niñas y adolescentes, y de una en especial: Por los mismos días en que Evo Morales y Noemí disfrutaban juntos el Dakar 2017, otra adolescente llamada Cindy Saraí estaba amamantando a una niña fruto de su prematura relación sexual con el Presidente, con quien se había amancebado desde el año 2014, un año antes de entrar en escena Noemí.  

En el caso de Cindy Saraí Vargas Pozo, el nombre de la muchacha se hizo público el 30 de agosto de 2019 mediante una denuncia efectuada oficialmente por el diputado opositor Rafael Quispe Flores; entonces la víctima ya tenía 20 años, mayor de edad. Según informó Los Tiempos, el diputado Quispe “pudo verificar en una oficialía de registro civil el certificado de nacimiento de una niña en el que aparece como padre el presidente Evo Morales y una joven líder del Movimiento Al Socialismo (MAS) en Tarija, Cindy Saraí V. P. El caso llama la atención porque la madre, cuando se embarazó y dio a luz, era menor de edad”. De acuerdo a la investigación de Quispe, la fecha de partida de nacimiento data del 8 de febrero de 2017, la criatura había nacido a las once de la mañana del 8 de febrero de 2016, cuando la madre aún tenía 16 años (cumplió 17 en noviembre).

Incógnita que sólo una rigurosa investigación judicial podrá despejar, es la posibilidad de que Cindy Saraí y Noemí se hayan cruzado al entrar o salir de la alcoba presidencial de Evo Morales. De hecho, será importante un careo entre ambas. ¿Qué siente Noemí al saber que su amado estuprador tuvo una hija con Cindy? ¿Cómo asimila Cindy que el padre de su hija se haya llevado a Noemí para concubinarla en Buenos Aires, y no a ella que parió para Evo? ¿Está cumpliendo y de qué manera Evo Morales con sus deberes de padre de la bebé de Cindy Saraí?

El sistema judicial boliviano que está procesando ambos casos, tiene en su poder un elemento que podría unir cabos entre Cindy Vargas y Noemí Meneses. Se trata del capitán Rurig River Covarrubias García, un militar subordinado de Juan Ramón Quintana, detenido en agosto por haber enviado a Noemí Meneses y su familia a Buenos Aires, donde reside Evo Morales. El militar ayudó a romper la detención domiciliaria de Noemí que un juez de Cochabamba había ordenado a causa del uso indebido de la vagoneta estatal, que aún se investiga. Según la información gubernamental, River Covarrubias enfrenta por lo menos tres casos de violación agravada en el municipio de Yacuiba, uno con sentencia ejecutoriada que data del año 2014. La novia de Evo, Cindy, nació y radica casualmente en Yacuiba; tuvo que conocer al celestino capitán que pertenecía a los grupos de seguridad del Presidente.

Cindy Saraí fue fundadora de la organización juvenil del MAS “Generación Evo”, en Yacuiba, una especie de “guardia juvenil” que protegía a Morales durante sus visitas a la zona, lo que garantizó un acceso directo de Evo Morales al tierno cuerpo de la víctima. Hay quienes equiparan esa “guardia juvenil” de Morales con la famosa “guardia amazónica” del dictador libio Muamar Gadafi, compuesta por sensuales mujeres que al mismo tiempo formaban su harem palaciego. Según Los Tiempos, la cuenta de Facebook de Cindy tenía fotografías de ella en varias actividades del MAS, incluso en algunas se la ve en estado de gravidez. También se la ve luciendo el uniforme militar de la “guardia juvenil Generación Evo”, organización financiada por el Ministerio de la Presidencia con fondos del programa “Evo Cumple”, es decir armada por Juan Ramón Quintana a través de su jefa de gabinete Maya Nemtala, según indagó Sol de Pando en fuentes confiables. Cindy eliminó su Facebook tras la denuncia del diputado Quispe.

Por los datos investigados, el Presidente pedófilo mantuvo relaciones sexuales con Cindy Saraí desde 2014, la muchacha tenía entonces 15 años (casi la misma edad de Noemí cuando Evo la “conoció” un año después).

Una imagen “viralizada” por la misma víctima, donde se la ve junto a Evo Morales, fue publicada por el Ministerio de Comunicación el 29 de abril de 2014, cuando el Presidente había llegado a Yacuiba para inspeccionar la Planta Separadora de Líquidos del Gran Chaco en la víspera del Primero de Mayo. La foto, colocada en las portadas de sus cuentas de Facebook y Twitter, la exhibe con Evo Morales enarbolando una wiphala. Posa junto a ella el entonces canciller David Choquehuanca, actual candidato vicepresidencial del MAS.

Una segunda imagen la muestra cuidando las espaldas de Morales el 29 de diciembre de 2014, en vísperas de año nuevo, cuando el Presidente volvió a Yacuiba para inaugurar la interconexión eléctrica del Chaco de Tarija al Sistema Integrado Nacional (SIN). Ese mismo día, Cindy abrió su cuenta de Twitter sin más posteo que su foto junto al Presidente.

No cabe duda que Yacuiba era una “prioridad estratégica” para Evo Morales, tanto por la importancia económica de las reservas de gas natural como por la “carne fresca” disponible en su “guardia juvenil”.

GALERÍA | Cindy, la fiel guardaespaldas

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Foto publicada por el Ministerio de Comunicación el 29 de abril de 2014, cuando el Presidente había llegado a Yacuiba para inspeccionar la Planta Separadora de Líquidos del Gran Chaco. | https://comunicacion.gob.bo/?q=20140430/15354

La bebé de Cindy Saraí y Evo Morales

El pasado 24 de agosto —eran los días en que el caso Meneses venía siendo deglutido por una prensa morbosa de España, contaminando la investigación en Bolivia—, el viceministro de Transparencia Guido Melgar Ballerstaedt presentó denuncia de un segundo caso de estupro contra el expresidente Morales. Sin mencionarlo, se trataba del caso de Cindy Saraí Vargas Pozo.

Sobre la base de la investigación realizada un año antes por el diputado Rafael Quispe, el viceministro Melgar remitió la documentación probatoria ante el Ministerio Público y la Defensoría de la Niñez de La Paz. La Fiscalía paceña se deslindó del asunto declinando competencia hacia la jurisdicción de Cochabamba, donde la fiscal Naira Luján Marañón aceptó investigar el caso. Por su parte la Defensoría de la Niñez dependiente de la Alcaldía de La Paz rechazó la documentación arguyendo que la supuesta víctima “ya no es menor de edad”; los burócratas municipales pasaron por alto que la denuncia incluye una bebé nacida del estupro.

El pasado jueves, 25 de septiembre, el mismo Viceministro reveló que los certificados de identidad y de nacimiento —tanto de la joven madre como de su bebé— han sido verificados oficialmente por el Servicio General de Identificación Personal (Segip) y el Servicio del Registro Civil (Sereci). “En el cruce de información que hicimos con el Segip y el Sereci hemos constatado que esta información es verídica, sí existe la menor de edad (la bebé), sí existe la madre y sí existe el registro de Evo Morales como padre”, declaró Melgar a la red Unitel con absoluta convicción.

A partir del viernes, el Ministerio Público (Fiscalía) tiene 20 días para tomar la declaración informativa del denunciado, actualmente auto-exiliado en Argentina y gozando de millonarios placeres en una mansión burguesa de Buenos Aires, junto a su concubina infantil Noemí Meneses.

Reveladora investigación de ChequeaBolivia

El 30 de agosto del pasado año, tras la denuncia del diputado Quispe, el sitio cazador de noticias falsas ChequeaBolivia verificó la autenticidad del certificado de nacimiento de la niña cuya paternidad se atribuye a Evo Morales, documento que se había “viralizado” en las redes sociales.

La investigación de ChequeaBolivia llegó a las siguientes conclusiones:

  • El escaneado del código QR que figura en el certificado de nacimiento coincide con los de dicho documento. El código QR es N211nn27; y figuran el número de la oficialía 60301002; el número de partida 1; la fecha de la partida, 8 de febrero de 2017; y el nombre de la oficial de Registro Civil, Angélica Ichinose.
  • Se pudo encontrar el número de oficialía 60301002 en un edicto publicado por el Juzgado Público Civil y Comercial Primero de Yacuiba, en El País de Tarija, el pasado 11 de abril de 2019.
  • ChequeaBolivia intentó contactarse con la oficial de registro Angélica Midori Ichinose Zgombich y tras varios intentos recibió la llamada, pero, al mencionarse el tema de la llamada, cortó la comunicación. Minutos después la línea telefónica de ChequeaBolivia fue bloqueada en WhatsApp por donde también se intentó entablar comunicación con ella. Asimismo, se le mandó un mensaje a su número de celular, que no respondió todavía.
  • Sobre Cindy Saraí se constató que hay una cuenta de Twitter creada en 2014 en la que figura en una fotografía junto al presidente Evo Morales. ChequeaBolivia constató que la fotografía existe y fue difundida en una nota de prensa del Ministerio de Comunicación el 29 de abril de 2014. En esa cuenta se menciona que ella trabajaría en radio Nueva Chaco, que forma parte de la Red de Pueblos Indígenas que gestiona el Ministerio de Comunicación.
  • La cuenta de Twitter de @iamjcrquiroga, que pertenece a Juan Carlos Ramiro Quiroga, publicó un tuit sobre Cindy Vargas Pozo el 16 de diciembre de 2014 en el que anunciaba su llegada a La Paz, informando que Cindy es hija de Emeterio Vargas y residente en Yacuiba. En la cuenta de Facebook de Juan Carlos Ramiro Quiroga figura que trabaja como encargado de Comunicación Empresarial y Marketing en la Empresa Pública Editorial del Estado Plurinacional de Bolivia, y que fue funcionario del Ministerio de Culturas.

Aquella valiosa indagación de ChequeaBolivia revela un muy bien estructurado montaje estatal y mediático para movilizar a la joven amante del Presidente, como si se tratase de una estrella de Hollywood (encubriendo elegantemente un tráfico de personas con fines de explotación sexual).

El twitt (ya eliminado) de Juan Carlos Ramiro Quiroga —mencionado en dicha investigación— anunciaba rimbombantemente la llegada de Saraí a la sede de Gobierno, el 16 de diciembre de 2014, indudablemente “invitada” por Evo Morales: “Yacuibeña Cindy Sarai, hija de don Emeterio Vargas, llega a La Paz este miércoles”, informaba el funcionario del Ministerio de Culturas. Dos semanas después, el 29 de diciembre de 2014, Cindy y el Presidente volvieron a verse en Yacuiba.

Pero el manejo mediático para “barnizar” los encuentros sexuales de la joven yacuibeña y el autócrata pedófilo no se limitaban a los twits del funcionario de la Editorial del Estado Plurinacional. El 31 de enero de 2015, el periódico Mi Gran Chaco anunció el arribo de Cindy Saraí a La Paz, a bordo de una nave de la aerolínea estatal Transporte Aéreo Militar (TAM), especificando que la chica asistiría a la posesión de Morales tras su segunda re-elección en los comicios del 12 de octubre de 2014. “Cindy Saraí, dirigente juvenil del Chaco, arriba a La Paz para participar de la posesión de Evo Morales”, decía la nota del periódico chaqueño junto a una foto de Cindy bajando del avión.

En uno de aquellos “viajes de trabajo”, Cindy Saraí quedó embarazada.

Quintana y sus “guerreros digitales” en acción

A pesar de la contundencia de aquella información, el entonces ministro de la Presidencia Juan Ramón Quintana logró desactivar la acusación de Quispe y neutralizar la investigación de ChequeaBolivia propalando premeditadamente, a través de sus “guerreros digitales”, varias denuncias similares contra el mismo Evo Morales, pero todas falsas.

El objetivo de Quintana era mezclar el caso de Cindy Saraí con otros donde no existía prueba alguna o las pruebas eran claramente fraguadas. Y funcionó. El 2 de septiembre de 2019 se había lanzado la denuncia acerca de una joven de Sucre cuya hija fue atribuida a Evo Morales como progenitor. Al día siguiente la mujer, Laura Libertad Ugarte, desmintió categóricamente tal acusación. “Mi niña que en este momento va cumplir tres años no se da cuenta de las cosas que pasan pero más adelante ella puede verse seriamente afectada”, reclamó en conferencia de prensa, asegurando que aquella denuncia falsa le perjudicaba en un proceso judicial que había entablado por asistencia familiar contra el verdadero padre de sus hijos, que en ningún caso era Evo Morales.

Entonces, con el acalorado clima electoral en contra, el caso de Cindy Saraí quedó sumido y apagado bajo una avalancha de fake news al respecto, propalados astutamente por Quintana a través de un grupo de “guerreros digitales” encabezados por el relacionista público Oscar Silva Flores, padre de la diputada Valeria Silva.

GALERÍA | Vida privada con bienes del Estado

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Fotos registradas en el celular de Noemí Meneses | FELCC-BOLIVIA

Trata y tráfico en la red pedófila de Evo

El desplazamiento de las víctimas para sus encuentros sexuales con Evo Morales no sólo ha contado con la lucrativa complicidad de los padres; también implicó un despliegue logístico de alto presupuesto desde los aparatos estatales. Cuerpos de seguridad integrados por militares al mando de Juan Ramón Quintana, uso de vehículos oficiales, aviones y helicópteros, hospedajes de cinco estrellas e incluso coberturas de prensa para disimular las furtivas “visitas conyugales” a la alcoba del jefe pedófilo, han posibilitado un esquema de depravación organizada con características de una red de trata y tráfico de personas que involucró a un vasto personal del Estado Plurinacional.

Actividades gubernamentales como los Juegos Estudiantiles Plurinacionales o tareas partidarias en grupos de choque como “Generación Evo”, fueron la “cantera” donde el presidente Morales escogía niñas y adolescentes a su antojo. Ministros y ministras, diputados y senadores, alcaldes y gobernadores, dirigentes sindicales y periodistas, formaron una diligente corte de celestinos encargados de sellar los encuentros secretos del jefe violador.

Mas, todo indica que los casos de Cindy Saraí Vargas y Noemí Meneses no son los únicos de la serie. El «poder de seducción» del Gran Hermano cocalero atravesó ministerios y generó riquezas mal habidas entre sus cortesanos palaciegos más obsecuentes.

Nemesia Achacollo y una wawa oculta en La Habana

En la prolongada gestión de Nemesia Achacollo al mando del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras (Agricultura) se produjo el gran desfalco del Fondo de Desarrollo Indígena; en sus manos se esfumaron 183 millones de dólares destinados a 30 proyectos fantasmas que jamás llegaron a las comunidades indígenas, según investigó el académico Diego Ayo.

Tanto dinero como el que se requiere para construir 10 hospitales de tercer nivel completamente equipados”, comparó el investigador, replicando una declaración de Evo Morales cuando afirmó que se trataba de un “desfase” de “apenas dos milloncitos de dólares”. Morales movió cielo y tierra para impedir el procesamiento de Achacollo no sólo porque junto a su Ministra caerían otros jerarcas palaciegos que participaron del festín como Juan Ramón Quintana, Luis Arce y Héctor Arce, sino porque el jefe pedófilo es también sospechoso de haber embarazado a la hija menor de Achacollo (Rebeca Barboza Achacollo), quien en su adolescencia dio a luz una criatura que Quintana ocultó en La Habana, Cuba, y que se presume con vehemencia lleva los genes de Evo Morales.

La entonces Ministra, que se negó a autorizar un examen de ADN de la wawa, negó que el Presidente hubiese conocido a cualesquiera de sus dos hijas, pero una foto viral que muestra a Rebeca a bordo del famoso avión presidencial desdijo a la Nemesia.

Oscar Silva y un mega-nepotismo a partir de la hija diputada

Oscar Silva Flores, era un relacionista público que organizó y dirigió pandillas de “guerreros digitales” bajo las órdenes de Juan Ramón Quintana e Iván Canelas, malversando fondos públicos en acciones ilegales de ese grupo.

Desde el cargo de Viceministro de Comunicación y como cabecilla de los “guerreros digitales” quintanitas, Silva “promovió” a su hija como líder visible del grupo “Generación Evo”, llegando a ser diputada plurinominal en medio de rumores de escándalo que vinculaban sentimentalmente a la joven con el Presidente, sin que jamás se haya probado esa presunta relación. Sin embargo, resultaba altamente sospechoso que casi  una decena de miembros de la familia Silva, en primer y segundo grado de consanguinidad, hubiesen accedido a cargos jerárquicos de la administración pública, en un desopilante esquema patrimonialista y prebendal.

Silva, que actualmente está prófugo por un desfalco en la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), también tiene una cuenta pendiente con la justicia por el saqueo a las arcas públicas que cometió como jefe de una familia que obtuvo un patrimonio privado de casi Bs 4 millones en sueldos y salarios para su mujer, sus otras hijas, sus tres cuñados y su yerno que gozaron de ingresos de alta jerarquía en los ministerios de Defensa y Planificación, la Contraloría, el Banco Unión y la Cancillería.

Cuando se hizo pública aquella acusación de mega-nepotismo, Morales en persona dio la cara por Valeria Silva y su padre. “El presidente Evo Morales justificó este martes que los familiares de la diputada oficialista Valeria Silva ocupen cargos jerárquicos en instituciones públicas en nombre del derecho al trabajo. Indicó que las acusaciones se hacen sólo para desgastar a la también candidata a una diputación (re-postulada, nr) para los comicios generales de octubre” —publicó la agencia ANF el 13 de agosto de 2019—. “Todos tienen derecho a trabajar, no porque uno es diputada, presidenta, vicepresidente no tiene derecho a trabajar, una cosa es nepotismo y está totalmente prohibido”, manifestó el arbitrario Presidente en conferencia de prensa.

Posiblemente, en la normativa vigente la figura de nepotismo no cuadre al estar los miembros de la familia Silva dispersos en instituciones separadas; pero el delito de tráfico de influencias es innegable y no cabe duda que Morales fomentó el abuso de Oscar Silva dada la especial relación de su hija diputada con el Presidente.

Los rumores de un amorío con el Presidente eran persistentes desde aquella época, y apuntaban más al padre que a la hija. En corrillos del MAS se rumoreaba profusamente que era Oscar Silva en persona quien promovía un romance de su hija con Evo Morales, desde su cargo como Viceministro de Comunicación.

Los rumores fueron sofocados con el matrimonio de la joven diputada en 2018. Evo fue el padrino del enlace y, siempre echando mano a los recursos del Estado, como regalo de bodas ordenó un jugoso ascenso del afortunado consorte en el  Ministerio de Planificación.

Las interacciones de Valeria Silva en las redes sociales con el grupo “Generación Evo”, revelan indicios de que la diputada estaba al tanto de las relaciones pedófilas de Evo Morales, al menos con Noemí Meneses y Cindy Saraí Vargas.  Nuestras fuentes en el MAS la sitúan como parte del aparato de “facilitadores” que operativizaban y encubrían los múltiples amancebamientos del autócrata estuprador. De hecho, Valeria Silva declaró públicamente ser “muy amiga y compañera” de Cindy Saraí.

¿Un harem en la “Generación Evo”?

Se hallan dispersas en las redes sociales imágenes y testimonios de decenas de presuntas víctimas o potenciales testigos, mujeres jóvenes que insinúan saber cosas que nadie sabe sobre las andanzas pedófilas de Evo Morales. Hay fotos de niñas y adolescentes aún no identificadas posando junto a  Morales en el avión presidencial o en discretas habitaciones.

Shirley Vallejos Álvarez es el nombre de una joven proveniente de Ivirgarzama, Chapare, que mantiene en su cuenta de Facebook una fotografía posando junto a Evo Morales con gestos de mutua intimidad. Un internauta conectado a esa cuenta asegura que la foto tenía un texto (que fue borrado) donde Shirley habría manifestado que dejó de reunirse con Evo por prohibición de una tía suya. El testimonio de la muchacha en torno a la historia de esa imagen es de suma importancia.

GALERÍA | Más quinceañeras a bordo

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Shirley Vallejos es una joven militante proveniente del Chapare. Conserva esta curiosa foto en su cuenta del Facebook. | https://www.facebook.com/photo.php?fbid=851646518313728&set=a.101498389995215&type=3

El rol de los padres de las novias de Evo

Traicionado por su subconsciente y urgido por proyectar una imagen “humana” de sí mismo, en una entrevista con la red estatal Patria Nueva, en agosto de 2018, Evo Morales contó que después de una “parada militar” en Trinidad, Beni, “una chica” le había llamado por teléfono para decirle “quiero tener un hijo para el mejor Presidente de Bolivia”, prometiendo que no le exigiría ninguna responsabilidad paterna. “No te voy a molestar, no te voy a pedir nada”, le habría dicho. Cuando le preguntó su nombre, supo que era de una familia conocida. “Conozco a sus papás, conozco a la familia”. La parte que Evo no contó es si tomó contacto con los padres para consumar el deseo de la supuesta ofrecida. Aquella entrevista reforzó el “sex appeal” del “mejor Presidente de Bolivia” ante el público femenino adolescente.

Lo cierto es que los padres de niñas y adolescentes a las que el Presidente pedófilo seducía y estupraba, en muchos casos consentían aquella relación promiscua al obtener importantes beneficios económicos y laborales, mediante prebendas que Morales les dispensaba malversando recursos y bienes públicos.

Una dirigente indígena del Chapare, Gabina Condori, había revelado en enero de este año que en las zonas cocaleras del trópico cochabambino padres de adolescentes “hacían cola” para “entregar” a sus hijas buscando beneficios para sus familias. Mencionó casos de niñas de entre 11 y 14 años que eran sometidas a los vejámenes sexuales del Presidente, con consentimiento de sus propios padres. Las denuncias de Condori no han sido plenamente corroboradas, pero forman parte de la compleja investigación que ha emprendido la justicia boliviana.

Otras fuentes, más reservadas, indican a Sol de Pando que hay casos de cocaleros dedicados a la producción de cocaína que optaron por entregar sus hijas a Evo Morales, mediante “intermediarios”, buscando protección judicial para evadir la persecución de las fuerzas anti-droga. En tal caso, la pedofilia de Morales estaría promovida y fomentada también por el narcotráfico. El ministro Murillo intentó forzar esa relación (pedofilia-narcotráfico) suplantando en el expediente policial la identidad del padre de Noemí Meneses con el de un homónimo y narcotraficante prófugo, torpeza que fue aprovechada por el mismo Evo Morales para victimizarse y descalificar aquella investigación —contaminada por Murillo— como una mera conspiración “de la derecha y el imperio”.

Sin embargo, la investigación de Sol de Pando estableció que los padres de Noemí Meneses —dos campesinos del valle que migraron al Chapare en los años noventa— se han beneficiado con costosas prebendas estatales como la entrega de un vehículo de la Gobernación de Cochabamba para su exclusivo uso familiar, incluyendo un chófer pagado por el Gobierno, y actualmente se encuentran en Buenos Aires con todo pagado junto a la hija menor entregada a Evo Morales. El padre de la concubina infantil del ex Presidente, Pastor Meneses, fue además socio del gobernador Iván Canelas en un millonario negocio de loteamiento ilegal de tierras dentro la reserva forestal del Parque Nacional Tunari.

En el caso de Cindy Saraí Vargas Pozo, su madre Idelsa Pozo Saavedra fue apadrinada por Evo Morales como candidata del MAS para la Asamblea Departamental de Tarija en las elecciones subnacionales de 2015, cuando la relación entre el Presidente y la hija adolescente estaba al rojo vivo hasta traer al mundo una criatura nacida en 2016.

A causa de antecedentes que constan en su Registro Judicial de Antecedentes Penales (Rejap), Idelsa Pozo fue inhabilitada; pero Evo Morales compensó la frustración electoral de su “suegra” (diez años menor que él) haciéndola nombrar Directora de Género del Gobierno Regional de Gran Chaco, es decir, irónicamente, encargada de defender los derechos de las  mujeres en aquella región.

Según informó Los Tiempos el 3 de septiembre del pasado año, Pozo renunció al cargo al día siguiente de hacerse pública la denuncia del diputado Rafael Quispe. “La funcionaria dejó su carta de renuncia la semana pasada, según datos de los medios, y no regresó a sus oficinas ubicadas en Yacuiba”, reportó el periódico.

“Me pidió darle un hijo… conocía a sus padres” | VIDEO

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Re-elección eterna y pedofilia galopante

La pedofilia en ascenso de Evo Morales es un fenómeno que va a enriquecer la ciencia siquiátrica en el estudio de las desviaciones sexuales y otras perversiones que son causadas gradualmente por el ejercicio ilimitado y concupiscente del poder, algo típico entre dictadores locos y magnates descarriados.

Los escándalos judiciales que ahora ponen contra la pared al autócrata neo-estalinista boliviano, vienen precedidos por una ola de rumores e incluso declaraciones públicas que advertían sobre las tendencias pedófilas de Evo Morales desde sus épocas de dirigente sindical de los cocaleros del Chapare. Su incapacidad emocional para sostener relaciones normales con mujeres de su edad, oculta rasgos culturales y políticos disfuncionales. Desprecia a las mujeres de pollera a las que en alguna ocasión aludió despectivamente por el prematuro envejecimiento que padecen en el entorno de la pobreza rural; y las señoritas “bien” con las que se rodeó gracias a su fama política, entre las adultas, lo intimidan debido a un complejo de inferioridad transformado en monstruosa megalomanía. Seduciendo y estuprando niñas y adolescentes sumisas ejerce su dominio y poder sin réplica alguna, con absoluto goce sexual, enviciado.

No son casuales declaraciones como aquella que lanzó su Vicepresidente en febrero de 2016, a pocos días del Referéndum del 21F para constitucionalizar su tercera re-elección, cuando Álvaro García Linera aseguró que si el MAS perdía en dicho plebiscito Evo Morales se iría al Chapare “con su quinceañera”. García Linera había recordado un discurso del propio Morales, en septiembre de 2014, cuando el pedófilo anunció que cuando termine su mandato se replegaría “con mi cato de coca, mi quinceañera y mi charango”.

En el Referéndum del 21F ganó el No a la re-elección, pero Morales no quiso abandonar aquel poder del Estado que le ponía en la alcoba presidencial más de una dócil y cariñosa quinceañera. Su “derecho humano” a la eterna re-elección resultó estar fuertemente motivada por su creciente e incontrolable tendencia depravada.

Diputada Valeria Silva, toda su familia ocupó altos cargos estatales | VIDEO

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