Data: noviembre 23, 2013 | 16:48

Carta de Wilson García a los Gremios de la Prensa Nacional

Sol de Pando

Cochabamba | noviembre 20 | 2013

Señores:

Consejo Nacional de Ética Periodística (CNEP)

Tribunal de Ética Periodística de la ANP

Asociación Nacional de la Prensa (ANP)

Asociación de Periodistas de La Paz (Aplp)

Confederación de Trabajadores de la Prensa de Bolivia

La Paz.-

Federación Sindical de Trabajadores de la Prensa de Cochabamba

Sindicato de Trabajadores de la Prensa de Cochabamba

Cochabamba.-

Ref: Aclaración a infamia de periodistas venales, exijo se frene campaña difamatoria

WGMDistinguidos colegas:

Es deprimente e indignante el grado extremo de venalidad que un importante sector del actual Gobierno —a través de los aparatos de represión y control político manejados desde el Ministerio de la Presidencia—, ha introducido en la conducta de algunos medios privados de comunicación que, en más de un caso, no sólo terminan cooptados por la vía de la extorsión publicitaria sino que han establecido vínculos orgánicos, obsecuentes y militantes con las políticas coercitivas impuestas dentro la lógica gubernamental por el ex militar Juan Ramón Quintana, enemigo declarado del periódico amazónico Sol de Pando que dirijo.

Una infamia que surge de esta relación obscena entre esos contados medios informativos privados y los aparatos estatales de represión, es que aquellos periodistas que presionaron y aún presionan para mi encarcelamiento e hicieron campaña abierta para la destitución del Comandante Departamental de la Policía (tomando parte de una repugnante pugna intestina dentro esa institución) a raíz del incidente del 30 de agosto en el que fui indebidamente hostigado por agentes de Migración y apresado a causa de no portar salvoconducto para circular en mi ciudad, se dieron y se dan a la tarea de propalar la cobarde infamia de que me encontraba “en estado de ebriedad”.

Semejante falsedad no sólo daña mi honorabilidad profesional, laboral y ciudadana, y la de mi familia, sino que pretende causarme muerte civil y agravar de manera cobarde y criminal la extrema indefensión en que me encuentro desde antes y después de aquel incidente en que me vi obligado a asumir defensa propia en pleno ejercicio de mis facultades físicas y mentales, ante el atropello de los agentes de Migración que ordenaron a un prepotente policía arrestarme con uso de fuerza por el sólo hecho de no portar cédula de identidad o pasaporte dentro el territorio nacional donde la Constitución me asiste el derecho de circular libremente.

La noche en que fui recluido en la carceleta de la Felcc, solicité expresamente a la señora Fiscal de Turno, Dra. Cinthia Prado, se me practique en el acto un examen de alcoholemia precisamente en previsión a esta infamia que con seguridad intentarían propalar los represores debido al momento y el lugar en que sucedió en incidente. La Fiscal desestimó ese examen al constatar personalmente que no existía un mínimo rastro de aliento alcohólico en mi  organismo, mucho menos indicio de ebriedad en mi comportamiento. Posteriormente, cuando logré recuperar momentáneamente mi celular que me fue confiscado para mantenerme incomunicado, logré hablar personalmente con el propio Ministro de Gobierno, Dr. Carlos Romero, a quien advertí sobre los atropellos que se estaban cometiendo en ese instante contra mi persona y dos inocentes ciudadanos que intentaron evitar mi arresto. Le dejé claramente establecido al ministro Romero que al momento de mi detención tras el incidente con el policía, me encontraba comercializando mi periódico en los puestos fijos que habitualmente distribuyen Sol de Pando en esta ciudad. De hecho portaba un maletín con ejemplares para la venta, del que no me desprendí un solo segundo durante las horas en que estuve recluido hasta retornar a mi domicilio tras la audiencia de medidas cautelares al día siguiente.

Junto a los restos de la montura de mis lentes de aumento que fueron pisoteados por un agente, entregué mediante acta a la Fiscal el original de una factura de la empresa BOA, donde consta, con fecha y hora, que a las 18:35 del viernes 30 de agosto remití un paquete de periódicos a la ciudad de Cobija con destino a una de nuestras distribuidoras que nos había hecho un pedido adicional. Fue por ese motivo que salí de mi domicilio y aproveché esa salida para dejar ejemplares en los dos cafés pub que exhiben y venden Sol de Pando en Cochabamba.

Tardé aproximadamente 50 minutos en retornar del aeropuerto a la ciudad usando dos trufis; y entre las 19:30 y 20:15 aproximadamente dejé un lote de ejemplares en el Café “La Esquina” que se encuentra entre las calles San Martín y Colombia. Luego de esa transacción me dirigí al Café Bistró “El Caracol”, otro habitual distribuidor del periódico, donde me encontré con el senador Adolfo Mendoza. El propietario se encontraba ocupado en su cocina y aproveché el lapso para reunirme con el Senador —viejo amigo con quien fundamos el Foro Cultural de Cochabamba hace más de una década— conversando y tomando un par de tazas de café durante casi una hora. Adolfo tenía prevista una reunión a las 21:15 en la Brigada Parlamentaria y a esa hora le acompañé hasta dichas oficinas a pocas cuadras en la Plazuela Colón; retorné al Café Bistró para dejar los periódicos, el dueño aún se encontraba ausente, y en el interín me encontré con dos suscriptores míos, el Dr. Gustavo Giacoman (ex Diputado Nacional) y el Lic. Jesús Rodríguez Salazar (investigador social), ambos docentes de la Universidad Mayor de San Simón (Umss) que se encontraban allí compartiendo como parroquianos habituales del lugar. Les entregué sus ejemplares, el Dr. Giacoman me cuestionó amigablemente sobre una nota acerca del senador Roger Pinto contenida en la edición, y cuando apenas empezaba un pequeño debate en torno al tema, casi a los cinco minutos, hicieron su aparición las patrullas de Migración y un camarógrafo de ATB adjunto, desatándose el lamentable incidente que terminó con el arresto de los tres, mi persona y los ciudadanos Giacoman y Rodríguez.

El sólo hecho de haberse producido mi detención en un lugar y en un momento quizá inoportunos, llevó a los periodistas venales a propalar la cobarde infamia y vil calumnia —inducidos por los propios agentes represores de la Policía y Migración—  que me encontraba “ebrio”, con lo cual se intenta justificar las horrendas violaciones en mis derechos elementales de que estoy siendo objeto como ciudadano, como padre de familia y como trabajador de la prensa.

Es por ello que exijo que las imágenes de ATB que la Policía intenta usar en mi contra dentro la cobarde querella que me instaura, sean las originales y completas (no editadas ni manipuladas como se difundieron en los sensacionalistas noticieros) en las cuales se observa claramente mi estado de plena sobriedad y también los hostigamientos y la pateadura que sufrí en dependencias de la Felcn delante del propio camarógrafo de ese canal televisivo.

Colegas, como nunca antes, mi vida y la seguridad de mis colaboradores y de mi familia están en alto riesgo debido a las denuncias que publiqué, con mi firma,  respecto a las relaciones políticas del Ministro de la Presidencia y el narcotraficante de Pando Mauro Vásquez, que como ustedes bien saben fue capturado en noviembre del 2012 tras denuncias de mi periódico en torno a la impune rearticulación de la banda de narco-sicarios que lidera aquel criminal en la ciudad de Cobija. Un mes antes, en octubre del pasado año, recordarán, tuvimos que huir al Brasil ante un secuestro fallido del que, sin duda, no habríamos salido con vida. Organismos de Inteligencia de la Policía Federal del Brasil nos informaron que existe la consigna dentro la banda sicaria de “Mauro” —rearticulada con la tenebrosa complicidad de Juan Ramón Quintana— de asesinarme apenas pise la ciudad de Cobija nuevamente. Jamás habría tenido que andar vendiendo mi periódico desde el Brasil, en cafés, hoteles y librerías, si Quintana y su Gobernador en Pando habrían respetado mi red de canillitas que me demandó una elevada inversión montar en las ciudades amazónicas y que esos abusivos gobernantes destruyeron amenazando, chantajeando y amedrentando cobardemente a humildes mujeres que voceaban mi periódico con el 100% de ganancias por ventas para ellas, cuando lo imprimíamos a bajo costo en la rotativa de Los Tiempos.

Y si el Gobierno se hubiese dignado en brindarme la protección física que exijo desde hace dos años para el libre desempeño de mi labor informativa, tras denunciar con toda transparencia posible los vínculos de Quintana con narco-sicarios de Pando que incluso dispararon contra campesinos del MAS en la masacre de Porvenir, aquel incidente que enfrenté el 30 de agosto con los organismos represivos representados por la Dirección de Migración no hubiera sucedido jamás.

Por eso me encuentro refugiado en mi hogar de Cochabamba, en una especie de auto-exilio domiciliario, evitando salidas prolongadas de mi vivienda y mucho menos para ir andando de jarana sabiendo que los sicarios, ligados sin duda a los aparatos de represión que controla Quintana, están vigilándome permanentemente incluso aquí en Cochabamba. Como declaré públicamente, hace dos años que practico la abstinencia plena, en una medida drástica que adopté en mi vida para resguardarla de los sicarios cómplices de Quintana que me persiguen.

Sabiendo que tengo dos hijos en edad escolar huérfanos de madre y un padre anciano a quien debo asistir en su tratamiento médico acompañándole semanalmente a la Cns, sabiendo que mi vida está en alto riesgo, sabiendo que Sol de Pando es mi única fuente laboral y de sobrevivencia, sabiendo que tengo una elevada responsabilidad ante mis lectores en la Amazonia boliviana, dentro y fuera del país, mal podría andar parrandeando y embriagándome con la simpleza y vulgaridad que propalan de manera cobarde, irresponsable y criminal —ignorando la dimensión profunda de mi trabajo cotidiano— aquellos colegas leales a Quintana antes que a su compromiso con la verdad, con la libertad y la justicia.

Por todo lo expuesto, ratifico plenamente los contenidos de mi carta remitida a la Aplp y la ANP en la víspera, solicitando además, en aras de la ética periodística y el respeto a la dignidad humana, se inste —desde el Consejo Nacional de Ética Periodística de la ANP— a los periodistas empeñados en difamarme y calumniarme con tan desalmada falsedad, cesen esa ruin campaña a fin de evitar tenga que verme obligado a iniciar las acciones legales pertinentes, lo cual implica gastos de tiempo y dinero que no dispongo debido precisamente a la proscripción y persecución que viene enfrentando Sol de Pando, mi única fuente de ingresos, desde hace más de dos años.

Reitero también mi pedido —en nombre además de la Lic. Silvia Antelo Aguilar, Gerente General del periódico— para que se demande al Ministro de Gobierno respuesta a nuestro reclamo de garantías y resguardos para nuestra vida, nuestra libertad y nuestro trabajo, conculcados nuevamente de manera sistemática, creciente y tenebrosa en estos días.

Sin otro particular, saludo a Uds. expresándoles mis consideraciones más distinguidas;

Atte.

Firma

Cc:     Arch

           RSF
           Mons. Eugenio Cotter, Arzobispo de Pando
          Dra. Patricia Butrón, Defensa Pública
         Dr. Raúl Castro, Defensor del Pueblo CBA.
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