Data: diciembre 8, 2018 | 19:24
AQUÍ SE BRINDA CON UNA COPA DE CHOCOLATE | El pueblo fue fundado por el padre Lorenzo Legarda, el 8 de diciembre de 1708, como una las nueve misiones jesuíticas establecidas desde 1690 en Moxos...

Baures, el reino del cacao celebra 310 años de su fundación

Los habitantes de Baures tienen una memoria histórica más larga que la República, pues se remontan a las misiones jesuíticas de inicios del siglo XVIII | Foto GAMBaures
© Redacción Sol de Pando en Itenez
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Monumento alusivo al tricentenário, que se erigió en la Plaza de Baures el año 2008, con los elementos simbólicos de la cultura baureña. | Foto Juan Carlos Viscarra Salvatierra

Aquí en Baures no brindamos ni con vino ni con champán, decimos salud con una copa de chocolate”, dijo el alcalde Juan Ágreda Moreno durante la sesión de honor celebrada hoy sábado en este municipio, festejando el 310 Aniversario de su fundación. Y todos alzaron al únisono del ¡Viva Baures! sus copas de espumoso y cremoso chocolate moreno.

Baures es una hermosa ciudad intermedia enclavada en el archipiélago de la llanura amazónica que está bañada por el río Negro, afluente del caudaloso Iténez, nombre que adquiere en Bolivia el Guaporé que se desprende del río Madeira en el Brasil. Se encuentra a 70 kilómetros al sureste de Magdalena, capital de la provincia Iténez del Beni, y a 200 kilómetros al noreste de Trinidad, la capital del departamento. Su población estimada según proyecciones del Censo del 2012 supera los 6.000 habitantes, en gran parte descendientes de la etnia Baure proveniente de la familia linguística Arawak.

Baures es una hermosa ciudad intermedia enclavada en la sabana amazónica que está bañada por el rio Negro, afluyente del caudaloso Iténez. | Foto GAMBaures

El pueblo fue fundado por el padre Lorenzo Legarda, el 8 de diciembre de 1708, como una las nueve misiones jesuíticas establecidas desde 1690 en Moxos. El día de su fundación es también su fiesta patronal, consagrada a la Virgen de la Inmaculada Concepción. Los baures rápidamente demostraron su habilidad para las tareas que desarrollaban en la misión, produciendo textiles de la mejor calidad, además de cerámica y cestería que fueron apreciados en otras latitudes de la Audiencia de Charcas y hasta en Europa.

Los variados ecosistemas en el entorno regional de Baures —desde inmensas sabanas, hasta bosques de galería, pasando por islas de pampa, pantanales o curichales—, cuentan con un importante potencial de árboles de cacao silvestres, ubicados en bosques de acceso irrestricto y con árboles de madera fina (mara, roble, cedro, ochoó, etcétera). La tierra baureña también es fértil para la yuca y todas las frutas amazónicas.

En la serranía de San Simón, al noreste del área ocupada por los baures, en plena frontera con Brasil, se han establecido asentamientos de cooperativistas mineros andinos, pequeñas y medianas empresas privadas, además de una trasnacional canadiense, para la explotación del oro, que lamentablemente no han tomado medidas acerca del impacto ambiental de dicha explotación (uso del mercurio, etcétera).

El reino del chocolate

Una familia baureña involucrada en la cadena productiva del cacao y el chocolate. | Foto Svetlana Salvatierra

La economía local de Baures está sustentada principalmente por el cacao silvestre y su derivado esencial, el chocolate. El cacao silvestre se diferencia del cacao trasplantado por la calidad de su aroma y sabor.

La cosecha de las mazorcas de cacao en las 6.000 hectáreas donde crece la planta en su estado silvestre reúne a todos los miembros de las familias que logran acumular 10.000 arrobas y en los años de bonanza hasta 15.000, aunque una cifra similar se pierde en los montes máslejanos a la localidad y sus comunidades, como Jasiaquiri, Alta Gracia y El Cairo.

El secado del cacao silvestre de Baures se realiza sobre chapapas, lo cual conserva su fuerza aromática | Foto Svetlana Salvatierra

Para que haya tantas plantas de cacao en Baures ha sido necesario el concurso de la fauna local, pues los monos y los tejones son los principales cultivadores. Los monos chupan la semilla y la van tirando por todo el monte, mientras que los tejones se tragan la semilla y les dan el abono especial para que sea más resistente al germinar, una vez evacuadas.

Hacer una pasta de chocolate es un arte para las baureñas, que aprendieron el oficio hace cientos de años, antes de la llegada de los evangelizadores cristianos. El cacao y el chocolate laten vivamente en la memorial larga del pueblo de Baures.

En el libro “El cacao en Bolivia una alternativa económica de base campesina indígena” de Óscar Bazoberry y Coraly Salazar —citado por la periodista Svetlana Salvatierra en un reportaje publicado por La Razón— se prevé que para el año 2037 “6.000 familias aprovechen 12.115 hectáreas de producción de cacao silvestre y comercialicen 1.672 toneladas métricas, con un valor aproximado de $us 2,7 millones”. Una tonelada de cacao silvestre llega a valer $us 2.500. La industria chocolatera es pues el gran futuro en plena marcha de este noble pueblo tricentenario.

Conociendo Baures | VIDEO
https://youtu.be/JCjIFuk–MU
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